En un mundo lleno de magia, Aarón es un joven que vive en un pequeño pueblo con su familia, el solo desea tener una vida como la de sus padres, encontrar a una mujer a la cual amar y que lo ame y tener una hermosa familia, ya que si bien ellos no son ricos, ni viven en grandes mansiones, tienen lo suficiente para vivir una buena vida y ser felices, pero todos sus planes cambian cuando descubre que él es el portador de un poder antiguo y que sus destino esta entrelazado al de otras tres personas, quienes juntos deberán salvar su mundo del dios Daotan, un dios maligno que solo busca el dolor y la muerte de todos los seres vivos.
En el camino por dominar sus nuevos poderes y comprender su nuevo papel, Aarón descubrirá que el amor no está descartado de su vida y talvez sea ella a quien necesité para poder lograr su destino.
Esta es la primera historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos
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Capítulo 14
NARRADOR
Una vez la familia ducal quedo a solas, Jorge procedió a contarles los orígenes del señor Arlo, la pareja quedo horrorizada con la historia que les contaba su hijo.
- Es terrible, entiendo por qué no querías que habláramos de esto frente a la niña – le dice su madre
- No me sorprende en absoluto, había rumores de lo que les pasaba a las jóvenes que trabajan en esa casa, bueno, aun los hay, y entre las pruebas que tenemos en su contra hay varios testimonios de aquellas jóvenes, que como la madre del señor Arlo, que lograron escapar de aquella casa – explica el duque Vicente – ahora hay que planear lo que haremos a continuación, debemos planificar muy bien un plan para su educación, un plan que estoy casi seguro que no concluirán aquí, pero el tiempo que estén con nosotros debemos de darles buenas base, no será fácil, ellos nacieron en un ambiente muy diferente.
- Lo sé, padre, pero son guerreros por naturaleza, sé que lo lograrán – le dice Jorge a su padre.
- ¿Qué planean ustedes dos? – les pregunta la duquesa, al no entender de qué están hablando su esposo y su hijo
- Del ducado Kasar, una vez se revele que Clayton no es el gran Carnero, ese será el momento de hacerlos caer, sin esa protección están perdidos, ellos y sus aliados, pero toda esa familia está podrida, no hay nadie apto para tomar el ducado, por lo que distintos nobles pelearán con la intención de ser nombrados duque, pero si preparamos al señor Arlo, él como el primogénito, podrá tonar el lugar que le corresponde, evitando así un problema para el reino – explica Jorge, ya que desde que encontró a la familia de Aaron esa idea ha ido cobrando fuerza en su mente.
- Pero los nobles no lo aceptarán, él tiene sangre plebeya, y para muchos eso es importante – les cuestiona la duquesa.
- Eso es verdad madre, pero sé que lo aceptaran, tal vez algunos se opongan, pero serán una minoría, así como muchos ignoran los rumores sobre el duque Knox, a la mayoría no les importaran los orígenes del señor Arlo, por el simple hecho de ser el padre del gran Carnero, para ellos eso será suficiente – explica Jorge a lo que su madre asiente con la cabeza, ya que su hijo tiene razón en eso.
- Y ¿Qué pasa si ellos o desean tomar su lugar en el ducado? – los vuelve a cuestionar la duquesa
- No los obligaremos, pero algo me dice que no será si –le dice su esposo con una sonrisa confiada
- En ese caso no hay tiempo que perder – les dice la duquesa a lo que su esposo e hijo asienten.
La familia pasó al menos un par de horas más reunidos en el salón, planeando las lecciones que tomarían los invitados a lo largo de los próximos días, y una vez estuvieron satisfechos con los resultados, se fueron a descansar.
Por la mañana muy temprano en duque Vicente mando una carta al palacio pidiendo una audiencia con la familia real, y ahora solo quedaba esperar la respuesta, esta llego ese mismo día por la tarde, donde se les dio cita dentro de una semana, por lo que tenían ese tiempo para empezar a prepararse.
