Un asesinato bastó para desmoronarlo todo. Las sombras del pasado los persiguen. ¿Cómo todo pudo cambiar en una noche?
Entre secretos oscuros y lealtades cuestionadas, se ven arrastrados hacia un juego mortal donde cada elección los adentra más en un laberinto de engaños y pasiones prohibidas. ¿Podrán resistir la atracción que los consume o sucumbirán ante las fuerzas que los separan?
¿Odio u obsesión?
¿Deseo o amor?
¿Venganza o atracción?
Todas las decisiones te llevan a rumbos completamente distintos.
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13: ¿Estás asustada?
...DAPHNE...
Ya una semana desde que estoy en esta mansión de brazos cruzados, encerrada en una habitación sin socializar con nadie, esperanzada en que Andrew me ayudará con Travis, pero desde la última vez en su estudio no lo he visto ni hablado con él. No ver avances me desespera. ¿Estará jugando conmigo?
Sin darle tantas vueltas al asunto salgo de la habitación. Hoy es uno de esos días en los que la mansión se siente tan vacía. Me encamino hacia el estudio, y cuando llego lo primero que hago es tocar la puerta, pero no hay contestación. Supongo que debo aprovechar la ausencia de ciertos empleados si quiero descubrir qué trama ese hombre. Al entrar al estudio y cerrar la puerta tras de mí, siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, como si este lugar estuviera impregnado de energía negativa. Sin dudarlo, empiezo a rebuscar entre los cajones del escritorio en busca de algo útil, temiendo que alguien pueda entrar en cualquier momento. Documentos de transferencias es con lo que más me encuentro, pero como desconozco de estas cosas las dejaré como están. Iba a renunciar a mi búsqueda hasta que vi algo duro envuelto en un trapo blanco, una pistola, con la que al instante me surgen ciertos recuerdos que hasta hace poco estaban enterrados.
Tres años atrás…
Se supone que ya me había resignado a esta vida, ¿por qué sigo aferrada a la ilusión de que algún día seré libre?
Una vez más fui elegida para ofrecer mis servicios de prostituta por otro asqueroso viejo aborrecible que hace un tiempo tiene el capricho de manosearme. El caso es que este tipo se contactó con mi jefe para que yo vaya a su mansión con el fin de ser partícipe en una ridícula celebración de cumpleaños, y aquí estoy, viéndome al espejo vestir un repugnante traje que apenas cubre mis senos y mi trasero.
—Si ya terminaste sal —me ordena uno de los hombres que en todo mi proceso de preparación me ha acompañado en la habitación—. El señor está urgido por verte.
Acompañé al tipo a algún lugar de la mansión y en el proceso me topé con ciertos sujetos que han asistido a esta celebración. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que solo hay hombres aquí. Llegamos a una especie de sala en la que se encontraba la presencia del viejo que me solicitó junto a otros hombres de apariencia horrenda que prefiero ignorar.
—Pero miren a quién tenemos aquí, a la estrella de la noche —con morbo me indica que me siente en sus piernas, y eso hago, asqueada—. Estás más bonita que la última vez que nos vimos, Daphne.
—Gracias… señor —respondo forzada.
No hace mucho me recuperé de una paliza de mi jefe, por hoy quiero evitar hacer las cosas mal, con asco haré todo lo que me sea pedido.
—Buenas noches, lamento llegar tarde —giro a ver a un hombre entrar a la sala en compañía de los que seguramente son sus escoltas.
En mi vida lo he visto. Por su acento es claro que no es de aquí de Italia. A diferencia de los horrorosos sujetos que me rodean, él tiene un buen porte y un hermoso atractivo que podría apreciar a lo largo de la noche.
—Andrew, qué sorpresa tenerte aquí —por cómo habla el viejo es notorio su disgusto con este hombre—. No recuerdo haberte invitado a mi casa.
—Lo sé, amigo mío, pero en honor a nuestros años de amistad creí que quizás te olvidaste de hacerme llegar la invitación, así que supuse que te alegraría tenerme aquí —sonriente, el tal Andrew toma asiento justo al frente de nosotros, posando de inmediato sus ojos en mí—. Veo que aún no renuncias a ese raro fetiche tuyo de meterte con menores de edad.
