Alexandra sufre una desilusión enorme al descubrir a su pareja, Manuel, con su media hermana, Reina, en el restaurante que él reservo para una reunion junto a sus compañeros de trabajo. La aparición de Héctor la salva de una humillación y de ser atropellada al salir sin rumbo afligida por el dolor. Ella no sabe que Héctor es un licántropo, a quien ella cuando el estaba herido siendo un lobo, lo curo y cuido. Él nunca la olvido y juro regresarle el favor, haciéndola su pareja. ¿Héctor logrará conquistarla? ¿Alexandra lo aceptará siendo un licántropo?
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17 ¿Cuál es tú casa?
#ALEX
Salí de esa casa a pasos apresurados, llame a Héctor por si estaba cerca que me lleve, como no pasaron muchos minutos desde que se fue, capas aún no se alejo mucho, al estar llamando mi celular quedó sin batería, mal dije entre dientes, no quería regresar, no quería volver a ver a esas dos que solo se limitan a menospreciarme. Decidí caminar y si veía a alguien pedirle para que me haga el favor de llamar a Héctor o a un móvil que me lleve.
De la nada sentí que me estiraron del brazo hacia atras, mi corazón se aceleró del susto.
-SE QUE MIENTES, ES UN TRUCO QUE INVENTAS PARA QUE MANUEL REGRESE CONTIGO. Grita eufórica Reina.
Me suelto de ella bruscamente al sujetar su muñeca y hacer que me suelte.
-NO TIENE SENTIDO LO QUE DICES. DEJA DE ATOSIGARME. Le gritó molesta.
-AL DECIR QUE TIENES PAREJA, TONTAMENTE CREES QUE BAJARÉ LA GUARDIA Y AL DECIR QUE TE COMPROMETES QUIERES DESPERTAR CELOS EN MANUEL, PARA QUE REGRESE A TI. Me dice.
"Tiene la mente retorcida, que cree que todos son así como ella, de manipuladora"
-QUE IDIOTESES DICES. SOLO ESCUCHATE. DUDAS AL HABER ACTUADO MAL. SABES QUE LO HICISTE A DREDE, QUE TODO ES UN VIL PLAN TUYO, NO PORQUE LO QUIERAS, SOLO TE FIJAS EN SU DINERO Y EN LO QUE PUEDES OBTENER. Le digo molesta.
-NO FUISTE CORRIENDO A DECIRLE ESO A MANUEL PORQUE SABES QUE NO TE VA A CREER, SABES QUE SOLO TE VERA COMO UNA DESPECHADA QUE HARIA CUALQUIER COSA PARA QUE ME DEJE. Grita eufórica.
-POR MI HAGAN LO QUE QUIERAN, NO ME IMPORTA LO QUE HAGAN DE SU VIDA, SE MERECEN EL UNO AL OTRO. Le digo.
Le tiembla la cara, llena de bronca, aprieta los puños, infla sus pulmones para gritar más fuerte, cree que con eso ella siempre va a ganar.
-SE QUE NO TIENES NINGUN NOVIO, NI PROMETIDO. SE QUE ES UN INVENTO TUYO, UN FANTASMA. AÑOS ESTUVISTE CON MANUEL Y NO AVANZASTE NI UN POCO, NO TUVISTE INICIATIVA, NI IMAGINACIÓN, PARA QUE TE CONSIDERE ÚNICA. Me grita.
"De seguro él muy cínico actúa como víctima ante ella, eso me convence más de que se merecen el uno al otro"
-SE VE QUE NO ME PUEDE OLVIDAR AL HABLAR DE MI. Le digo y sonrió al ver que su rostro se desfigura de la ira.
-ÉL NO TE RECUERDA, SOLO RESPONDIO UNA PREGUNTA QUE YO LE HICE. Responde eufórica.
-SI SIGUES HACIENDO QUE ME RECUERDE, NO TENDRE QUE MOVER UN DEDO PARA QUE TE DEJE, TU SOLA LO CONSEGUIRÁS. Le digo solo para fastidiarla, me divierte ver como se consume en su propio veneno.
-SABIA QUE ESE ERA TU PLAN, SABIA QUE TODO LO HACES PARA QUE REGRESE CONTIGO, VE OLVIDANDOTE DE ESO, SE VA A CASAR CONMIGO, YA TENEMOS FECHA EN UN MES. Me grita.
-SE TE LLENO LA COCINA DE HUMO Y BUSCAS QUIEN SE HAGA CARGO. Le digo.
-YA QUISIERAS, PERO NO SE CASA CONMIGO POR ESO, NO SE CASA OBLIGADO, SINO PORQUE ME PREFIERE A MI, SOY MEJOR QUE TU. TUVO QUE CAER EN LA CLOACA PARA SABER LO QUE ES BUENO Y LO QUE NUNCA VA A QUERER Y ESA ERES TU. Grita.
"Me trata de cloaca la muy imbécil"
-¿QUÉ SOY A QUIÉN VA A ELEGIR? ESO DIJISTE O ENTENDI MAL. Me hago la que no comprendió sus palabras.
