Otra Vez Serás Mía

Ajena al veneno inyectado a su padre y a lo que sucedería después, Michelle compartía un suculento desayuno con Fernando en un lugar bastante apartado de la ciudad y al aire libre

- ¿Cómo descubriste este lugar? - lo observaba todo con curiosidad - ¡Es precioso! ¡Me gusta mucho este estilo y sobre todo las begonias!

- ¡Ya veo que acerté al traerte aquí! - servía el mismo el café - Una vez lo descubrí y vengo cada vez que puedo.

- ¡Es encantador!

- ¡Y muy tranquilo! - afirmó él - Nadie nos molestará estando aquí y tú estarás más tranquila también

- Fer, yo no tengo nada que ocultar...- le tomó una mano - Eres mi elección...

Fernando sonrió tiernamente ¡La amaba tanto!

- Lo sé, pero no estaré tranquilo hasta no hablar de lo nuestro con tu padre... Aunque ya nos vimos, solo hablamos de trabajo...

- ¿Y no te reconoció del pasado verdad? - se preocupó ella entonces

- No, no lo hizo y eso es lo que más temo... A su reacción cuando sepa quién fui en verdad.

Ambos bebieron su café en silencio, solo admirando la belleza del lugar.

Una camarera se acercó entonces con el resto del desayuno para ellos ¡No faltaba nada!

- Si como todo eso voy a explotar - ella sonrió al ver una bandeja tan llena

- Estoy seguro de que anoche no comiste nada... ¿Me equivoco?

Ella dejó escapar una risita

- No, no te equivocaste ... Estaba muy agotada

- Yo también lo estaba...- tomó un poco de huevo con tocino y le dio a ella a comer - Pero necesitaba recuperar fuerzas

- ¿Será así nuestra vida juntos?

- No, no lo será - le dijo él dulcificando su tono de voz - Tendremos momentos de subida y también de bajada, existirán obstáculos, retos y metas... Pero si estamos juntos, los superaremos entonces y lograremos ser felices - él entrelazó sus dedos con los de ella y le miró a los ojos - Quiero hacerte feliz Michelle, esa es mi mayor meta

Ella lo miró con ojos húmedos... Sus palabras le habían hecho sentir sentimental...

- Yo quiero que seamos felices... Nos lo merecemos ambos.

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Llegó a la oficina de su esposa, hecho una fiera...

- ¿Qué sucede amor? - le preguntó Adele apenas lo vio entrar como vendaval por aquella puerta

- ¿Dónde está Michelle? ¡No está en su oficina!

- Cálmate, por favor. Michelle está trabajando fuera hoy... En su proyecto

- ¿Trabajando? - se burló un poco - ¿No será que tú sabes con quién está y la estás cubriendo? ¿Sabes quién es él verdad?

Adele se puso de pie despacio y fue hasta su esposo, lo miró seriamente a los ojos antes de hablarle...

- ¿Qué me quieres decir? ¿De quién estás hablando?

- ¡De ese pela gatos! ¡Ese tal Fernando!

- ¡Ahhh! - volvió a su anterior lugar - No debes preocuparte por eso, Michelle es adulta ya... Y si ella lo quiere a él, no podemos hacer nada... Lo importante es que ella sea feliz

- ¿Cómo puedes decir algo así Adele? - se apoyó con ambas manos sobre el escritorio de Adele - ¡Tu bien sabes lo que nos costó que Michelle superará ese pasado!

- ¿Y lo superó? - le miró algo afligida - Yo diría que solo actuaba como si no le importara nada más... Pero seguía doliendo...

- ¿Eso crees de verdad? - sus palabras le habían confundido - Pues yo no aceptaré ninguna relación con ese tipo... Antes la dejo en la calle

- ¡Volverás a cometer el mismo error del pasado! ¿Y entonces a quién le pedirlas ayuda está vez?

- ¡No me importa! - caminaba por la oficina impaciente - ¡No permitiré que mi hija arruine su vida y futuro!

Y sin esperar respuesta de su esposa salió decidido de allí a impedir toda relación entre ellos

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- Creo que voy a comprar una cama hoy mismo - reían acostados sobre la manta utilizada la noche anterior - Es muy incómodo hacerte el amor sobre el suelo

- ¡Pues la verdad es que no lo noto!

- ¿Qué no lo notas? - dudó - ¿Pero en qué planeta estás cuando te toco?

Ella soltó una risita divertida...no podía decirle el nombre del planeta que iba... pero si perdía toda noción de tiempo y momento

- Pero sí, vamos a tener que empezar a amueblar la casa...porque se está haciendo costumbre la manta

Ambos seguían riendo... Ajenos al mundo exterior...

¿Este era su proyecto más importante?

¡Si, si lo era! ¡Su proyecto era ser feliz! ¡Y en ese momento era muy feliz!

- Aún no me dices si aceptas la segunda parte de este proyecto...

- ¿Cuál es? - alzó un poco el rostro para mirarle

- ¿Quieres ser mi esposa?

- ¿Y aún tienes dudas de ello?

La verdad es que no, no tenía dudas de nada... Él la amaba y ella era otra vez de él.