—Ese no es tu problema. Di a lo que viniste y luego lárgate.
—Estoy aquí por mi dinero.
—No sé de qué dinero me hablas.
—Lo sabes. Quiero devuelta el dinero que obtuvimos juntos dentro de nuestro contrato de negocios, los mismos que hicimos en México, cabrón. ¿Crees que nunca iba a enterarme de que me robabas grandes cantidades y que apenas me entregabas la mitad de lo que en realidad me correspondía? No soy tan iluso, amigo mío. Dame el dinero y me largaré de aquí, te desconoceré por completo apenas cruce esa puerta, no sabrás nunca más de mí; es una promesa.
—Vete a la mierda. No seas tan cínico para exigir un dinero después de que descubrí que me traicionaste aliándote con el hijo de perra de Dawson para hacer caer a pique mi negocio.
¿Dawson? Ese nombre…
—Vete de mi casa, Andrew —en cada facción del rostro del viejo noto su rabia, sobretodo por cómo aprieta sus puños.
La tensión en el aire es palpable. Esto no va a terminar bien, lo presiento. El corazón me empieza a latir aceleradamente dentro del pecho en cuanto veo al tal Andrew sacar una pistola, supongo que esta es su estrategia para amedrantar al viejo.
—¿Qué sucede, Andrew? ¿Pretendes matarme como lo hiciste con tu padre? —sonríe, disfrutando la seriedad reflejada en el rostro de Andrew—. Sabía que eras un asco de ser humano que ha odiado a su hermano toda la vida, ¿pero llegar a atentar contra la vida de tu propio padre?
—Cierra la boca —murmura.
—Supe que hoy será su funeral. En lugar de perder tu tiempo conmigo deberías estar acompañando a tu familia en este momento tan doloroso, mínimo para no levantar sospechas, ¿no te parece?
A pesar del coraje evidente en su rostro, se esfuerza por sonreír.
—Tienes la boca llena de razón, amigo mío —se incorpora—. Pero se te olvidó destacar un pequeño detalle: Maté al hombre que me dio la vida y que siempre me amó, ¿qué no haré contigo, una basura que sabe demasiado como para que continúe estorbándome? —nos apuntó con su pistola, jalando el gatillo sin pensárselo tanto.
Sin procesar lo que sucede, mis ojos recorren mi ropa salpicada de sangre, producto de la bala que el viejo mantiene en su cabeza. Un grito se queda atrapado en mi garganta, siento temblores en las manos y piernas, apenas logro levantarme con mi escasa fuerza de voluntad, retrocediendo hacia una esquina de la sala. Una sensación eléctrica recorre mi espina dorsal, como si el miedo me dominara por completo.
Se escuchan sonidos intensos desde afuera de esta sala, como balas. De un momento a otro ingresan cinco hombres más a la sala. Los hombres que hace minutos nos acompañaban están muertos al igual que el viejo. ¿Cómo sucedió todo tan rápido? El olor a sangre y muerte está en el aire.
Mi cuerpo se estremece en cuanto veo a uno de los hombres apuntarme con su pistola. ¿Este será mi fin? No es justo, vine obligada, no tenía idea de que esto es lo que pasaría.
—No le hagas daño —le ordena Andrew, regresando su arma al pantalón al igual que todos—. ¿Están todos muertos?
—Sí, señor.
—Perfecto. Llévense el cuerpo de mi gran amigo y córtenle la cabeza, hágansela llevar a su familia como regalo.
—Como usted diga.
En un instante me vi sola en la sala, enfrentando la mirada intimidante de Andrew, capaz de paralizarme y debilitarme, llenándome de miedo. Retrocedo por cada paso que da hacia mí, mi espalda choca con la pared, no tengo escapatoria, temblando lo veo ponerse de cuclillas enfrente de mí. No tengo idea de qué será de mí después de esto, solo deseo que termine pronto.
—¿Estás asustada?
La respiración agitada me delata y contesta su pregunta.
—¿Cómo te llamas?
—Daphne —digo casi en un susurro.
—Daphne, eh —sonríe, relamiéndose los labios—. ¿Y cuántos años tienes, Daphne?
