+18... tiene capitulos no aptos para sensibles...Daranna, es vivas, extrovertida, alegre, optimista, nunca le importó vivir en un orfanato ni solo tener dos mudas de ropa y un solo par de zapatos, ahora se entera que su vida acabará en un año, al saber del poco tiempo que le queda, toma la decisión de vivir al maximo y disfrutar cada segundo, ella quiere comerse el mundo, lo que no sabe es que la vida y el amor la sorprenderán y le darán una nueva oportunidad, para vivir en una desenfrenada pasión.
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15- No volveré a amar.
(Deemar)
Es domingo y este dia de descanso, como la mayoría, desde que Camila murió, me la paso en el jardín con mis hijos, disfrutando de su compañía y de verlos jugar.
Ellos solo me tienen a mi y debo darles toda mi atención.
Pero ahora hay algo diferente...
Ver a Daisy nadar en la piscina, se me hace extraño; eso lo hacia con Camila y últimamente cuando Camila no se metia a nadar con ella, siempre se sentaba a observarla y a Daysi eso le encantaba.
Mi Princesa, desde que Camila murió, no había querido nadar, pues eso la hacía extrañar más a su Madre, aun los primeros días, siempre se iba a llorar a su habitación.
Es por eso que verla nadando me sorprende.
Y ahora está feliz, dentro del agua, tiene esa sonrisa que siempre veía en ella, cuando nadaban juntas.
—Aquí tienes tu bebida mi niño, tal y como pediste whisky en un baso oscuro, disfrazado de limonada, creo que tú ya te estás pasando, Deemar.
Crees que es bueno para tu salud estar ingiriendo alcohol de esa manera.
El viernes llegaste a la 3 de la madrugada, ahora igual llegaste de madrugada, Erick me contó que lo llamaron del bar, para que te recogiera y te trajera a casa, porque no estabas en condiciones, de conducir el auto.
Y ahora son las 11 am y empiezas a tomar.
Ay Deemar, tu Madre te estaría jalándo las orejas, ahora mismo.—Escucho a Marinita con sus regaños y sé que tiene razón.
—Marinita, solo tomaré este trago, es para quitarme la resaca, te prometo que ya no tomaré hasta embriagarme, como lo hice ayer.
Tú sabes, que siempre me he podido controlar, pero estos meses han sido muy difíciles.
Más mi hija, me está dando una lección; si Daysi puede superar la ausencia de Camila, yo también podré.
Por cierto, ayer mi hija vino eufórica, emocionada de casa de Bernardo.
La niñera me dijo que Daysi y Deemarito se la habían pasado jugando con una mujer, que estaba de visita en la residencia Harizon.
¿Quién es la mujer? Y por qué permitiste que mis hijos jueguen con una extraña.
Me dijo Ivone, que al parecer, son amiguitas con derecho, de Bernardo, pues también, estaba allí otra mujer, eso es una conducta que no deben ver mis hijos; así que, si Bernardo quiere ver a sus nietos, de aqui en adelnate, tendrá que venir a esta casa.—Le digo con decisión.
—Mira mi Niño, me vas a disculpar que te contradiga, sabes que casi nunca lo hago, pero no estoy de acuerdo, que prives a tus hijos de visitar a su abuelo, por la lengua venenosa de Ivone.
Yo, no conozco a las Señoritas, que estaban en casa de Don Bernardo, pero te aseguro que no son sus "amiguitas con derecho", como Ivone dice.
A quien se le ocurre que pueden ser sus "amiguitas".
Y Tú, como si no conocieras a don Bernardo, crees que Él, llevaría a una amiguita de esas a su casa y más sabiendo que allí estarán sus nietos, tú estás muy mal y sabes qué mejor me voy por qué me siento enojada, contigo por creer estupideces como un tonto y con esa arpía de Ivone y si sigue así, la despediré, por lengua larga, aunque Yo misma me tenga que hacer cargo de todo, lo de Deemarito.—me dice Marinita muy enojada.
—Marinita, no te enojes... no es para tanto, dime que tiene de malo que Bernardo venga a ver a sus nietos aquí, me voy a sentir mejor...
Y con Ivone, has lo que quieras, si quieres despidela, en fin que no quiero que mi hijo se acostumbre a ninguna mujer, aparte de ti por supuesto.—Le digo tomando su mano.
Al final a mi Marinita, se le paso el enojo, yo sigo viendo a mí hija disfrutar y a Deemarito qué por momentos está conmigo y luego con la niñera...