Sin esperarlo me estrelló su mano en mi cara ida y vuelta, dejándome doliendo las mejillas.
En eso apareció Manuel, en su vehiculo y ella rápidamente se tira al piso haciéndose la que ligo.
-¿QUÉ PASO? Bajo apresurado de su auto a atenderla.
-ME GOLPEO. Gimotea aferrándose a él.
Le ví los ojos rojos a Manuel, estaba recién bañado y movía una menta en su boca, señal que quería tapar que bebió. Es molesto conocer tanto a alguien que sabes sus actitudes, en su momento fingi creerle, pero sabía cuando salia a tomar un par de copas y por no querer armar una pelea, solo aceptaba lo que me decía.
-¿POR QUÉ LA TRATAS ASI? Me pregunta con una mirada acusadora, se ve que a mí nunca se molestó en conocerme bien, para saber que no soy de pegar a alguien, por más que me carcoman las ganas.
Suspiré molesta, alejándome de ese par, Reina solo me elevaba la presión, no pierde oportunidad en agraviarme, prefería que crea eso, que ella decía, así se casaba con Manuel, no le demostraré nada, ni la sacaré de su error.
Al caminar un par de metros en la oscuridad vi un par de luces pequeñas amarillas un poco más alto que yo, me recorrió un escalofrío.
"Será algún animal salvaje" pensé preocupada, trate de calmarme, los animales olfatean el miedo, por lo que suspiro para calmar mi corazón, rebusque inquieta mi celular para encender la linterna del mismo, así ver lo que me miraba entre los matorrales, y maldije al recordar que no tenía bateria.
-Alex. Escuché que me llamo, salte como dos metros del piso, gire nerviosa y veo a Héctor parado próximo a mi.
Me abrace por él.
-Que susto, menos mal apareciste. Susurro.
-Se me pincho una rueda y no tengo la de auxilio. Estaba tratando de comunicarme contigo, no me daba tu número. No me puedo mover, estoy esperando la grua. Me explica.
-¿Qué hacias en la oscuridad? Le pregunto.
-Es que al pinchar, pare en esa zanja, y estaba regando las plantas. Me cuenta con pena al hablar sobre sus necesidades biológicas.
-Habia un animal salvaje, ví sus ojos. Recuerdo nerviosa señalando hacia los matorrales.
-Si había, se fue, no me di cuenta. Me dice y me mira a detalle mi cara.
-¿Qué te paso? Me pregunta con los dientes apretados.
-No es nada. Le respondí.
Me abrazo dándome un beso en la frente, sentía su corazón latir fuerte.
En eso veo unas luces que se aproximan, se trataba de una camioneta oscura, de su interior descendió un señor enorme con una ropa oscura de campera y pantalon, de una expresión sería que daba miedo.
-Ella está conmigo. Le dijo Héctor con su voz áspera que me sigue derritiendo cada vez que la escucho.
Él hombre solo asintió sin emitir ni un sonido, acomodo la camioneta, colocando la parte de atrás apuntando al auto de Héctor, de su parte trasera extrajo como una cadena gruesa, se dirigió hacia el vehículo de Héctor y la engancho. Regreso hacia nosotros, nos señalo que subamos a su camioneta.
-Vamos, ven conmigo. Me dice Héctor tomando mi mano.
-Claro. Le respondí al sentirme segura con él, si no estaba Héctor no subía a esa camioneta, ese hombre parecía salir de alguna película de terror de esos asesinos en serie, tenía una cicatriz en su mejilla izquierda que seguía por debajo de su barba tupida, me preguntaba como se la hizo.
Me di cuenta que no tomamos el camino a la ciudad, sino uno que estaba oculto de la vista, era apenas unas huellas, la vegetación se había adueñado del mismo, se ve que hace rato no hacían mantenimiento.
-Hacia dónde vamos? Le pregunté a Héctor.
-A mi casa, te había dicho que tenía que solucionar lo de mi prima. Me responde tranquilo.
El viaje fue largo, hasta que divise casas, con un camino empiedrado, como si se tratara de un pueblo atrapado en el tiempo, se sentía misterioso, pero a la vez tranquilo, una fuerte lluvia se largó.
-El clima es inestable aquí. Escuché decir a Héctor.
-Es hermoso. Le digo maravillada al ver como era ese lugar, las casas adornadas con flores, techos a dos aguas, todas parecían tener el mismo estilo.
-¿Te gusta? Me consulta Héctor.
-Si, me encanta, se respira paz... ¿Cuál es tu casa?. Le pregunto con curiosidad.
-La mía está al final del camino. Me señala.
Llegamos hasta donde el señor bajo, desenganchó el auto de Héctor y volvió a subir, sacudiendo su abrigo murmurando entre dientes, al parecer no le gustaba la lluvia. Prosiguio el viaje, salimos de la calle empiedrada e ingresamos a una cubierta de árboles y bordeada de flores. A lo lejos divise una casa de dos plantas hecha de piedra y flores a su alrededor, las nubes se fueron alejando de apoco dejando que algunas estrellas aparezcan, parecía algo mágico.
