MI DESTINO SIEMPRE FUE AMARTE

ANTÓN

Durante mi bienvenida, pasé tiempo con Blanca y Grecia. La verdad es que Blanca quería saber todo sobre mi vida en Rusia y le conté todo, sobre mis amigos allá. También le dije que un par de ellos estarían aquí con el abuelo para la graduación de Grecia y tal vez les gustaría. Ella se negó, diciendo que primero está su trabajo y luego, si queda tiempo, las relaciones de pareja.

No estoy de acuerdo con ella, pero la respeto. Aunque creo que le pediré a mis amigos Denis y Gala que traigan a su hermano mayor Dante. Sus pensamientos son los mismos que los de Blanca, así que tal vez surja algo.

Después del interrogatorio de Blanca, se me presentó la oportunidad de llevar a Sol y Ángel. Quizás con un poco de suerte podría hablar con René.

Pero para mi sorpresa, René estaba allí con ella cuando llegué. Ángel nos presentó y yo solo quería romperle el brazo si no fuera porque René habló. Al final, me contuve, me despedí y conduje hasta un bar cercano. Después de algunos tragos, tomé mi celular y le escribí un mensaje.

No obtuve respuesta al mensaje, ella lo leyó pero no respondió. Eso me enojó. Sé que me lo merezco por cobarde, pero de verdad muero por hablar con ella. Quiero que me regale una de sus hermosas sonrisas y no esas expresiones molestas cuando me ve.

Después de algunos tragos, conduje a casa. Cuando llegué, mis papás estaban besándose y riendo. Ellos se aman a pesar de los años, su amor es muy fuerte, y eso que ambos tienen su carácter. Subí en silencio a mi habitación y me encerré allí, donde hay fotos por todas partes, donde estamos René, Grecia y yo, mi pequeña mariposa de ojos verdes.

Vine por ella y la voy a conquistar, así tenga que enfrentarme a ese idiota en moto. Pero creo que esperaré hasta su graduación. Estoy seguro de que Gala y Denis me ayudarán a quedar a solas con ella. Ahora solo tengo que conseguir un buen departamento donde recibirlos a ellos y a su hermano. Aquí en casa no podremos hablar libremente, con mi mamá, los gemelos y Grecia rondando, además del abuelo y mi papá.

Pero eso lo veré por la mañana. Espero encontrar un buen lugar para estar tranquilos y poder hablar los cuatro. Sé que mi mamá pondrá el grito en el cielo cuando le diga que me iré a un departamento con mis amigos, pero pondré como excusa que ellos quieren un lugar propio y no puedo dejarlos solos, pues no conocen la ciudad. Y no miento, ellos nunca habían venido aquí, así que esa será mi excusa para salir de casa.

Pero no estaré muy lejos. Mi mamá entenderá, al igual que sé que entenderá cuando le diga que amo a su hermana menor y que no puedo vivir sin ella.

RENÉ

Me levanté muy temprano y me preparé para irme al departamento de Blanca. Armé un pequeño bolso, tomé mi celular, mi cargador, los audífonos y mi bolso. Cada vez que visito a Blanca, me quedo un par de días con ella, pues Blanca siempre me pide que me quede un poco más y yo lo hago. La pasamos muy bien juntas.

Cuando estuve lista, bajé con todo y bolso. Me senté a desayunar y luego bajaron mis padres, con una hermosa sonrisa en sus rostros.

—Princesa, no nos esperaste —dijo mi papá.

—Sí, perdón. Es que desperté temprano. Iré al departamento de Blanca —comenté.

—Me alegra que visites a tu hermana, aunque cuando lo haces no te vemos por dos o tres días y la mansión se siente más vacía —dijo mi papá.

—Lo sé, pero saben cómo es Blanca, no me dejará ir solamente por unas horas, pero solamente serán un par de días, lo prometo –respondí y ambos me sonrieron.

Después del desayuno les di muchos besos a mi papá y a mi mamá por los dos días que estaré con Blanca y mi papá me llevó hasta el departamento de Blanca, pues el chofer llamó y el auto se dañó, por eso no regresó por ellos a la mansión de mi hermana Ángela.

Pero en el camino al departamento de Blanca aproveché para saber si tendría mi auto en mi cumpleaños número 18, es lo que más quiero, pero mi papá se niega.

—Papá, ¿tendré mi auto para mi cumpleaños? —pregunté con algo de temor.

—Princesa, el auto que quieres es demasiado veloz y sería muy riesgoso para ti —dijo mi papá.

Y sí, el auto que quiero es un SSC Tuatara y es un superdeportivo americano fabricado por SSC North America, con un motor V8 biturbo de 6.0 litros. El modelo tiene 1.750 CV (cuando funciona con Metanol) y 1.735 Nm de par motor. Su caja de cambios es automática de siete velocidades, es una máquina increíble.

—Papá, sé conducir muy bien, tú y Juanjo me enseñaron, además mis ahorros son suficientes para ese auto, solamente necesito que me ayudes a conseguirlo —y sí, el auto es espectacular pero no es fácil de conseguir y mi papá tiene los contactos para hacerlo, por eso se lo pedí a él y no compré el auto directamente yo.

Frustrada, crucé mis brazos y miré por la ventana del auto, ya mi día se estaba poniendo pesado.

—Princesa, no pongas esa cara, quizás otro auto, como el de Blanca por ejemplo —miré a mi papá para ver si era una broma pero no era así.

—No, si no puedo tener el auto que deseo, o uno similar, esperaré hasta que pueda conseguirlo yo sola. Nos vemos en casa, papá —como ya habíamos llegado, tomé mi bolso y bajé del auto.

Detesto que toda mi familia me vea como una pequeña frágil y sensible, como si cualquier cosa arriesgada pudiera lastimarme. Pero debe haber una manera de conseguir el auto que quiero, y lo voy a lograr.

Yo no voy a usar un auto tan lento como el de Blanca. Creo que preferiría ir en bicicleta a la universidad antes que usar el mismo auto que Blanca, es muy lento.

Desanimada porque no obtendré el regaño que quiero para mi cumpleaños, subí al departamento de Blanca donde encontré una despensa llena y una nota que decía que llegaría para la hora de la comida y que se tomaría el resto de la tarde libre para estar conmigo.

Por lo menos algo está saliendo bien, Blanca llegará temprano y podremos hablar. Quizás ella conozca a alguien que pueda conseguir el auto que quiero, pero no creo que me ayude. Ella jamás estará de acuerdo con que yo tenga un auto así.