El destino parece jugarle en contra a Eliana, una mujer dedicada a su familia que cometió el error de dejarlo todo por un hombre que no valía la pena, mientras que Fabio está totalmente decidido a recuperar el amor de la única mujer que ha amado a pesar de los años, sin importar el que dirán se convierte en su amante y lucha por obtener el corazón de ella
Eliana: Entregué mi vida por amor, un amor que no me correspondía y perdí los mejores años de mi vida con alguien que no lo merecía. Ahora no estoy dispuesta a volver a amar
Fabio: Siempre me he considerado un hombre justo y correcto, menos en temas del corazón, en eso estoy dispuesto a jugar tan sucio como pueda con el fin de conseguir lo que me interesa
El amor para mi es como un juego de ajedrez, donde lo único que quiero es cantar el jaque y proteger a mi reina
¿Qué pasará con estas personas que se reencuentran luego de tanto tiempo? Cada quien con su vida hecha
Quédate a descubrir que le depara el destino a esta linda pareja
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Capítulo 14. Una visita inesperada
Capítulo 14
Una visita inesperada
Pasado unos quince minutos o más Eliana baja esas escaleras vistiendo de manera muy sencilla con una camisa negra de mangas largas y cuello alto, un jeans claro y tenis blanco, llevaba su cabello recogido en una coleta alta, un maquillaje muy sencillo. También unas gafas de sol para ocultar sus ojos que estaban ligeramente hinchados y rojos de tanto llorar.
Fabio al verla quedó impresionado, esa mujer a pesar de su sencillez era perfecta y hermosa ante sus ojos, para él, no había algo que se pusiera Eliana que la hiciera ver mal, estaba fascinado con ella y no tenía ningún problema en expresarlo libremente. El hecho de saber que estaba a punto de separarse de su esposo le devolvía la esperanza de reanudar aquella historia que había quedado inconclusa entre ellos, hace ya tanto tiempo.
—Wooow, me dejas sin palabras, estas... Hermosa, Eliana por Dios, no has cambiado nada —le dice mientras se levanta hacia ella y deja un beso muy cerca de sus labios—.
—Gracias Fabio, estás haciendo que me sonroje —me río al pensar en que mis mejillas deben parecer un par de manzanas ahora mismo—. ¿Quieres algo de tomar? —le ofrezco apenas él se acerca a darme un beso y al sentirlo tan cerca de mis labios trato de alejarme de él a toda costa—.
Una extraña sensación al tenerlo cerca, como un hormigueo constante en mi estómago y una risita nerviosa que siento que me delata.
—No debes agradecer por un cumplido. Además solo digo la verdad. Eres una mujer muy bella, la más hermosa que he visto en mi vida. ¿Hace cuanto no escuchas que te ves increíblemente bella?
Me dice eso último y siento que me cuesta pasar saliva. El descuido de Juan ha sido evidente desde hace tanto, y yo tan estúpida que no quise verlo.
—Hace mucho tiempo, la verdad —respondo con la mirada gacha, pero no miento Juan David hace mucho que no me dice que tan bien me veo—. ¿A que debo el honor de tu visita? futuro Senador de la República.
—Quería que supieras que en mi bufete estarán todos a tu servicio —toma mi mano y siento como un pase de corriente que recorre todo mi cuerpo—. Pondré el mundo entero a tus pies de ser necesario, preciosa.
—Fario —Solo puedo repetir su nombre, ya que él se me acerca y silencia mis labios colocando sus dedos y por inercia cierro mis ojos esperando algo que no puede pasar.
Fabio se aleja y sonríe satisfecho.
—En lo personal me alegra mucho que por fin hayas abierto los ojos, no me malinterpretes, mi reina. El licenciado Báez en su trabajo es el mejor, pero no debió descuidar su hogar, ni mucho menos dejarte sola —me quita los lentes y yo trato de esquivarle la mirada— No tienes por qué ocultar tu sufrimiento, siéntete orgullosa de que te libraste de eso. Una relación sin amor es muy peligrosa puedes terminar perdiéndote a ti misma por querer conservar una pizca de lo que tenías antes con ese hombre. Te acordarás de mi, pero sé que algún día agradecerás el haberte apartado de ese hombre.
