En un futuro distópico devastado por una ola de calor, solo nueve ciudades quedan en pie, obligadas a competir cada tres años en el brutal Torneo de las Cuatro Tierras. Cada ciudad envía un representante que debe enfrentar ecosistemas artificiales —hielo, desierto, sabana y bosque— en una lucha por la supervivencia. Ganar significa salvar su ciudad, mientras que perder lleva a la muerte y la pérdida de territorio.
Nora, elegida de la ciudad de Altum, debe enfrentarse a pruebas físicas y emocionales, cargando con el legado de su hermano, quien murió en un torneo anterior. Para salvar a su gente, Nora deberá decidir hasta dónde está dispuesta a llegar en este despiadado juego de supervivencia.
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La segunda prueba
Finalizado la primera prueba la puerta bajo ellos se abrió de un golpe se notaba que qué abajo había nada más que oscuridad, Marcus se toco al cabeza suspirando diciendo que era la segunda prueba del desafío tenían que ir si o si
El aire gélido del ecosistema de hielo artificial envolvía a Nora y su equipo mientras avanzaban en la penumbra. Habían pasado la primera prueba, pero el desafío apenas comenzaba. Las paredes de hielo crujían ominosamente, como si el lugar mismo estuviera vivo y acechando.
—¿Qué se supone que debemos hacer ahora?— preguntó Lila, su voz resonando en el silencio helado. Los destellos de luz azulada que se filtraban a través del hielo apenas iluminaban sus rostros, marcando la tensión en sus expresiones.
—Argus dijo que la sangre de uno de nosotros es necesaria para pasar a la siguiente fase— recordó Marcus, frotándose los brazos para mantener el calor. El frío calaba hondo, y a medida que hablaba, su aliento formaba pequeñas nubes que se disipaban rápidamente.
—Esto no es más que una tortura— se quejó Jared, mientras miraba a su alrededor, buscando alguna herramienta, algún indicio de cómo podían cumplir con el requisito.
—¡Miren!— exclamó Nora, señalando un área cercana donde el hielo parecía menos denso, con un borde afilado que podría servir. —Podríamos usar eso para cortarnos.
—Es peligroso, Nora— advirtió Jared, pero su preocupación no hizo más que incrementar la urgencia. El tiempo corría y el frío se intensificaba.
—No tenemos opción— dijo ella, sintiendo cómo el pánico comenzaba a apoderarse de ellos. —Debemos encontrar una manera de obtener la sangre que necesitamos.
Mientras avanzaban hacia el borde afilado, la atmósfera se volvió aún más opresiva. La ansiedad llenaba el aire, y Lila se veía cada vez más pálida. Nora se dio cuenta de que no podían permitir que eso sucediera. Lila debía mantenerse consciente.
—¡Lila, quédate con nosotros!— dijo Nora, tratando de infundirle un poco de coraje. —Vamos a salir de esto.
—No puedo…— murmuró Lila, su voz temblando. De repente, se desplomó al suelo, completamente inconsciente.
—¡Lila!— gritó Jared, corriendo hacia ella. —¡No, no, no!
Nora sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Tenían que actuar rápidamente. Mientras Marcus se inclinaba para revisar a Lila, Nora se dirigió hacia el borde afilado.
—¡Marcus!— llamó. —Necesito hacer esto. Debo obtener sangre.
Marcus la miró con preocupación.
—¿Estás segura?
—No tengo otra opción tengo que hacerlo para poder salir de la segunda prueba — respondió ella, con determinación. Mirando hacia el borde afilado, sintió un nudo en el estómago. Pero la urgencia era mayor que su miedo.
Con un movimiento decidido, presionó su mano contra el hielo afilado. Un dolor agudo la atravesó y las ganas de gritar ante el dolor era inevitable, y la sangre comenzó a brotar de su herida. El frío se intensificó, y cada gota que caía parecía resonar en el aire silencioso.