Al descender sentí el dulce aroma de las flores, algunos que otro grillo se oía en las proximidades, y el canto de unas ranas.
-Estoy impresionada, es muy bello todo aquí. Ahora puedo entender porque no vas a la ciudad. Le digo a Héctor.
-Cuando este reparado su auto lo llamo. Escuché decir al señor de una manera respetuosa, Héctor asintió y me señalo para ingresar.
-Tienes frío, estás helada. Me observo al tocarme.
-Lo disfruto, me gusta la brisa que corre aquí. Le dije.
A lo lejos se escuchó el aullar de un lobo y me sobresalté.
-¿Eso fue un lobo? Le pregunté agitada.
-Estas conmigo, vamos adentro, no te pasará nada. Me dijo.
-Que lastima. Murmuré entre dientes.
Él sonrió mirándome como adivinando lo que pensaba y solo me abrazo, abrió la puerta y en el interior se podía apreciar ese dulce aroma a flores silvestres.
-Huele muy bien aquí. Le dije señalando las flores que había.
Héctor miro serio y las saco molesto.
-No son tus preferidas. Le consulte.
-No es eso, no deberían estar adentro, al parecer alguien entro sin permiso, siéntate un momento, echaré un vistazo. Me señalo un sector del comedor.
Me aproxime a la chimenea, me gustó el estilo que tenía, tan de la época de mis abuelos, al parecer él conserva todo muy bien, ví fotos sobre la misma y las recorri apreciando una a una.
-Viste algo que te gustó. Lo escuché muy próximo que me estremeció.
-Todo aquí es muy bello. Lo que note que le gustan los lobos. Le señale algunas fotos de ellos.
Él sonrió incómodo y me apartó de ese lugar.
-Al parecer por la lluvia no podremos salir. Me comenta.
-¿Qué podemos hacer? Le digo jugando con el botón de su camisa.
Él sonrió mordiéndose el labio, se me aferró con ansias.
-Me preocupa que te enfermes. Después de que tuvimos un momento, te agarro fiebre. Me dice.
-Pero en qué piensas, eres muy travieso. Podrías tener un juego de mesa o cartas para pasar el rato. Le digo.
Él se carcajea, es la primera vez que lo ví reír así, se ve tan hermoso. Sus ojos tienen un brillo particular.
Me alza en brazos sin mediar palabras y me lleva a la habitación en el piso de arriba.
-No me dijiste si encontraste algo. Le recordé.
-No encontré nada. Me dice mirándome intenso.
Me puso sobre su cama, que tenía su aroma. Me empezó a despojar de mis prendas.
-Antes de casarme no tengo nada. Le digo a modo de broma.
Él sonríe mirándome con sorpresa.
-Eres graciosa, no sabía que tuvieras ese lado divertido, además ya estamos casados. Me dice enseñándome el anillo en mi dedo y me muestra su mano, tenía uno similar.
-Asi que al darme el anillo ya estamos casados. Le digo con un tono de duda.
-Solo falta que lo tomemos ante el notario, pero eso lo haremos está semana. Me asegura.
-Asi de rápido. Le pregunto.
-Si, quiero tenerte aquí conmigo, podrás ejercer tu profesión, muchos tienen animales de granjas para alimentar a su familia y que además comercializan. Me asegura.
-Tentadora oferta, pero antes debo evaluar la mercancía. Le digo acariciando su pecho.
-Tienes la libertad de hacerlo. Me dice posando un beso intenso en mis labios.
Sentí su corazón latir muy fuerte contra mi pecho, se aferró a las sábanas con fuerza para no aplastarme, su temperatura subió, por lo que lo estire acostadandolo y me coloque sobre él.
-Somos el uno para el otro, me encanta sentir tu cuerpo frío. Me susurra en el oído.
-HECTOR ME ENTERÉ QUE LLEGASTE. Escuchamos la voz de una mujer y me cubrió apresurado con la manta.
-¿Cuándo aprenderás a tocar? Escucho que Héctor le dice y me mantiene bajo de él para que no me vea.
-SOY TU MADRE, ¿POR QUÉ A DE TOCAR? Le respondió ella.
-PODIAS ESPERAR A MAÑANA, NO VENIR CON ESTE CLIMA. Le dice Héctor, lo sentía nervioso en la voz.
-QUERIA SABER SI HABLASTE CON TU PADRE. Le responde ella y Héctor se incorpora.
-VAMOS A HABLAR AL COMEDOR. Le indico él.
-TU ME OCULTAS ALGO. Le dijo ella.
-MA NO. Lo escuché nervioso y siento que descubre la manta que estaba sobre mi.
-OH VAYA, YA VEO. Dijo una señora bella alta de ojos verdes, físico envidiable y cabello gris largo, Lucia un enterizo en color marron al cuerpo y zapatillas que le cubrían los tobillos.
(Madre de Héctor, 50 años)
Ella se giro saliendo del cuarto, Héctor nervioso me miró con cara de lo siento, me dió un beso en la frente y fue tras de ella.
-QUE SE VISTA Y BAJE. La oi gritar desde la planta baja.
Mi corazón palpitaba acelerado.