Latentis

Ya en la habitación Daphne se deja caer en la cama está cansada de cierto modo por el viaje a ella no le gusta salir no es muy sociable que digamos.

Incluso en su vida pasada era sí, recuerda como murió ese día aunque no sabe cómo fue que sucedió porque solo se encontraba revisando la cosecha de mangos por qué su querida hermana no pudo ir a hacerlo por andar de fiestas hasta la madrugada.

Ese día escuchó a uno de los cultivadores gritar “Cuidado le va a caer un mago en la cabeza” y ella como pensó que le hablaban a alguien más no le puso atención en eso sintió como algo grande cayó en su cabeza al observar mejor vio un mango del tamaño de su mano, en eso un dolor insoportable se instaló en su cabeza y fue perdiendo las fuerzas hasta caer desmayada, Y cuando volvió a abrir sus ojos no podía hablar porque era un bebe.

Según iba creciendo sus memorias iban siendo más claras lo que más le da pesar es no saber cómo se encuentra su hermana, no es como que pudiera agitar una varita mágica y volver en el tiempo porque ni ella misma sabe que es lo que ha pasado realmente.

Esta vida ha sido una montaña rusa de emociones, al principio no quería comprometerse con ese tonto príncipe, pero después lo pensó mejor y aunque no tenía un plan hecho sabía que quería saber cómo es que la anfitriona del cuerpo en la novela muere apuñalada siendo ella una Elfa.

Cuando tenía cinco años y sabía que estaba en el mundo de la novela y sabía que aquí los humanos tienen ciertos sondes especiales como hacer crecer plantas, o manipular el agua a su antojo lo que ella si no sabía es que hubiera seres mágicos como elfos, pero un día que estaba en su habitación por error propio su dedo índice y medio les cayó azúcar y mientras sacudía sus dedos de arriba hacia abajo, sus dedos empezaron a brillar de un color morado sin que ella se diera cuenta de lo que pasaba fue teletransportandose a la oficina donde su padre estaba trabajando.

—Qué recuerdos—menciona ella

—Desea que haga algo más señorita—le pregunta Ava su doncella personal

—Por el momento no, sabes si mi hermano ha vuelto —ya extraña a su hermano tiene días de no verle

—Según escuché el joven amo llega mañana —responde Ava

—Muchas gracias Ava, ve a descansar—Ava asiente a lo que le han pedido, hace una reverencia y se retira.

Cómo aún falta un par de horas para dormir decide salir a dar un paseo por los sembradíos de peras, agita sus dedos de abajo arriba hacia abajo sus dedos brillan de un color morado, y puf desaparece de la habitación apareciendo en los sembradíos de peras, como en su vida pasada era ingeniera agrónoma, pues se le hace más fácil manejar los suelos para sembrar semillas de alimentos, y por culpa de ese mango desgraciado ella murió por eso en esta vida odia los mangos, pero son ricos de comer.

—Bendito mango juro que cuando te vea te haré picadillo—quiebra una rama seca en sus manos

Por estar maldiciendo los mangos no puso atención a lo que acaba de caer del cielo, Dapne sigue tranquilamente observando con las plantaciones de peras son regadas, en un par de meses ya podrá comer peras, al irse acercando al viñedo y por ir tan concentrada comiendo uvas no se da cuenta de que hay algo en el suelo o debería decir alguien desmayado.

Sin darse cuenta tropieza con algo lo primero que viene a su mente es que había una piedra, más en el viñedo no puede haber piedras al voltear atrás su corazón comienza a palpitar con fuerza sus manos comienzan a sudar, lentamente se acerca al bulto observando mejor es una persona pero no cualquiera persona, ya que puede notar que tiene un par de alas de ángel.

—Wow, quien diría que vería un ángel en la otra vida—dice ella acercando su mano para tocar las alas

—Oh son tan suaves que parece que estoy tocando un pájaro—dice cubriendo su boca para no reír

—Quién es un pájaro—habla una voz grave pero cálida

Daphne siente como esa voz traspasa sus huesos provocando leves escalofríos en la espalda baja y su dulce corazón palpita.

— ¿Quién dijo eso?—pregunta Daphne volteando a ver los alrededores

—Fui yo—vuelve a escuchar

Esta vez ella voltea a ver al ángel, viendo como él se sienta en el suelo, este ángel la voltea a ver directo a los ojos, ella no se deja intimidar y mantienen la mirada fija en esos ojos cafés con dorado.

—Tú quién eres y qué haces en mi viñedo—pregunta ella

—Por qué debería de decírselo a una humana —sentencia él

—No soy humana tonto pájaro—le grita ella, quizás en su vida pasada fue una humana común, pero en esta no y le encanta no ser humana

—En serio no eres humana ja, ja, ja qué buen chiste, si no magia tienes—le responde él

—Ja, ja, ja sin magia dices, veremos cuando te deje sin plumas —le dice ella, haciendo que sus dedos brillen y robándole una pluma al ángel

—Oye que crees que haces—dice él escondiendo sus alas

—Ja, ja, ja no quieres ser un ave desplumada —se ríe ella en su cara

Aprovechando que él se ha dado la vuelta ella crea una barrera de invisibilidad porque sintió la presencia de otros seres rodeando la barrera del archiducado.

—Oye humana que hiciste—le pregunta él acercándose a ella

—Nada, solo cállate o no seré yo quien te desplume, sino que ellos —señala al cielo

Él se sorprende de verlos, se supone que los perdió hace unos tres kilómetros como es que están ahí rastreándolo, en este momento siente gran admiración por esa chica que lo ha salvado sin conocer ni tan siquiera su nombre.

—Me llamo Arthur ¿y tú?—le menciona su nombre

—Soy Daphne Fenty Ivory —responde ella

Así que ella es la hija del gran archiduque del norte, tendrá que agradecerle muy bien por haberlo salvado aunque le molesta que le haya robado una de sus preciadas plumas, pero siendo la persona que lo ha ayudado puede dejarlo pasar.

Arthur