—Quince.
—Eres muy niña, aún no me sirves —se pone de pie, sacando su celular y llevándolo al oído—. Conrad, aquí tengo a una de tus chicas, ven por ella. Por cierto, el plan salió perfecto, infórmale a Dawson que el maldito ya está muerto.
No me hubiera imaginado que este tipo conocía a mi jefe, igual no me sorprende, el desgraciado de Conrad negocia con cualquiera con tal de obtener un poco de dinero.
Corta la llamada, guardando su celular.
—Quédate aquí, no tardan en llegar por ti —vuelve a dirigirse a mí—. No intentes escapar, no vaya a ser que Conrad te encuentre y te mate.
—¿Y por qué no lo hace usted como lo hizo con todas estas personas? —me atrevo a hablar, aunque el miedo me gane.
Se dirige hacia la puerta para salir, pero se detiene y percibo una sonrisa en sus labios sin siquiera verlo, y entonces lo oigo decir:
—No te preocupes, nos encontraremos de nuevo.
Presente…
Me siento abrumada por los recuerdos, es demasiada información para procesar. El sonido de pasos y voces acercándose me alerta, así que cierro los cajones del escritorio y me escondo debajo de él.
—Cambiar de casa para que Travis no te encuentre es lo mejor que has hecho —oigo al malnacido de Dawson al entrar con Andrew—. ¿Para qué querías verme?
—Tengo una fecha estimada para la boda.
—¿La elegiste con Rahab?
—No, conoces a tu hija. Después de enterarse que soy el hermano del hombre que la secuestro quiere tenerme más lejos que nunca, por eso decidí la fecha sin consultarlo con ella, conversarlo contigo es más que suficiente.
—Y bien, ¿cuándo pretendes casarte con mi hija?
—En cinco meses —responde, sentándose en la orilla del escritorio.
—Estaba convencido de que sería pronto, pero en cinco meses no está nada mal, lo mejor sería iniciar con los preparativos pronto.
—Como desees. No le vayas a hablar a Rahab sobre esto, quiero que sea una sorpresa. A propósito, ¿cuándo vas a presentar a Rahab como tu hija ante los medios de comunicación?
—No lo sé —hace una larga pausa—, nunca he querido pasar la vergüenza de que sepan que producto de mi matrimonio surgió una niña. Como sea, ya tendré tiempo para pensar en eso. ¿Y tú cómo vas con el asunto ese del plan para matar a Travis?
—Sin prisa, Dawson, ya tengo todo bajo control —ríe—. Cuando Travis menos piense, lo atacaré con mi as bajo la manga de una manera que no se imagina.
—Ten cuidado, ese maldito es astuto.
—Lo sé, lo conozco como nadie.
—Si tú lo dices —veo sus pasos alejarse—. Te dejo, tengo unos negocios que me esperan y que no puedo aplazar. Mantéenme al tanto de todo lo que ocurra, más si tiene que ver con tu hermano.
—Cuenta con eso.
Sentí cierto alivio cuando salió Dawson, pensé que se quedaría más tiempo. Ahora solo espero que se largue el desgraciado y mentiroso de Andrew.
En mi vida he conocido a tipos de toda clase, pero ¿uno que fue capaz de asesinar a su propio padre y que ahora pretende matar a su hermano? Maldita la hora que me crucé con Nolan y me trajo a esta estúpida mansión. Si me quedo en segundo más aquí no sé qué será de mí. ¿Cómo pude dejarme engañar con él? Era obvio que lo último que quería era unirme a Travis. ¡Soy una imbécil!
—Tu padre ya se fue, Daphne, puedes salir.
Un escalofrío recorre mi cuerpo al escuchar su voz dirigida a mí. ¿Por qué me toca experimentar el mismo miedo dos veces con la misma persona? Aceptando resignada lo que pueda suceder, salgo de debajo del escritorio para encontrármelo sentado allí con una sonrisa en el rostro.
—¿Qué tanto escuchaste? —cuestiona el infeliz, a lo que reacciono con un simple gesto de asco—. Me parece que lo suficiente.
—En este instante me largaré de aquí, no pienso quedarme un segundo más en esta mansión con un monstruo como tú.
