EL PRECIO DE LA DESESPERACIÓN

Esmeralda salió del restaurante y regreso a su casa, sentía un sabor amargo en su boca, ese hombre había logrado sacarla de sus casillas, tenía tantas ganas de estarle dando de golpes, si era posible cortarle las manos por haberla tocado.

Al entrar a casa se encontró con su hermano, que apenas la miro se acercó a ella y le dijo. – Hermana, ya pensaste en una solución, el día del pago está cerca y aun no tenemos el dinero para pagar.

Tú tienes que ayudarme, tienes que hacer algo para poder salir de este problema, sabes que nuestro padre no va a resistir la idea de perder todo el patrimonio de la familia.

Esmeralda no podía creer lo que le decía, parecía que le dejaba toda la responsabilidad, como si ella hubiera sido la culpable de estar en esa situación; para su mala suerte su hermano le había hablado en un muy mal momento y sin poder controlar su mal humor, su colera y su rabia termino dándole un buen golpe en el rostro con la mano empuñada.

Termino en el suelo por lo fuerte que le dio y en ese momento le dijo. – No me molestes y se un hombre por primera vez, hazte responsable de tus propias consecuencias.

Una vez que dijo se fue a su habitación, se quitó la ropa y se metió a bañar, se tallo la pierna con mucha fuerza, quería quitarse la mugre que ese hombre le dejo en el momento que la todo.

Al salir del baño, se puso ropa deportiva y se fue a un lugar donde practicaba la escalada, le gustaba ir ahí cuando su día no era bueno, eso le ayudaba a relajarse; en ese lugar paso toda la tarde, subió la más alta y complicada, para no terminar rápido.

A la noche regreso a casa, a entrar le pregunto a una de las empleadas donde estaba su hermano, pero como todas las noches su hermano no estaba en casa, se había ido al club, esto solo la hizo sentirse más molesta con él, aunque ya no pensaba perder el tiempo con él, solo le quedaba pensar en la manera de decirle a sus padres lo que estaba pasando y tenía que hacerlo de la mejor manera para que su padre no muriera con esa noticia.

Al día siguiente fue a la universidad, ahora su único plan era terminarla, para poder empezar a trabajar para poder pagar el hospital y tratamiento de su padre hasta que encontraran un corazón compatible con su papá.

Llego a la universidad y no se encontró con buenas noticias ese mes que falto le causo muchos problemas, tuvo que buscar a cada maestro con el que tenía clases, convencerlos para que le dieran una oportunidad.

No fue nada fácil, tenía maestros algo complicados y difícilmente entendían razones, pero esta vez tuvo que disculparse, casi suplicar para que la dejaran hacer exámenes, unos le dieron oportunidad de que estudiara, pero otros le dijeron. – Haces el examen horita o vete a exámenes extraordinarios.

Elle no le tenía miedo a un examen, rápido acepto y se puso a hacer los exámenes, para los que le dieron oportunidad tuvo que estudiar, no fueron muchos días todos estaban para ese viernes, pero esa era su oportunidad.

Tambien consiguió que le dieran oportunidad de entregar los trabajos, aunque todos tenían que entregarse el viernes; fue una semana bastante pesada, no se la paso en la biblioteca, detrás de su computadora, libros y al llegar a casa en la noche solo seguía con sus trabajos, tenía que terminarlos, pero no los iba hacer solo por cumplir, era perfeccionista, tenía que dejarlos perfectos.

Toda la semana se la paso evitando a su hermano, no quería que nada la distrajera, tenía que terminar ese semestre era el último y después de eso solo le queda la graduación, pagar los dos títulos, ya tambien sabia como lo iba hacer, tenía algunas joyas de oro muy valiosas, solo tenía que venderlas.

Su semana fue algo pesada, pero no volvió a pensar en Caspian, solo se preocupaba en lo que tenía que hacer y en visitar a sus padres, que cada día que los mirabas era más difícil poder ocultarles lo que estaba por pasar.

