Victoria Julia Cesare tuvo una buena vida gracias a su tía soltera Grace. Debía salvar ahora a su primo del desastre en el que se metió. No le quedaba otra. La oferta de trabajo en el sur del país le venía como anillo al dedo pero antes tenía un trabajo que hacer y lo haría. Rescatar a su primo de un ambiente de mafiosos peligrosos. Aunque ese ambiente atrajera como mariposa nocturna a la luz.
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Capítulo 14. Una última vez.
Hielo y Fuego.
Elsa Elena Isasa.
Capítulo 14. Una última vez.
Estaba con gente. Eso era. O tenía que salir de su trabajo a algún lugar. Fue imprudente. Demasiado posesiva e intensa - pensaba Vicky.
Su cuerpo bajo el chorro de agua tibia se sentía helado. Terminó su baño y envolvió su cabello sin cepillar ni secarse. Se tiró en la cama. De su mente no salía la conversación que hacía unas horas tuvo con su novio. Miró su anillo, el que se lo puso Luka después de dormirse entre sus brazos.
– Todo está bien - dijo.
Caminó hacia su cocina y preparó un jugo y un sándwich. No tenía hambre. Pero debía obligarse a comer. Al otro día tenía un trajín enorme como el de hoy.
Estaba triste.
Eso pasaba. La ausencia de Luka le dolía y lo sintió frío y distante. Después de comer distraída volvió a su cama.
Casi dormida sin secar su cabello sintió el celular sonando.
Cuando vió su rostro tuvo que apretar los labios para evitar las lágrimas.
– Vicky. ¿Ya dormías?
– Aún no. Gracias por llamarme. Te extraño amor. -
– También yo Victoria. Te extraño mucho. -
– Gracias - dijo sin poder evitar que las lágrimas corrieran por su rostro.
– ¿Lloras? No llores por favor Vicky. -
– Es. Es…que estuve tan emocionada por la inusitada mejora de Grace. Y luego…parecías molesto cuando llamé.
– Es que, estaba complicado. Estoy esperando respuestas de una persona y eso me afectó. Dame una sonrisa por favor. -
– ¿Una persona? - dijo Victoria tratando de sonreír.- ¿una mujer?
– Un médico. Del norte del país. Anciano. -
– ¿Estás enfermo? Te sientes mal amor?--
– Estoy bien Vicky. Solo me tiene que mandar algo. Eso es todo. -
– Bien. Ya te lo mandará. sonríe tu también amor. Por favor.
– Está bien – dijo Luca sonriendo y mirándola profundamente – te quiero tanto Vicky. Tanto. -
– Y yo amor a ti. Quiero tus besos y tu cuerpo a mí lado. ¿Te pasa lo mismo?Dime Luka. -
– Claro Vicky. Se que no debería pero…
– ¿Que no deberías que Luka?--
– No debería hablar contigo así, como estuvimos la otra vez. Siempre pienso que alguien puede pinchar mí teléfono. Y vernos….
– Qué importa Luka. Nos amamos. ¿Nos casaremos verdad? Todos en el trabajo preguntan por mí anillo. - dijo Victoria sacando su turbante y desparramando su cabello húmedo sobre sus hombros.
La salida de baño se había corrido un poco y su hombro desnudo se veía tentador en la pantalla. Luka se mordió los labios. Su mente lógica le exigía terminar la comunicación pero a pesar de luchar contra ello, su cuerpo reaccionaba.
Perdón Dios mío. Una sola noche más. Solo una noche. – pensaba.
– ¿Quieres verme?- dijo Vicky sonriendo un poco compungida.
– Quiero– dijo el detrás de la pantalla.
Vicky vió sus ojos inmensos y unas ojeras que no conocía.
– Quizás estás cansado amor mio-
– Ahora. Nena. Ahora – suplicó el.
Los ojos de Luka brillaban como los de un lobo mientras le hablaba. Y el sexo empezó, a kilómetros de distancia. Cada vez más ardiente y más maravilloso.
– ¡Aprieta tus pechos! ¡Quiero ver tus caderas ! Muerde tus labios mí vida. - las órdenes seguían y el calor furioso recorría el cuerpo de Vicky.
El me dijo “mí vida” - pensaba. Me ama. Me ama. Todo está bien. Todo.
Gimieron tocándose y mirándose en la pantalla. Desesperados por tocarse y sentirse. Desesperados por hacerse uno otra vez.
– ¿Vendrás este fin de semana ?- dijo después del encuentro.
– Trataré. Pero quizás no pueda Vicky. Quizás no pueda viajar– tartamudeo.
Dejó el teléfono y se arrodilló en el suelo gimiendo como un animal acorralado y herido.
– Perdón Dios mío. Perdón - murmuró llorando.
Ya desde el inicio de la charla por video llamada y cuando vió su rostro supo que era verdad lo que tenía.
Las facciones de Victoria parecidas a su madre. Su cuello desnudo con el cabello envuelto por una toalla era una nota distintiva muy parecida al cuello de Samira.
¿Y porque siguió la comunicación? ¿Porque no pudo contenerse y actuar como lo había decidido, distante y frío?
Tenía que hablar con ella. Tenía que confesarle su secreto atroz que parecía unirlos fraternalmente y aniquilarlos como amantes.
Para desgracia al otro día llegó el enviado a la ciudad de Colisa, donde el anciano médico había cuidado a su hermana por pedido de su padre.
–El médico ha muerto. Pero hablé con una sobrina. Una pareja robó a la pequeña mientras paseaba con su nana por el parque de la ciudad. Las noticias aún están en los periódicos jefe. Mire. Pude traer fotocopias de las noticias. Las conseguí de la biblioteca.--
– Gracias. Retírese. – dijo Luka.
Y sus ojos fueron a cada nota fotocopiada. :” Dos años de edad. Sexo femenino. Tez blanca. Ojos marrones. Cabello ondulado castaño oscuro. Collar en el cuello con una inscripción en latín”.
Con un vaso de whisky se sentó derrotado en su escritorio.
Debía enterrarse en el trabajo y no pensar. No llamar. Dar tiempo a que la situación se calme y luego hablar con Victoria y con su madre. No debía llamarla más por teléfono. Estaba seguro que ella lo odiaría después de lo pasado.
Pero aún debía cuidarla. Cuidarla siempre. Sin que ella lo supiera.
– Por favor. Habla Luka Donato. Necesito hablar con su jefe. El señor Facundo Gómez Riera. -
La conversación fue corta y positiva. Un nuevo arquitecto se integraría al plantel y no le costaría ni un peso. La compañía Donato pagaría los gastos del nuevo empleado.
Luka sabía a quién llamaría.
Conocía a un ingeniero retirado de la milicia. Su tarea sería cuidar con su propia vida a su hermana.
Tomó un gran sorbo de lo que sería su sustento en esos días y prosiguió sus tareas para dilucidar la seguridad del parentesco con su madre. Esa prueba sería indubitable.
Pensó en recurrir a Rubén pero descartó la idea.
Simplemente llamó a su casa y pidió lo que necesitaba a una empleada de confianza.
– Mándame mañana por avión. Es urgente. - dijo.
Y luego se tiró en el sillón. Era un hombre derrotado y mentalmente enfermo.
–Alicia. Puedes por favor conseguir un turno con un psicólogo. No me siento bien – le dijo a su secretaria. Y realmente todo en él denotaba que estaba enfermo.
Bergamo es una ciudad de Italia
No se porque la escritora dice un pasaje para Italia.