Volteo, siendo sorprendida por su tosco agarre en mi brazo, me jala, dejándome sin escape cuando me acuesta sobre el escritorio, apoyando mis manos por encima de mi cabeza. Mi respiración entrecortada empieza a notarse en cada segundo que permanece rosando mi cuerpo con el suyo.
—Quiero ver a Nolan —suplico, conteniendo mis ganas de llorar.
—Lo mandé fuera del país, él no va a llegar, lo siento. Pero descuida, soy su mejor amigo y él me encargó cuidar de ti.
—¡Aléjate de mí, maldito!
—¿Qué pasó? No te he hecho nada.
—¡Suéltame! —pataleo.
—El burdel del que vienes no te enseñó a no confiar en nadie, eh —ríe—. No te juzgo, una mujer encaprichada con un hombre es una mujer bruta. No te resistas, no te dejaré ir, aun si te pones de rodilla. Esperé tres largos años por ti, yo te vi primero, no te voy a dejar ir tan fácil para que te vayas con otro.
—¿Vas a violarme, desgraciado?
—No, no caería tan bajo —suelta mis manos, pero sigue firme en esta cercanía—. No intentes golpearme y escucha lo que te tengo que decir.
...RAHAB...
“Venganza” … es la solución a tus martirios.
Desde que supe lo que pasó con mi madre escucho voces en mi cabeza que me susurran. ¿Estoy volviéndome loca? No hay día que deje de sentirme intranquila. El miedo de enfrentar la realidad me ha arrastrado a encerrarme en las paredes de mi habitación, no estoy lista para ver a mi padre y encararlo, no soy tan fuerte. La sensación de no recordar nada de mi pasado me atormenta.
¿Quién soy en realidad?
¿Qué clase de personas me rodean?
¿Hay alguna otra cosa que me esconden?
¿Qué tipo de sucesos viví antes de perder la memoria?
Con la mirada perdida, divago en mis pensamientos mientras siento las lágrimas caer de mis ojos. Regreso a la realidad al escuchar mi celular sonar. Me levanto del suelo y me dirijo lentamente hacia la cama, tomo mi celular y veo que hay una llamada de un número desconocido. En este estado no me conviene contestar, pero ante la insistencia no me queda de otra que abrir la llamada y llevar mi celular al oído.
—¿Aló?
—¿Qué tal, Rahab? —me estremezco en cuanto oigo al cabrón de Travis al otro lado del celular—. Tu voz suena extraña, ¿estuviste llorando?
—¿Cómo conseguiste mi número, imbécil?
—Eso no importa ahora. Quiero que nos veamos hoy para hablar. Un carro pasará por ti en el mismo lugar donde nos vimos la última vez.
—Yo no tengo nada que hablar contigo, hijo de perra. No vuelvas a llamarme, ¡déjame en paz!
Oírlo reír es suficiente razón para que intente cortar la llamada, pero lo evita añadiendo algo me deja mucho que pensar.
—Estoy dispuesto a contarte todo lo que se te apetezca según lo que te conté esa noche. Está a tu elección venir o no. Un carro te recogerá en tres horas, te espero.
Y corta la llamada una vez consigue su objetivo de sembrar dudas en mi cabeza.
Maldito el día que nací.
Maldito el día que lo conocí.
Este tendría que haber muerto en lugar de Carlos
era lo mejor de todo esos
tenias al resto para matar Andrew Travis Nolan y sigue el resto pero no justo mato a Carlos
No hay perdón ni nada de lo que haga para tapar lo que hizo sin su consentimiento.
No estamos hablando de algo tan simple sino de que manipulo todo a su favor y le practico un aborto y quiere tapar todo kn decir yo te amo sos mi vida.
Pero no ninguna de estas parejas están bien mentalmente mejor dicho nadie de todos los personajes pq hacen todo mal y están kmo si eso fuera correcto.
es tan tonta y confiada que termina siempre en problemas.
Pero el peor de todos es Andrew
tendría que tener más caracter
Al final no hay uno que le sea fiel todavia
Gracias pur cada novela las disfrute mucho.
Felicidades!!!
Excelentes cada una de tus historias.