—¡Rápido! Necesito algo para recolectar su sangre — gritó Marcus, sacando un recipiente improvisado de la mochila que habían encontrado. Mientras la sangre caía en él, Jared y Marcus se movieron rápidamente para estabilizar a Lila.
—¡No podemos quedarnos aquí Marcus !— dijo Jared, su voz llena de pánico. —El tiempo se nos acaba.
—Céntrate, necesitamos su sangre— insistió Nora, mientras se esforzaba por proporcionar suficiente. La presión de la situación la mantenía alerta, aunque la debilidad comenzaba a afectar su visión.
Finalmente, después de un esfuerzo coordinado, el recipiente estaba lleno.
—¡Lo tenemos!— exclamó Marcus, levantando el frasco con alegría. —Ahora, llevémoslo a la salida.
Sin embargo, justo cuando comenzaron a moverse, un fuerte eco resonó a través del ecosistema, y una barrera de hielo apareció ante ellos, bloqueando el camino.
—¡No!, ¿qué paso esto que es? — gritó Jared, golpeando el hielo. —¡Esto no puede estar pasando!
Nora miró a su alrededor, sintiendo que el tiempo se les escapaba.
—No podemos rendirnos— dijo con firmeza. —Busquemos otra forma.
Con la presión del tiempo y la inminente amenaza del frío, comenzaron a buscar puntos débiles en el hielo.
—Miren, ahí hay una sección que parece menos sólida— señaló Marcus, dirigiéndose a una parte de la barrera.
—A empujar tal vez con suficiente presión podemos hacer algo para entrar por esa parte — ordenó Nora, mientras todos se alineaban para ejercer presión. Con un esfuerzo conjunto, empujaron con todas sus fuerzas. El hielo crujió y resonó bajo su peso, pero se mantenía firme.
—¡Vamos haz un hueco maldita sea!— gritó Nora, sintiendo que su energía se desvanecía. —No podemos parar ahora.
Finalmente, con un último empujón, la barrera de hielo se quebró, creando una abertura que les permitió continuar.
—¡Lo logramos!— exclamó Jared, mientras se apresuraban a atravesar el umbral. Lila, aún débil, fue sostenida por Marcus mientras avanzaban.
El eco de sus pasos resonaba a través del frío, y la sensación de ser parte de un juego mortal se intensificaba. Cada desafío era una prueba de su resistencia, no solo física, sino también mental y emocional.
Mientras avanzaban hacia la siguiente fase del desafío, el ecosistema parecía cobrar vida, el frío y la presión aumentaban con cada paso que daban. Nora sabía que, aunque habían superado esta prueba, aún les quedaba mucho por enfrentar. La lucha por sobrevivir en este mundo post-apocalíptico apenas comenzaba.
Las sombras en las paredes de hielo parecían seguirlos, un recordatorio constante de que estaban siendo observados. El eco de sus pasos resonaba en la vastedad del lugar, y la sensación de que su tiempo se estaba acabando se hacía más fuerte. En un mundo donde el calor había destruido gran parte de la civilización, el frío mortal del hielo era solo otro enemigo que debían enfrentar juntos.
--¿Qué carajos es esto? -- dijo Marcus, con el rostro pálido
El camino era una fina capa de hielo eso parecía ser la última prueba tenían que correr rápido por ese camino y tratar de llegar al final, si perdían obviamente no iba a morir de verdad, pero afuera si
--¿Qué vamos a hacer?, Lila no puede correr apenas es que está de pie-- pregunto Jared mientras caminaba sin parar
--Calmante, algo haremos, no pienso morir, tenemos un noventa por ciento de pasar, recuerden que solo uno de los nueve que estamos aqui va a perder -- Dijo Marcus, tratando de calmar un poco la situación
--Tenemos que esperar a los demás, ellos tienen que pasar los desafíos, tenemos tiempo para que Lila descase -- respondió Nora, con una mirada perdida en ese camino