AARON
Me encuentro acostado en la cama más cómoda en la que he estado en toda mi vida, y a pesar de ya tener 2 días viviendo aquí, aún me parece surrealista.
- Joven Aaron, hemos traído agua para que se asee – escucho como una de las sirvientas de la casa habla al otro lado de la puerta, por lo que me levanto rápidamente a ayudarla, ayuda que esta acepto de buena gana, el primer día que estuve aquí también las ayude, y aunque al principio no estaban muy de acuerdo, las convencía de qué me dejaran hacerlo.
- Gracias, por el momento no necesito nada más – les digo, aún algo cohibido por la situación, ya que no estoy acostumbrada a que hagan cosas por mí.
La chica ya no me dice nada, solo asiente con la cabeza, mientras hace una reverencia y se va de allí.
Durante mi estadía en la casa, Jorge me dijo que no era necesario que cubriera mis cuernos, puesto que todo su personal es de confianza, y sabe que no dirán nada, no por algo me dijo que era de las casas nobles que menos sirvientes poseían, al parecer solo aquellos que pasan la prueba de lealtad se quedan, por lo que no debo preocuparme que mi secreto se divulgue.
Una vez acabo de asearme, bajo rápidamente para poder desayunar, ya que mis lecciones comenzaran muy pronto, debido a que tanto la pareja ducal, como su hijo, tienen muchos deberes, decidimos que tanto mis padres, como yo los ayudaríamos en lo que pudiéramos, así aprenderíamos un poco sobre la marcha, también, cuando tuvieran un rato libre, nos darían una lección más formal, en caso de mi hermanita, ella había empezado sus clases como cualquier niña de la nobleza, puesto que su edad es la indicada, y es la antigua nana de Jorge quien se encarga de ella, por mi parte mi abuela está bien atendida por Sonia, la sirvienta que salió a recibirnos el día que llegamos, pero en sus palabras, se aburre enormemente.
- Ve por estos papeles con mi padre – me dice Jorge a lo que yo asiento y me voy de allí, llevamos trabajando gran parte de la mañana, y en sus palabras, ya casi terminamos por el día de hoy, ya que hemos estado adelantando trabajo, así que podrá darme una lección en toda regla antes de mi entrenamiento, algo que me emociona, puesto que siempre me ha gustado aprender cosas nuevas.
Encontrar al duque fue algo más difícil de lo que esperaba, pues este no se encontraba en su oficina, por lo que, con ayuda de los sirvientes, pude encontrarlo, junto a mi padre, en la biblioteca. Una vez obtuve lo que estaba buscando fui de vuelta con Jorge, pero en su oficina estaba Pedro, Pedro es la mano derecha de Jorge, no solo en el campo de batalla, sino también en su día a día, ya que es su secretario.
- ¿Dónde está Jorge? – le pregunto.
- Alguien vino a verlo, por lo que yo me encargaré del trabajo que falta, y también seré tu maestro el día hoy – me dice.
- Está bien – le contestó con una sonrisa, puesto que en estos días, Pedro también se ha vuelto un buen amigo.
Casi una hora después Pedro me da un descanso, por lo que voy al jardín en busca de mi hermana, por esta hora señora Sira le da un pequeño descanso, descanso que ella suele pasar en el jardín, en el camino comienzo a reflexionar sobre lo que ha pasado y como esto replantea todo, lo que incluye todo aquello que alguna vez desee, pero a lo que más me duele renunciar es a enamorarme, uno de mis mayores deseos era casarme enamorado, pero eso ya no es posible, con el título del gran Carnero, también llego mi compromiso con la princesa, una mujer a la cual no conozco, algo totalmente opuesto a lo que yo había soñado. Sacudo la cabeza para dejar esos pensamientos de lado, y sigo mi camino. Encuentro a mi hermanita jugando con su magia, y yo sin dudarlo me uno a ella, estar con mi familia me da paz y eso es justo lo que necesito.