—Agradezco tus palabras, pero... No se que decirte, no tengo palabras ahora mismo para describir lo que estoy sintiendo, ayer estaba decidida a divorciarme y por más que lo pienso siento miedo, hoy amanecí con ganas mandar todo a la mierda y echar ese procedimiento atrás.
— No, no vas a hacer tal cosa —me dice tan seguro de sí mismo—. Tu tranquila, mujer, que no estás sola. Voy a ayudarte a sacar tu cabeza de esa cárcel en la que la mantuviste todos estos años. Ya verás. No tengas miedo —sonríe tan sensual que me hace morder mis labios acto que para él se hace tan fascinante que sonríe y vuelve a repasar mis labios con el borde de sus dedos—. El destino tiene preparado cosas mejores para ti, preciosa, solo tienes que dejar de aferrarte al pasado y enfocarte solo en lo que tienes en frente.
Sonríe y me deja unos chocolates en mis manos. También veo un hermoso ramo de rosas en el salón y me doy cuenta de que lo ha traído él.
«Su tono de voz es tan sexy, que me da risa porque frente a mí solo lo tengo a él, Espera... ¿En serio lo dice por él? Este hombre sí que es un perfecto descarado. Se está vendiendo como en mercado libre. Además, es la mata de la imprudencia. ¿Cómo se le ocurre traer tantos regalos que para mí se hacen casi inexplicables? "Me voy a volver loca"»
—Pues parece que ese día aún no llega, toca que seguir esperando —respondo seria—.
—A mi me parece que sí, llegó el momento que dejes todos esos cargos de conciencia y te dediques a ser feliz, a disfrutar de lo que la vida tiene preparado para ti —me dice en un tono de voz suave y seductor.
—Gracias, pero, tengo que pensarlo muy bien.
—No tienes nada mas que pensar. He puesto a tu servicio al mejor abogado de este país, estoy tranquilo por eso —sonríe—. Llegó el momento de que seas tan feliz como lo mereces.
—Te veo muy confiado —cuestiono con una risita en mis labios—.
—Lo estoy, tan solo quiero que no vayas a pelear por el dinero de ese hombre, leí todo tu caso y eso me parece innecesario, ya que tu futuro esposo muere por darte todo lo que tú pidas y más.
Se detiene frente a mi, a centímetros de mis labios y siento que me estoy quedando sin aire.
—¿Pero qué estás diciendo? No seas molesto —lo empujo y sonrío nerviosa.
—Sí, hablo de mí, pero claro que eso ya lo sabías. Parece que no hemos perdido la habilidad de comunicarnos con nuestras miradas, Eli deja a ese hombre, por favor. No lo perdones, tu no mereces vivir así, eres una reina. Eres mi reina y sabes que yo quiero hacerte feliz.
—Eres insoportable mejor lárgate —sonrío y siento que estoy sonrojándome— Te desviste del tema.
—Estoy seguro de que te gustó oírlo —peina su cabello con sus dedos—. La verdad sí, me desvié del tema, cuando lo único que quería era desviarme a un lugar más apartado de la vista de todos y poder comerme a besos a la mujer que amo.
Me dice este hombre y me lanza una mirada divertida, como si no hubiera dicho nada malo. Me ahogué con mi propia saliva y comencé a toser desesperada, mientras que él sonríe ampliamente.
—Gracias por venir a mi casa tan solo para saber de mi, fue un buen gesto —respondo y caminamos hacia el área de la piscina, donde nos encontramos totalmente a solas y mis nervios se hacen presentes.
—No debes agradecer, lo hice porque si no te veía sentía que iba a enloquecer. Eliana te has vuelto una necesidad para mí.
—¿Por qué me miras de esa manera? —cuestiono tratando de apartar mi mirada y fabio se me acerca, sostiene mi cintura y me aprieta hacia él. Cosa que me pone a temblar.
—Lo hago porque estás hermosa mujer y no puedo dejar de admirar tu belleza. Sabes algo, no dejo de pensar en aquellos momentos que pasamos juntos, son los recuerdos más hermosos que conservo de toda mi vida. Fueron pocos, pero increíbles
—Fue hace tanto tiempo —suspiro— Éramos casi unos niños.
—Y lo recuerdo como si fuera ayer. Sabes, cuento cada día que ha pasado desde la última vez que rocé tus labios. Fuiste y serás siempre la única mujer a la que le permitiría entrar a mi corazón y quedarse a vivir en él.