...Ya ha pasado el día.
Almorzamos, con mis hijos y Marinita, luego Daysi se fue a su habitación, con una enorme sonrisa en su rostro y su carita radiante.
La verdad, mi hija está muy rara, pero me alegra pues su cambio es favorable.
Ahora estoy en mi cuarto, con ganas de salir a algún bar de nuevo, pero no lo haré, pues la Nana me tiene sentenciado.
Pero estar aquí, me afecta, me hace sentir mal, ver los retratos de Camila, su ropa que sigue en el closet, sus perfumes, sus joyas, todo, pues no he querido que retiren sus cosas, sé que es una locura, pero lo hago para recordarme, que aquí no hay espacio para ninguna mujer.
Nunca más volverá a estár una mujer, en está habitación...
Y es que, como poder olvidar a mi esposa, si la amé con mi corazón entero.
Dios mio Camila, cuanta falta me haces.
Extraños su mirada serena, extraño sus besos suaves y delicados, extraño su forma pasiva de actuar y su forma de dejarse amar.
Camila era de esas mujeres delicadas y suaves, pero que su dulzura y ternura te llenan el alma de amor...
Ella era única, yo siempre tenia que decirle que hacer y como hacer, tenía que preguntar que quería y como quería pero nos completábamos.
Ahora ya no la tengo y con ella se fue, todo mi deseo de amar y ser amado, no volveré a amar...
Al fin que sexo se puede tener con quien sea.
Y con ese pensamiento, me quedo dormido...
A la mañana siguiente, me levanto muy temprano para hacer un poco de ejercicio físico.
Me voy al gimnasio qué tengo en mi casa y hago mis ejercicios.
Después, debo ir temprano a la oficina, pues tengo muchos pendientes.
Llegando a la oficina, como siempre Vanesa, está lista para atenderme, hoy ha venido más escotada que nunca, parece que sus enormes pechos van a salirse de la ropa.
—Buenos días, señor Makris, sus pendientes están en su mesa y aquí está su café, tal y como le gusta.—Me dice la morena, bajando el café y casi poniendo sus enormes pechos en mi cara.
Yo, me quedo muy quieto, porque si me muevo, estas dos pelotas de Fútbol, me estrujarán la cara.
—Ay Señor, disculpe no me di cuenta de que estoy casi encima de usted.—Me dice sin moverse.
Yo sigo muy quieto, pensando...
La verdad, no sé si quitarme el estrés con Vanesa, pues aunque, no es la gran belleza, no está tan mal y así cumplirle su deseo a la pobre mujer, pues hay que reconocer que se está esforzando por llamar mi atención.
¿O sigo estresado, hasta el viernes?...
Empiezo a ver los pro y los contra de tener sexo con Vanesa.
...Después de unos largos segundos de reflexión, me doy cuenta de lo idiota que me estoy comportando.
Bien dice el dicho, que el que con lobos anda, a aullar aprende.
Liam ya me está pasando su imbecilidad.
Yo, jamás es mezclado a la gente de mi empresa con mi vida personal, así que por más estresado que esté, no debo ni pensar en desahogarme con Vanesa ni con nadie de la empresa.
—Vanesa, quiero aclarar algo de una vez, pues no quiero que te confundas conmigo.
Tú eres una mujer atractiva, pero Yo, no mezclo gente de mi empresa, con mi vida personal.
Así que ahórrate tus coqueteos y ahórrate mostrarme tus atributos, pues eso no funciona conmigo.
Y te ofrezco mis disculpas, por hablarte así, pero no soy de las personas que rodean las cosas, siempre, me gusta ser directo y dejar clara mi posición, no pierdas tu tiempo conmigo, no estoy interesado.—Le digo a Vanesa así fríamente y veo como la morena se pone pálida y muy tensa, su frente se arruga y su sonrisa se esfuma.
Sin decir una sola palabra, se da la vuelta haciendo volar, su largo cabello negro azabache, con el que casi me da en la cara.
Y sale caminando, pero esta vez caminando muy normal.
Muy bien equilibrada.
Bueno, es mejor así...
Yo nunca fui como Liam, qué tiene una mujer diferente cada semana y por esa razón es que extraño demasiado a mi esposa; pero como ya no quiero una relación formal, debo copiar un poco de mi amigo.
Aunque es una idiotez, no es tan mala idea, buscar una mujer diferente cada semana, para no tener ningún tipo de compromiso con nadie.
Solo espero, no convertirme en un idiota crónico.