Se llego el viernes, entrego trabajos, hizo sus últimos exámenes y termino con todos los problemas de la universidad, ya solo le faltaba esperar calificaciones, encargarse del proceso de titulación y empezar a vender las joyas para pagar todos los gastos de la universidad.

El viernes llego a las 9 de la noche a su casa y para su mala suerte se encontró con su hermano, que la estaba esperando, para hablar con ella; se sentaron hablar en la sala, pero no fue nada agradable, fue difícil de que su hermano entendiera que ya no había forma de salvar la empresa y más difícil fue hacerlo entender que no podía decirle nada a sus padres hasta que ella lo hiciera.

Como ya se lo esperaba apenas terminaron de hablar su hermano se fue de la casa a un club, ya no le parecía extraño, pero no pensaba preocuparse por eso, pensaba que ya estaba bastante grande para saber lo que hacía y no era su responsabilidad estarlo cuidando.

Esa noche cansada se fue a dormir, pensando que el siguiente día era sábado y que no tenía que levantarse temprano, dejo su celular en el buró que estaba al lado de su cama, cerro sus ojos y se quedó dormida.

Eran las 7 am cuando su celular empezó a sonar, pensó ignorarlo, pero seguía y seguía, parecía que alguien le estaba marcando; termino fastidiada con el sonido, toma el celular y contesta. - ¿Quién habla?

Caspian al escuchar su hermosa voz, sintió que su corazón latió con fuerza, tuvo que esperar 5 para marcarle y al escucharla se emocionó, pero rápido se controló; se tomó unos segundos y le dijo. – Te espero en el restaurante del hotel de mi familia, a las 8:30 am y Esmeralda, será mejor que no me hagas esperar, no soy hombre paciente, me gusta la puntualidad.

Te aconsejo que no me dejes plantado, tengo una información que te interesa es sobre tu padre y el corazón que necesita; si te interesa saber de qué te tarta, será mejor que vayas y seas puntual.

Una vez que dijo eso corto la llamada y Esmeralda que estaba parada al lado de su cama aventó el celular al suelo, haciéndolo pedazos; ella no tenía nada de ganas de verlo, pero lo que le dijo sobre el corazón de su padre la dejo algo inquieta y sin nada de gana se metió a bañar rápido, al salir tomo un pantalón de mezclilla que le quedaba algo flojo, una playera de manga larga y cuello redondo, que le quedaba algo pegada.

Su cabello lo dejo suelto, se puso unos tenis color negro y una vez que estuvo lista tomo su bolso; salió de la casa en su carro, se fue directamente al hotel, al llegar el secretario de Caspian ya la esperaba en la entrada, la guio hasta un lugar privado del restaurante.

El lugar era algo amplio, tenía una gran ventana que daba a la calle, un balcón, pero estaban cerradas con las cortinas abajo, en el medio de ese cuarto que era de unos 7 x 7 metros, en el medio estaba una mesa con dos sillas.

Caspian la miro llegar y se puso de pie, la miro de arriba abajo, negó con la cabeza al ver lo que traía puesto, en ese momento le dijo. – ¿Que te costaba ponerte un vestido como el de la última vez?  Ya no importa, la siguiente ves seguro me complaces con algo más agradable; siéntate para desayunar y después hablamos.

Esmeralda se le acercó y le dijo. – No quiero desayunar contigo, solo habla para que pueda irme de este lugar; verte es realmente desagradable.

Caspian se le quedo mirando y le dijo. – Entonces retírate, pero si te vas puede que tu padre muera en un par de meses por la falta de un corazón.

Esmeralda se sentía algo ansiosa y molesta, no le gustaba nada lo que le decía, por un momento pensó que tal vez solo estaba jugando con ella y que realmente no sabía nada sobre el corazón de su padre, pero si se iba y él sabía algo importante para salvar a su padre, eso era un riesgo; no sabía que hacer, si quedarse o solo marcharse.