Amar Entre Dos Mundos. 2

Venus atraviesa el sendero mientras el sol se oculta tras su espalda, el camino que la lleva hasta su hogar es frondoso; pero ella va con los ojos prácticamente cerrados y con el corazón hecho trizas, su pecho duele como nunca antes se imaginó y siente que se va a quedar sin aire. El destino es tan cruel que tuvo que separar a dos personas que se aman profundamente.  Al llegar a su palacio sube corriendo las escaleras y se recuesta en su cama a llorar con todas sus fuerzas, necesita desahogarse o su alma se consumirá por la tristeza.

La doncella que a acompaño durante el día está muy preocupada, desde que trabaja para la diosa, nunca la vio tan triste; entonces va detrás de ella y suavemente golpea la puerta y al no obtener respuesta ingresa sin que Venus la autorice.

⎯ Señora ¿está bien?

⎯ ¡Vete! Déjame sola, ya has hecho suficiente. Sí tú no me hubieras interrumpido, al menos tendría un beso de Cupido para recordar.⎯ Venus se aferra a su almohada y poco a poco sus lágrimas empapan las fina tela.⎯ Solo quería un beso. Nada más quería saber que se siente tocar sus labios.

⎯ Lo siento señora; pero ese hombre la miraba extraño y usted no estaba vestida apropiadamente. Sí sus padres se enteran de esa situación…

⎯ ¿Para eso te enviaron? Para qué me vigiles y les diga todo lo que me pasa. ¿Eres su informante?

⎯ Señora, su padre se enteró que usted está sufriendo y quiere que intervenga antes de que sea demasiado tarde.

Venus se incorpora de la cama, seca sus lágrimas, entonces camina por la habitación como pensando ante la atenta mirada de la doncella y con voz autoritaria le ordena.

⎯ Ve a preparar la tina, me daré un baño y luego quiero que arregles mi baúl con ropa de estación y artículos personales, esta noche o más tardar mañana iré al castillo de mis padres.

⎯ Muy bien señora, ¿algo más ?

⎯ Sí, prepara tus cosas, tú vendrás conmigo y una vez que estemos en ese lugar no quiero verte ni a un metro de distancia, volverás a ser la doncella de mi hermana.

La doncella la mira asombrada, ella solo obedeció las órdenes del gran Neo y ahora era desterrada de estas tierras tan hermosas por hacer bien su trabajo y le parecía muy injusto.

⎯ Señora, perdóneme no sé cuál fue mi error; pero le pido disculpas.⎯ agacha la cabeza en señal de arrepentimiento y ve que realmente está arrepentida.⎯ Yo solo trataba de protegerla. Ese hombre salió de la nada y cuando se acercaba a usted la miraba con deseo, lujuria y eso está prohibido. Usted es un ser especial y no puede ser su cuerpo corrompido por un extraño.

Venus se sorprende. Ella solo vio a Cupido como siempre y nunca se imaginó que él la estuviera viendo con esos ojos y muchos menos que fuera tan inapropiada la situación, solo son amigos. Y ahora entiende que para la joven Cupido era un completo extraño acechando a una presa, e ignora que en realidad son dos personas que se aman; pero no pueden estar juntas.

⎯ Ahora entiendo todo, tú no conocías a Cupido y te perdono. Él es mi amigo y nunca me haría daño. Nos queremos mucho y somos muy unidos.⎯ le intenta explicar lo que vio porque sabe que le informara a sus padres apenas ponga un pie en el palacio.⎯ Solo que ahora está pasando por una situación muy especial, alguien lo hechizó y su mente está siendo manipulada, por eso no podemos estar juntos.⎯ la voz se quiebra al decir esas últimas palabras y sus lágrimas asoman nuevamente.

⎯ Señorita, perdón por ser indiscreta.⎯ dice y se acerca con un pañuelo en la mano y se lo entrega.⎯ Pero debo confesar que cuando ustedes estaban por unirse en un beso, sus auras comenzaron a brillar y me asusté mucho. Nunca vi algo así y por eso los interrumpí. Sí lo que mis ojos vieron es verdad, ustedes se aman.

⎯ Tienes razón, nos amamos; pero eso no cambia en nada nuestra situación, nos separa una mujer.

⎯ Entiendo, no se desanime mi señora. Usted es hermosa y seguramente alguien más conquistará su corazón.

⎯ Lo dudo, yo solo lo amo a él.

⎯ Iré a preparar su baño, necesita relajarse.

⎯ Está bien.

La doncella entra en el cuarto donde está la tina y comienza a preparar el agua tibia con esencias especiales y un aceite relajante. Cuando al fin termina con la tina le avisa a su ama que el baño está listo, la ayuda a desprender su vestido y la deja sola. La sirvienta  entra en la habitación y comienza a preparar el equipaje, en una hora ya tenía todo preparado, solo faltaba alistar sus objetos personales y podrán partir rumbo al palacio que se encuentra al otro lado del Olimpo.

Venus se sumerge en el agua de la tina y recuerda a Cupido, cada gesto, cada palabra, cada mirada; entonces cree que la distancia y el tiempo serán suficiente para calmar a su maltrecho corazón y regresar con más fuerzas para enfrentar su soledad.

Mientras tanto Cupido en su despacho se sirve un vaso de licor, necesita calmar un poco sus nervios y sabe que el líquido ámbar que ahora quemaba su garganta es su mejor consuelo. En este momento se siente como un león enjaulado, desea hablar con Venus una vez más pero ella fue muy directa al pedirle distancia y por el amor que le profesa debe obedecer su deseo y ser un buen amigo. Cupido golpeó la pared con su puño cerrado haciendo sangrar sus nudillos, se siente frustrado e impotente, lo menos que quiere es seguir siendo su amigo.

⎯ ¡Maldición! Yo no deseo ser su amigo. No puedo, la amo demasiado.⎯ grita desahogando su alma.

Él, el dios del amor está sufriendo una tortura por sentir lo que siente. Entonces el dolor de su mano lo trae de nuevo a la realidad, y piensa en que sin tan solo le hubiera besado los suaves y dulces labios de Venus, al menos tendría un hermoso tesoro guardado en su corazón y ninguna hechicera se lo podría quitar.