Coloca su frente junto a la mía y acaricia mi mejilla con la punta de su nariz.
—Fabio por favor no sigas —le digo sintiendo mi respiración un poco agitada y el se acerca un poco más—.
—Lo siento, mi reina. No es mi intención incomodarte. Solo quería que supieras que sigo pensando en ti como desde el primer día —besa el dorso de mis manos y me mira fijamente—. Que cuento hasta las horas desde aquella vez que te tuve en mis brazos. Debo irme, pero recuerda que no estás sola. Menos en un momento como este. Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, no dudes en llamarme, por favor, estaré ausente unos días debido a un viaje de trabajo, pero podrías llamarme y yo con gusto estaré para ti.
—¿Por qué te vas tan pronto? —pregunto y lo halé de su camisa acercándolo mas a mi y me arrepiento luego de ver su sonrisota— Es decir, aún no terminas tu café —parpadeo nerviosa—.
—No creo poder contenerme de besar tus labios si sigo aquí y no quiero hacerte pecar. Deseo tus labios mas que cualquier otra cosa en este mundo. Entiende que mi juicio se nubla cuando te tengo cerca. ¡Por Dios, mujer; me vuelves loco!
—Aléjate, sigo estando casada —lo empujo un poco— Últimamente estás siendo más atrevido.
—No me importa que estés casada. En realidad me abstengo de acercarme tan solo para no hacerte sentir mal a ti. Yo estaría feliz de estar contigo pese a las circunstancias que sea. Por ti estoy dispuesto a ser tu amante si es lo que quieres —comenta esbozando una sonrisa y me da un beso, un beso lento de esos que te dejan sin aliento—. Estoy aquí Eli, estoy de vuelta y vine por ti.
—Termina de irte —respondo nerviosa al seguir tan cerca de sus labios—.
—Como usted ordene, futura señora Ferrara. Me saludas a mi amigo Eliot, le pedí a tu empleada que dejara un pequeño regalo en la habitación de tu hijo. Esperaba verlo hoy.
Me da un beso en mis labios se marcha sonriendo.
«Pero bueno, ¿Qué es esto? ¿No me he divorciado aún y ya me ando besando con otro hombre? No puede ser, definitivamente tengo que dejar de ver a Fabio»
Pero sus detalles cada día son más increíbles, como es que se acuerda también de mi hijo, hasta le trae detalles. Es lindo de su parte.
Hace mucho que no recordaba lo bien que besa ese hombre.
No, no me puedo dejar llevar por sus atenciones, tengo que seguir evitando a Fabio a como de lugar. No puedo darle falsas esperanzas, está claro que él quiere comenzar algo conmigo y yo... No puedo permitirlo mientras que mi cabeza tenga un lío por otro hombre.
Me concentro en lo que quiero hacer a partir de ahora y las palabras de Fabio dan vueltas en mi cabeza todo el día haciéndome sonreír
"Definitivamente ese hombre está loco", no voy a tener un amante y mucho menos voy a tener algo con él. Tengo que sacarlo de mi cabeza y mientras más trato de no pensar en él más se empeña en apoderarse de mi mente.
...
Por la tarde llega Juan David a casa, me ve recostada y enferma —porque sí, esta situación me hizo dar una fiebre alta y demasiado inesperada—.
El finge estar preocupado por mí, como odio que lo haga porque en el pasado pensaría que lo hace de corazón, porque me ama, pero hoy. Hoy sé que solo le importan las apariencias.
Se acerca a mi, me abraza y trata de dejar algunos besos sobre mi rostro y los esquivo todos, luego va a prepararme una sopa para aliviar mi malestar y apenas se levanta de la cama le informo que el director Ferrara llamó preguntando por su salud, su nerviosismo y cara pálida me hizo enfurecer aún más.
Lo que me dijo Fabio era cierto, y ahora es que caigo en cuentas de que mi marido metió un reposo falso en su trabajo para pasar más tiempo con su amante. Mientras que yo pasaba día y noche sola, esperándolo como una tonta.
—A, gracias por avisar Eli, en un rato llamo a Ferrara y le informo que estoy bien. Es que me he sentido un poco mal estos días. Solo no quise preocuparte.
Responde y se aleja hacia la cocina.
falta q le traiga a la amantes a la casa