¿Puede una mujer ser adicta al se*o?
¿Qué es la ninfonania? ¿Tiene cura esa enfermedad?
¿Qué problemas futuros acarrea una viol*ción?
¿Puede un hombre ser el veneno y antídoto de una mujer?
William no supo que le pasó, conecto la mirada con la pequeña mujer y quedó hipnotizado, ella supo como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo puso nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevársela y castigarla por alterar el orden de su mie*bro.
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QUIERO MÁS DE TI
El hombre observaba el hermoso cuerpo de la pelirroja, había tenido muchas mujeres en su cama y todas optaban por tapar su desnudez, algunas inclusive preferían hacerlo con las luces apagadas.
Luisa desde un principio en ese aspecto se mostró diferente, ella estaba tan segura de su belleza que no le importó en lo más mínimo cubrirse.
A William esto le pareció excitante, por un momento quiso tomarla nuevamente entre sus brazos y hacerla suya por alterar la tranquilidad de su miembro.
"¿Will? ¿Cómo lo sabes? ¡Contéstame!"
Los pensamientos del hombre fueron interrumpidos por la voz desesperada de Luisa y dijo "Calma Lu, cúbrete y hablemos"
Luisa entendió lo que ocurría, el gran amigo de su hermoso empresario estaba despertando otra vez, con una sonrisa tomó la camisa de William y se la colocó.
William quien observó todos sus movimientos, incluyendo el de la agachada para tomar la prenda de vestir que yacía en el piso, maldijo en su interior ¿Qué le había hecho esa mujer? Su camisa le quedaba mejor a ella.
El empresario suspiró y dijo "Te investigué cuando irrumpiste en mi empresa, eras una desconocida, debía saber sobre ti"
"Al principio solo me trajeron información a partir del día que llegaste al club, me causó curiosidad que no hubiera nada de tu pasado y fui más a fondo"
La niña empezó a respirar de manera alterada.
"No te preocupes de esa información solo sé tu fecha de cumpleaños, quería sorprenderte el día de hoy y lo demás aunque lo tengo en una carpeta, he querido que me lo digas por ti misma"
"Quiero que vayas a ver un psicólogo y no quiero un no por respuesta, si deseas no le digas nada, solo ve, quédate el tiempo, que te plazca y conoce a la persona que te ayudará" Concluyó el hombre.
"¿Quién? ¿Alina?" Preguntó la pelirroja muy seria.
William quería reír, pero se aguantó ¿Acaso esta mocosa le había estado revisando las conversaciones? Pensó.
El empresario levantó una ceja "Tendré que colocarle restricciones a mi móvil"
"Todas las descifraré, esa mujer se muere por ti: 'Willy ¿Vendrás a la cita? ¿Te apartó tu turno? Willy no viniste, recuerda que las sesiones son muy importantes para tu salud' bla, bla, bla, bla, bla, bla" Luisa imitó una voz chillona de la mujer que desconocía.
William se mantuvo serio, aunque por dentro deseaba reír "No será Alina, la psicóloga es amiga de Antonio ¿Recuerdas al doctor que estuvo aquí el día de tu crisis?
La pelirroja asintió y dijo con voz coqueta mientras se acercaba al hombre sentado en el borde de la cama "¿Dormiremos o haremos algo más?"
El hombre se dejó envolver por la sensualidad de su novia, esta vez probó su interior, no entendía como siempre estaba húmeda, la posición fue diferente, y el hombre se deleitó viéndola solo para él.
A la mañana siguiente, William llamó a Fernando indicándole que no iría a trabajar, el amigo del hombre reía, era la primera vez que William dejaba el trabajo a un lado por una mujer.
El hombre salió de la ducha, se colocó solo pantalones y bajó para ver la escena más sexy, su bella novia bailaba con su camisa y podría jurar que no llevaba ninguna prenda puesta debajo.
La chica colocó en la barra los platos con alimentos y ambos disfrutaron del buen desayuno.
Al terminar la mujer se colocó en cuclillas sobre su novio y dijo "Aún tengo hambre"
William tocó sus piernas riendo y dijo "Mujer, acabarás conmigo" Después se levantó con ella y la colocó en la encimera, el hombre con un dedo tocó su intimidad y descubrió que la niña estaba preparada para recibirlo, pero luego recordó algo.
"Los preservativos están arriba" Dijo William.
