Sinopsis
Antes de su muerte, Anna había leído una novela de fantasía con el típico cliché de una pareja enamorada: una joven que se enamora del príncipe heredero. Sin embargo, su amor enfrenta dificultades debido a la villana Dafne De Guízar, prometida del príncipe. Aunque Dafne intenta separarlos, su compromiso es roto y se ve obligada a casarse con el gran duque Daemon Deskin, quien nunca estuvo interesado en ella. Al final, Dafne es asesinada mientras regresaba de una fiesta.
Tras su muerte, Anna reencarna en Dafne Le Blanc cuando aún es una niña. Consciente del destino que le espera, decide seguir la trama original, permitiendo que los protagonistas se enamoren. Sin embargo, cuando llega el momento de encontrarse con su futuro esposo, el gran duque Daemon, un conocido mujeriego, ella se prepara para cambiar su destino. Dafne, decidida a ganarse el corazón de Daemon, revela su verdadera fortaleza y carácter decidido.
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Capítulo 14: El Comienzo del Romance
Después de la captura de Lady Cassandra y la consolidación de nuevas alianzas, la estabilidad del ducado parecía más asegurada que nunca. Con sus enemigos neutralizados y el apoyo de los nobles más influyentes, Dafne y Daemon pudieron, por fin, concentrarse en su relación personal.
Con la paz momentánea en el ducado, Dafne y Daemon encontraron tiempo para explorar los sentimientos que habían crecido entre ellos. Su relación, que comenzó como una alianza política, había florecido en una conexión profunda y genuina, marcada por la pasión y la complicidad.
Una noche, después de una cena tranquila, Daemon llevó a Dafne a un rincón privado del jardín iluminado por la luz de la luna. La brisa suave y el susurro de las hojas creaban un ambiente íntimo.
Daemon: (tomando la mano de Dafne) Dafne, hemos pasado por tanto juntos. Cada día que pasa, me doy cuenta de cuánto te amo. No solo como mi aliada, sino como mi compañera y mi alma gemela.
Dafne lo miró con ternura, sintiendo una ola de emoción.
Dafne: (con una sonrisa) Daemon, siento lo mismo. Eres más que un líder para mí. Eres mi fuerza, mi apoyo y mi amor.
Daemon se acercó y la besó suavemente, sellando su declaración de amor con un gesto de ternura. El beso se profundizó, lleno de la pasión que ambos habían mantenido bajo control durante tanto tiempo.
Los días siguientes estuvieron llenos de pequeños gestos de amor y afecto. Daemon sorprendía a Dafne con flores frescas y paseos matutinos por el jardín, mientras que Dafne preparaba cenas íntimas y momentos de tranquilidad donde podían hablar y soñar sobre su futuro juntos.
Una noche, mientras estaban sentados junto al fuego en su habitación, Daemon tomó la mano de Dafne y la miró profundamente a los ojos.
Daemon: (con voz suave) Dafne, quiero que sepas que no importa lo que el futuro nos depare, siempre estaré a tu lado. Eres la razón por la que sigo luchando y la razón por la que creo en un futuro mejor.
Dafne: (emocionada) Y yo siempre estaré contigo, Daemon. Juntos, podemos enfrentar cualquier desafío y construir el futuro que soñamos.
La conexión entre ellos se hizo aún más fuerte a medida que compartían más momentos íntimos. Pasaban las tardes leyendo juntos en la biblioteca, compartiendo historias y sueños. Las noches estaban llenas de conversaciones profundas y caricias suaves, marcadas por una pasión creciente que solo parecía intensificarse con el tiempo.
Una tarde, mientras paseaban por el lago cercano al palacio, Daemon se detuvo y miró a Dafne con una mezcla de amor y determinación.
Daemon: (con seriedad) Dafne, hay algo que quiero preguntarte. Hemos pasado por mucho, y sé que nuestro amor solo se hará más fuerte. ¿Te gustaría tener hijos y formar una familia conmigo?
Dafne sintió una oleada de emoción y alegría al escuchar las palabras de Daemon.
Dafne: (con una sonrisa radiante) Sí, Daemon. Nada me haría más feliz que formar una familia contigo y construir un futuro lleno de amor y esperanza.
Con esa promesa, Dafne y Daemon sellaron su compromiso de compartir no solo su amor, sino también sus sueños y aspiraciones para el futuro. Sabían que, juntos, podían superar cualquier desafío y construir una vida llena de felicidad y propósito.
Mientras su relación romántica florecía, Dafne y Daemon comenzaron a explorar la pasión que había crecido entre ellos. Cada beso, cada caricia era una promesa de amor eterno. Las noches se volvieron más íntimas, llenas de susurros y promesas de un futuro juntos.
Una noche, mientras la lluvia caía suavemente fuera de su ventana, Dafne y Daemon se encontraron envueltos en la calidez de su habitación. Daemon miró a Dafne con deseo y amor en sus ojos.
Daemon: (con voz suave) Dafne, quiero hacerte sentir lo especial que eres para mí. Quiero que esta noche sea solo nuestra.
Dafne lo miró con amor, sintiendo cómo su corazón se aceleraba.
Dafne: (susurrando) Yo también lo quiero, Daemon. Quiero que esta noche sea el comienzo de algo hermoso.
Daemon se acercó y la besó con una pasión contenida, explorando cada rincón de su ser con delicadeza y amor. Sus caricias se volvieron más intensas, sus cuerpos encontrando un ritmo perfecto que hablaba de su profunda conexión.
La noche estuvo llena de pasión y ternura, un reflejo de su amor y compromiso. Al amanecer, mientras los primeros rayos de sol entraban por la ventana, Dafne y Daemon se quedaron abrazados, sabiendo que habían compartido algo único y hermoso.
Daemon: (susurrando) Te amo, Dafne. Siempre lo haré.
Dafne: (sonriendo) Y yo te amo, Daemon. Siempre estaremos juntos.
Con esa promesa, Dafne y Daemon se embarcaron en una nueva etapa de su relación, una marcada por la pasión, la complicidad y un amor inquebrantable que los fortalecería para enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara.