La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Pesadilla
Despues de cenar me voy a mi habitación, Quiero tomar un buen baño.
Me dirijo al baño y abro el grifo de la ducha, dejando que el agua caliente caiga sobre mí. Me siento relajada al instante. Agrego un poco de mi esencia favorita de coco y vainilla al agua, y el aroma dulce y cremoso llena el aire.
Me sumerjo en la tina, sintiendo cómo el agua caliente y las esencias relajantes trabajan juntas para calmar mi cuerpo y mente.
Cierro los ojos y dejo que el estrés del día se vaya, mientras el aroma a coco y vainilla me envuelve.
Me tomo mi tiempo, disfrutando del momento de paz y tranquilidad. El agua caliente y las esencias me hacen sentir como si estuviera en un spa, rodeada de lujo y confort.
Después de un rato, salgo de la tina y me envuelvo en una toalla suave y cálida.
Me envuelvo en mi bata de seda favorita, sintiendo cómo la tela suave y ligera se adapta a mi cuerpo.
El color crema delicado y el patrón de flores sutiles me hacen sentir femenina y elegante.
La bata se ajusta a mi cintura de manera favorecedora, y el escote suave me hace sentir sensual y cómoda.
Me gusta cómo la seda se desliza sobre mi piel, haciéndome sentir relajada y tranquila.
Me acuesto sobre mi cama y tomo mi teléfono, revisando los mensajes que han llegado.
Algunos amigos me han escrito para charlar y ponerse al día, pero la mayoría de los mensajes son de periodistas y agentes que quieren ofrecerme trabajo en portadas de revistas o sesiones de fotos.
Les ignoro a todos y decido no responder. Estoy demasiado cansada y solo quiero descansar.
Me recuesto sobre mi cama, sintiendo el peso de mi cuerpo hundirse en el colchón. Cierro los ojos y dejo que el cansancio me venza. Al instante, me quedo dormida, sin darme cuenta de nada más.
[•••]
Estoy sumergida en un sueño profundo, pero pronto me encuentro en una pesadilla.
Estoy en un lugar oscuro y confuso, de repente veo al chico que me gusta. Su rostro está distorsionado, su mirada es intensa y llena de dolor.
Me mira con una expresión que me hace sentir como si estuviera muriendo por dentro.
Me siento angustiada, mi corazón late con fuerza y mi respiración se vuelve agitada. Trato de acercarme a él, pero mis piernas están pesadas y no puedo moverme.
Él se acerca a mí, con su mirada fija en la mía, y siento como si estuviera a punto de desmoronarme.
De repente, su rostro cambia y se convierte en una máscara de tristeza y desesperanza. Me siento como si estuviera viendo algo que no debería ver, algo que me hace sentir vulnerable y expuesta.
La angustia se apodera de mí y me despierto sobresaltada, con el corazón latiendo rápidamente y la respiración agitada.
Miro el reloj y veo que son las 5 de la mañana. Me pregunto por qué últimamente he estado teniendo estos sueños tan intensos y perturbadores.
»No entiendo qué los provoca, pero me siento incómoda y ansiosa«
Ya no puedo dormir más, así que me levanto de la cama y comienzo a vestirme con ropa cómoda.
Me pongo un par de zapatillas de correr y un conjunto de ropa deportiva. Me amarro el pelo en una coleta alta y me siento lista para salir a correr.
La oscuridad del amanecer me envuelve mientras salgo de la casa y comienzo a correr por el barrio.
El aire fresco de la mañana me golpea en la cara y me hace sentir viva.
Corro con ritmo constante, tratando de despejar mi mente y dejar atrás los pensamientos y sentimientos que me perturban.
Regreso a casa después de mi carrera matutina, sudada y con una sensación de logro. El señor Jorge me abre la puerta con una sonrisa.
—¿Cuántos kilómetros esta vez?—
Le respondo con orgullo, —ocho kilómetros—
El señor Jorge me extiende la mano para que la choque y me felicita, —Excelente, mi niña—.
Le sonrío y le doy un golpe de puño suave en la mano, sintiendo una conexión amistosa con él.
Después de nuestro breve intercambio, entro a casa y me dirijo directamente a la ducha para refrescarme y quitarme el sudor de la carrera.
El agua caliente cae sobre mi piel, relajándome y haciéndome sentir renovada.
Después de la ducha, me envuelvo en una toalla suave y comienzo a aplicar mis cremas corporales favoritas.
»Coco y vainilla«
Me pongo una crema hidratante en la piel, sintiendo cómo se absorbe rápidamente y me deja la piel suave y nutrida.
Luego, me aplico una crema de manos y pies, asegurándome de que estén bien hidratados y suaves.
Una vez que estoy lista, me dirijo a mi armario para elegir un outfit.
Me decido por un vestido de seda de color negro que se ajusta perfectamente a mi cuerpo. El vestido tiene un corte clásico y sofisticado, con un escote suave y una falda que cae elegantemente hasta mis rodillas.
Me pongo el vestido y me miro en el espejo, sintiendo cómo me hace sentir segura y elegante.
Me completo el look con un par de zapatos de tacón alto y un bolso de mano elegante.
Me suelto mi cabello y este cae hasta la parte baja de mi espalda con ondas.
Me aplico un maquillaje ligero para resaltar un poco mis facciones, termino aplicando mi loción y salgo de la habitación, para ir a desayunar.
Bajo las escaleras y me encuentro con mi madre en la sala de estar. Ella está sentada en un sofá, con una taza de café en la mano y una sonrisa cálida en el rostro.
Está vestida con un traje de pantalón y blusa de seda de color beige, que se adapta perfectamente a su estilo clásico y elegante.
La blusa tiene un cuello en V y mangas largas, y el pantalón es de corte recto y elegante. Un collar de perlas adorna su cuello, y sus pendientes de oro le dan un toque de sofisticación. Su cabello está peinado de manera impecable, y su maquillaje es discreto pero elegante.
Me sonríe al verme y me saluda con un abrazo cálido.
—Buenos días, hija—
—Buenos días mamá—
Ella se levanta y nos vamos juntas al comedor para desayunar.
Mi padre llega al comedor y me saluda con un beso en la mejilla.
—¿Cómo van los preparativos para la gala benéfica, hija?—
—Muy bien, papá. Ya está todo listo para esta noche. Los invitados están confirmados, la decoración está lista y la subasta está organizada. Estoy emocionada de que todo salga bien—
—Excelente, hija. Nos vemos allá esta noche—
Me siento orgullosa de que mi padre esté interesado en mi trabajo y me apoye en mis proyectos.
Hoy es sábado, y como es habitual, mi padre no asiste a la empresa. Pero en realidad, no es solo porque sea fin de semana, sino porque está preparando el terreno para mi toma de control.
Faltan pocos días para que yo asuma el mando total de la empresa, puedo sentir la emoción y la responsabilidad que conlleva este cambio.
Mi padre ha estado trabajando duro para asegurarse de que esté lista para asumir este nuevo rol, y estoy agradecida por su confianza en mí.
La idea de tomar el control total de la empresa es emocionante y aterradora al mismo tiempo.
Pero estoy decidida a hacer que funcione y a demostrar que soy capaz de liderar la empresa con éxito.