Luisa lo detuvo y dijo "Si no tienes problemas con eso, hazlo ahora"
El hombre inmediatamente se adentró en el interior desbordado de la mujer, cuando leyó la investigación de Rivas sé enteró de que aunque la niña era una promiscua, se realizaba exámenes médicos cada dos meses y después Luisa le confesó que tenía una obsesión con los preservativos y siempre en sus relaciones utilizaba protección.
Luisa se sentía como nunca, disfrutar del falo de su hombre sin protección era lo mejor, quiso qué ese momento fuera eterno, ambos llegaron al clímax y la puerta del apartamento se abrió.
"¡Feliz cumpleaños!" Dijeron Mike y Marko.
"¡Wow, Wow! Pero que cosota" Dijo Mike refiriéndose al tamaño del amigo del empresario que aún estaba como soldado listo para la batalla.
Luisa se cubrió con la camisa y William levantó sus pantalones resoplando "¡La próxima vez golpea la puerta!" Dijo esto y subió a la recámara.
"Eres una bandida, hasta que lo lograste, te comiste a ese bombón ¿Cierto amor? Está como quiere" Dijo Mike.
"Si, cuando te aburras puedes compartirlo" Dijo Marko riendo.
"¡Cállense! Ya me lo espantaron" Dijo la pelirroja con una enorme sonrisa.
"Feliz cumpleaños Fueguito, te amamos, sé que el mejor regalo está allá arriba, pero de todas maneras ¡FUIMOS PRIMERO!" Está última parte lo dijo fuerte Mike para que el castaño lo escuchara.
"Fueguito ¿Y todo eso te entra? Es demasiado" Dijo el hombre riendo en complicidad con su novio.
"Calla Maiky es suficiente ¿Desayunarán?" Dijo la pelirroja.
"Obvio que sí, morimos de hambre" Dijo Marko.
"Bien, están en su casa, volveré en un momento" Dijo Luisa subiendo en busca de su príncipe.
"No creo que regreses, mira como dejaron todo esto empatado" Dijo Mike riendo y tomó un trapeador para organizar el desorden.
Cuando entró en la habitación el hombre estaba nuevamente en la ducha, Luisa entró y abrió la puerta de cristal, se metió con él y se bañaron juntos.
"¿Estás molesto Will? Preguntó la pelirroja envolviéndose en una toalla.
"No, ya conozco a Mike, es imprudente, pero te quiere" Dijo el empresario.
"Liam traerá unos medicamentos para que los tomes y también ropa para mí, deberás ir a un médico para usar un método anticonceptivo, las pastillas no son buenas para tu salud" Dijo firmemente el guapo hombre.
"Está bien" Dijo la niña vistiéndose.
William la observó y soltó de manera rápida "A menos que, se te haya acabado el encanto por mí"
Luisa se acercó y dijo "No repito bombón, y lo hemos hecho ¿Cuántas veces? Ya perdí la cuenta ¿Sabes que es lo mejor? Quiero más de ti"
William besó la frente de la niña por su confesión, ella era sincera, si mintiera él lo sabría.
"Agendaré las citas con la psicóloga." Dijo el empresario.
"Está bien" Dijo Luisa suspirando, no podía decirle que no al hombre que la había hecho feliz todo este tiempo.
"Lu, sé que hay cosas que aún no te atreves a decirme, cosas que ni Mike sabe, pero necesitas sacarlas y la Dra. te ayudará" Dijo William.
"Solo me siento tranquila confesándote a ti mi vida, me escuchas, no me juzgas y eres el único hombre que no pensó solo con lo que tenía entre sus piernas, cuando me conoció" Se sinceró Luisa.
"Sí, es válido todo lo que dices, pero no soy médico y también tengo mis conflictos, aunque eso no significa que dejemos de confesar nuestras vidas, solamente tendrás ayuda profesional" Dijo el castaño.
"¿Seguirás yendo donde Alina?" Preguntó la pelirroja como una niña celosa.
William observó a su pequeño demonio y preguntó "¿Quieres prohibirme cosas?"
"Estoy celosa, ella quiere algo contigo y se ve muy linda en la foto" Dijo Luisa haciendo pucheros.
"Llevo asistiendo a sus sesiones aproximadamente un año, es linda, pero no me gusta" Dijo el castaño.
"Te conoce más que yo, no quiero eso ¿Puedes asistir a otro lugar, con otra psicóloga?" Preguntó la bella mujer untándose loción corporal.
"¿Insistes en prohibirme cosas? Si es así, también tengo cosas que prohibirte" Dijo el empresario mordiendola parte inferior de sus labios.