Objetivo: Venganza

Me quedo pensando en eso, cuando alguien me interrumpe. -Debería cambiar de puesto con ella- escucho a Alicia. 

-¿Sí?- pregunto, sin saber a qué se refiere. 

-Cambiaré de puestos con Elisa, así no tiene que soportar estar todo el día al lado de Carolina. Además, seguramente quieres estar con ella ahora- dice, clavando su codo en mi costado. 

-¿Se nota tanto?- pregunto, sabiendo que ya fui descubierto. 

-Antes no, pero últimamente es demasiado evidente esa sonrisa de idiota que pones- me molesta. Gimo en voz baja, por mi incapacidad para ocultar mis sentimientos. Seguramente Elisa también se dio cuenta. 

-Pero no te preocupes, eres mil veces mejor que ese tipo. Siempre pensé que era un poco falso. Ahora me voy, buena suerte. 

Me quedo sorprendido, porque no sabía que ella pensara eso de Rodrigo. También agradecido por su apoyo, después de todo, ella fue una de las pocas personas que defendió a Elisa cuando Rodrigo le robó su proyecto. 

-Hola- dice Eli, cuando se sienta a mi lado y se pone a ordenar sus cosas. 

-Hola- digo y de inmediato me doy cuenta de que tengo una media sonrisa idiota, como Alicia la llamó. 

Por un minuto ella no dice nada, mientras vemos llegar a Carolina, quien mira extrañada el cambio de puestos.

-Entonces…- empiezo, luego de que Carolina se sienta. En su caso, nadie se levanta a avisarle, pero veo como Mariana, una de sus amigas y cómplices, escribe a toda velocidad en su celular. 

-Sí- dice Elisa, haciendo que mi atención vuelva hacia ella. 

-¿Sí?- pregunto, porque no sé a qué se refiere. 

-Sí, sabía que él me engañaba. Así que decidí encontrar pruebas y exponerlo, a él y a mi supuesta amiga, afortunadamente pude obtenerlas. 

-¿Estás bien?- pregunto preocupado. Sabiendo que ella estaba muy enamorada de él, tanto como para decidir casarse.

-Sí, me di cuenta de que perdía mi tiempo con un tipo así. Estaba pensando en cuándo sería el mejor momento para terminarlo y justo tú lo dejaste en evidencia ayer, así que decidí seguir con la corriente- dice ella y me sorprende que se vea efectivamente bien, como si no le hubieran traicionado. 

-Eres impresionante- digo.

-No lo soy, pero gracias- responde. 

En ese momento entra Rodrigo a toda velocidad a la oficina, así que asumo que alguien le avisó a él también. 

-Amor, no es lo que piensas- dice Rodrigo nada más verla. -Fue una cosa pequeña, una de una sola vez. Algo sin importancia. Ya sabes cómo las mujeres siempre están tirándose encima mío, sólo porque soy atractivo. 

Con eso casi vomito. No puedo creer que haya dicho eso. 

-¿Cómo? ¿Estás culpándome cuando tú eres un puto de primera?- alza la voz Carolina, habiendo escuchado también.

-Cállate, ¿quieres?- le responde Rodrigo, luego se vuelve hacia Elisa nuevamente. -Amor, por favor. Sabes que eres la única que está en mi corazón…

-¡Cállate tú! Te acostaste varias veces conmigo y con varias mujeres de la empresa, no vengas a hacerte el inocente ahora. Desgraciado- sigue Carolina. Rodrigo hace un gesto de disgusto, pero no le presta atención y sigue tratando de convencer a Elisa. 

-Créeme amor, eres la luz de mis ojos. La única por la que vivo. No lo sabes, pero estaba pensando en que quería pasar toda mi vida contigo y que fueras mi esposa. 

Al escuchar eso, inmediatamente recuerdo cómo el desgraciado la abandonó el día de su boda y cómo fue de duro para Elisa. Así que me paro y lo tomo por el cuello. 

-¿Te puedes ir a tu puesto? Tu parloteo me molesta- le digo. Él inmediatamente intenta deshacerse de mi agarre, pero no me mueve ni un centímetro. 

-Ese video lo enviaste tú ¿no? Desde hace un tiempo que me di cuenta de que te quieres robar a mi novia.

-¿Y qué si quiero hacerlo? Al menos yo nunca engañaría a alguien a quien digo amar- le devuelvo. 

-Ni siquiera intentas negarlo. Maldito desgraciado, mantente lejos de mi novia o te arrepentirás- me amenaza. Estoy por decirle dónde se puede meter sus amenazas, cuando las palabras de Elisa me detienen. 

-Exnovia- dice simplemente, sin levantarse siquiera de su asiento. Como si no valiera su tiempo. 

-¿Qué?- pregunta Rodrigo. 

-Exnovia. Tú me llamaste novia y es irrisorio el que pienses que seguiría con alguien como tú. 

-No digas eso amor, no puedes dejar lo que tenemos por tan poco. 

-¿Tan poco, dices? ¿Crees que no sé que lo que dijo Carolina es la verdad? ¿Crees que no sé que me has engañado y vuelto a engañar? ¿Crees que no sé que esa supuesta prima el sábado era una de tus conquistas? Debo verme bien estúpida para ti. 

-Amor…

-Y por Dios, deja de llamarme así, cada vez que lo escucho creo que quiero matarte. Simplemente esto se termina ahora y si me vuelves a buscar, iré y pondré una orden de alejamiento- lo amenaza Elisa, sonando muy molesta ahora.

-Ya oíste, ve a sentarte- lo empujo, soltándolo. 

-Él me mira con odio, pero no dice nada más, seguramente dándose cuenta de que en este momento no conseguirá nada de ella. 

Me siento nuevamente, cuando estoy seguro de que no volverá y suelto un suspiro. 

-Lamento el drama, también siento que te haya acusado de mandar el video- se disculpa Eli. 

-No me importa, sólo estoy feliz de que se haya callado- respondo. 

Seguimos trabajando durante la mañana con normalidad, aunque estoy seguro de que más tarde ni siquiera recordaré lo que estoy haciendo. Sin embargo, la aparente calma no dura suficiente y llega nuestro superior.

-Carolina, Elisa y Rodrigo, vengan conmigo- llama e inmediatamente me doy cuenta de que están en problemas. Miro hacia Elisa y ella me mira, mientras se levanta. 

-No te preocupes, estaré bien- me tranquiliza, luego sigue al jefe fuera de la vista. 

Peleo conmigo mismo, tratando de mantenerme en mi puesto, sabiendo que no importa lo mucho que quiero ir allí y defenderla, no seré de ayuda.