Tu, Mi Verdadero Amor.

Alejandro.

Era el momento de decir todo, no podía acobardarme, así que deje salir, todo lo que había guardado por años, la amaba, eso era un pecado, no me considero un mal hombre y daría lo que fuera, porque ella llegara a corresponder mi amor.

Recodar el beso que se dio con Pablo, apretó mi corazón, dolía y mucho. Ella se acercó a mí y con sus manos, tomo mis mejillas.

- Entiendo perfectamente lo que sientes\, y lamento mucho que hayas pasado por todo eso\, por mi culpa\, tú más que nadie conoces mis sentimientos\, pero tienes que saber que me gustas y muchos\, ahora no puedo corresponder tus sentimientos\, pero si me esperas.

No podía creer lo que estaba escuchando, le gustaba y estaba dispuesta a darme una oportunidad.

- Te he esperado por 11 años\, no me importaría hacerlo por 11 más.- le dije con una enorme sonrisa.

Estaba vez la que tomo la iniciativa para besarme fue ella.

- Gracias alejo.- hacía años que no la escuchaba decirme así.

- Gracias a ti\, pequeña.- estuvimos hablando un largo rato.

Ya eran la una de la mañana, el tiempo pasó volando, era hora de volver a la realidad.

- Bueno\, pequeña\, es hora de irme.- le dije.

Me levanté de la cama con intención de irme, pero ella me detuvo.

- Por favor quédate.

- Estás Segura.- le pregunto\, mientras por dentro saltaba de la emoción.

Ella solo asintió, así que quite la chamarra y mis zapatos, luego me metí en la cama, ella me abrazo, era increíble que por fin estuviera pasando, lo había soñado tanto que lo veía imposible.

Solo bastaron unos minutos para que quedáramos profundamente dormidos. Dormir con ella entre mis brazos fue lo mejor del mundo.

La luz que entraba a través de la ventana me despertó, mire el reloj que estaba sobre la mesa de noche y me percate que eran cerca de la siete de la mañana. Claudia seguía dormida, así que salió lo más despacio posible para no despertarla, a decir verdad no me quería ir, pero no me quiero imaginar la reacción de toda la familia si nos descubren. Así que salí de la habitación por el mismo lugar por el que entre, por suerte la escalera seguía

en el mismo lugar.

Ya había mucho movimiento en el viñedo, todos los empleados ya estaban realizando sus labores, incluyendo a los hermanos de mi pequeña. Gracias al cielo, conozco cada rincón del viñedo, así que salir sin ser visto.

Pude respirar con tranquilidad, cuando estuve en mi habitación, podía parar de sonreír al recordar todo lo que había pasa en la noche con Claudia, esa sensación que sentí cuando toque su piel, lo suave y erectos que estaban sus pechos. Provoco que mi miembro despertara, necesitaba una ducha urgente.

...

Claudia.

Había sido una noche increíble, dormir en los brazos de Alejandro me produjo seguridad, hacía meses que no dormía tan bien, pero lo más increíble fue ese beso que casi nos lleva a algo más, toda mi vida me imagine entregándome a pablo, deseaba que él, fue mi duelo, nunca imagine que alguien diferente a él pudiera hacer sentir tan bien. Cuando desperté ya eran las 8 de la mañana, y Alejandro ya se había marchado, no sentí en que momento se fue, pero recordar todo lo ocurrido me hizo sonreír.

- buenos días para todos.- grité al entrar al comedor.

- veo\, que está de muy buen humor.- me dice David.

- la verdad es que sí\, dormí de maravilla\, que siento que volvía a nacer.- le dije con una sonrisa\, mientras le daba beso en la mejilla a mis padres.

-me alegra verte tan animada hija.- agrego mi madre.

-gracias madre.

- se puede saber\, que te tiene tan feliz.- pregunto Damián.

- nada en especial\, simplemente se sintió bien dormir tanto.

Todos se miraron entre sí, quizás les parecía loca, ya que los últimos meses, había estado depresiva, y hoy estoy sonriendo, pero es que de verdad no lo puedo evitar, me siento bien, me siento feliz.

El resto del día fue maravilloso, el clima, la comida, el transporte, absolutamente todo, por la tarde salí con camila a almorzar, estuvimos en el centro comercial de compra.

- se puede saber que te tiene tan sonriente.- ella también lo había notado.

- nada solo estoy de buen humor.- cosa que no creyó.

- te conozco y sé que ahí algo más.

No tuve más remedio que contarle todo, ella estaba que gritaba de la emoción, y yo estaba igual que ella.

- no lo puedo creer\, esa es mi amiga.- camila me dio un abrazo en señal de apoyo.

- gracias\, amiga\, no sabes lo feliz que estoy\, para mí es un buen comienzo todo lo que está pasando con Alejandro\, aparte también de ser nuevo para mí\, todas estas emocione y sensaciones.

- lo sé amiga\, y estoy alegre por ti\, Alejandro es un buen tipo\, y sé lo mucho que te ama\, aunque se haya portado como un idiota.- pero como lo sabes.

- amiga\, lo idiota se le ve de lejos.- dijo entre risa.- en cuanto a lo otro\, tú no lo notaste por estar pendiente al idiota de pablo\, pero era tan obvio para.

- pero porque no me lo dijiste.

-no quería que te fueras a sentir incómoda con él, pero de igual forma y tenía fe de que tu misma lo notaras.

- vaya\, me imagino lo feo que tuvo que ser para Alejandro el que todos notaran sus sentimientos menos yo.

- si amiga\, tuvo que ser difícil para él.

Camila me contó todo lo que paso y nunca vi por estar ciega por pablo, lo triste que se ponía Alejandro cuando yo solo hablo de pablo. La conversación era muy interesante, hasta qué lucero aprecio en compañía de pablo.

Había estado tan metida en el asunto con Alejandro que hasta me había olvidado de estos dos, parecían celebridades, caminaba de la mano, hasta que se detuvieron enfrente de nuestra mesa. Tenía tan poquita ganas de hablar con ellos, que creo que pablo noto mi mostró de fastidio, pero la verdad no me importo, no estaba dispuesta a aguantarme más humillaciones por él.