Ésta es la historia de una doctora que conquista sin querer a todos quienes la rodean... hombres, mujeres, niños... Todos la llegan a querer sin medidas, y muchos son los que quieren ir más allá con ella, pero su corazón siempre perteneció a alguien más...
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Chicle...
Maximilian...
Han pasado 6 meses desde que mi bebé se fue, desde que pude hablar claramente con mi padre, y desde que eso sucedió, pues no he vuelto a consumir una gota de alcohol. Mi madre me sentó y me dijo "Priscila no estaría nada orgullosa ni feliz de verte caído de una borrachera, así que ya déjate de pendejadas, porque si sigues así, le estás facilitando a esa mujerzuela las cosas. Entiéndelo y toma las riendas de tu vida"
Esas palabras no solamente fueron como una cachetada, sino que también me ayudaron a plantearme nuevas metas y proyectos. En ese momento me propuse a convertirme si no el mejor CEO, estar entre los mejores. Y la revista GQ me colocó entre los 10 mejores. Mía me dijo que eso también me ayudaría a cuando abra mi naviera. Tendré un precedente de éxito, así que solamente me beneficiará.
Entre otras cosas, Lydia me tiene seco. Me quiere estar controlando todo el día todos los días. Me dijo que quiere mudarse aquí a América para poder "estar juntos". Casi me vomito cuando escuché esas palabras, le dije que no había necesidad, que podía venir cuántas veces quisiera. Que le daría alojamiento en el mejor hotel de la ciudad.
Y luego, su pregunta... ¿No me llevarías a tu departamento para estar juntitos? Sería súper rico conocer tu espacio personal... ¡En mi mente gritaba JAMÁS!!! Jamás te llevaría a mi santuario. Allí tengo fotos, recuerdos con mi bebé y no los voy a esconder solamente por ella. Así que... Me tocó mentirle. Aún vivo con mis padres. -Dije intentando alejar ese pensamiento de su mente- Pero su respuesta fue... Ay, tenemos como mamitis y papitis aguda. Pero tranquilo, que estoy segura que la suegris no me rechazaría quedarme en su casa. ¿O si? Escucharla hablar de mi madre me provoca ahorcarla, su tono de voz es asqueroso para mí. Pido de todo mi corazón que esta farsa acabe lo más rápido posible...
Aunque ciertamente ellos habían dicho que la boda debía ser en 6 meses, no sé cómo mi madre ha encontrado junto a la mamá de ella retrasar lo más que ha sido posible el matrimonio. Por otro lado, NADIE de la familia Johnson o Volkov o las demás ramas de esos apellidos sabe absolutamente NADA de lo que está pasando. Mi madre ha sugerido hablar con el tío Bastian, pero mi padre se rehúsa a hacerlo. Ella ha querido hablar, pero mi padre no lo permite. Dice que son "problemas familiares y dentro de los Edwards se quedará" Mi madre le ha recordado varias veces que ella no ha dejado de ser Johnson y que sabe que hay maneras más rápidas de hacer las cosas, pero finalmente mi padre se impone y pues sigue siendo un secreto. Andrew me ha reclamado varias veces que por qué sale en redes sociales que Lydia es mi futura esposa si a quien llevé a la cabaña fue a Priscila... Me ha tocado mentirle y me siento fatal de hacerlo, pero no puedo hacer nada más. Respetaré la decisión de mi padre a menos que mi bebé o yo nos encontremos en peligro.
Esa es otra cosa. Las redes sociales. Vive posteando fotos mías manejando las veces que me ha tocado salir con ella por obligación o caminando delante de ella o haciendo cosas tan impersonales, y siempre coloca... "Con mi príncipe amargadito... Te amo bebé" Cosas absurdas, pero quién las ve, piensa que si estoy enamorado, pero la verdad es que quien me conoce verdaderamente, puede ver en mis ojos y en mis posturas y conductas que no hay nada de felicidad en mi. Veo fotos que nos tomamos Priscila y yo en momentos simples, un helado, una noche en el tejado, cualquier cosa y puedes ver el brillo en mi mirada, mi cuerpo grita SOY FELIZ, cosa que no sucede las veces que nos han fotografiado juntos. La de la entrevista de GQ fue una de esas en las que tengo mis facciones endurecidas porque ella pidió ser fotografiada junto a mi. Estoy furioso porque ellos encantados, mientras que mi pensamiento es... Quien debería estar en esas fotos es mi amor, mi mujer, mi bebé, Priscila Johnson.
Lydia viene esta semana y estoy rogando que no haya entrevistas, no haya sesiones fotográficas, y por sobre todo, que mi mamá encuentre la forma y manera de negarse a recibirla en casa. Si no, veremos qué hacemos o nos inventamos, pero a esa mujer NO la quiero cerca de mi. No tolero su olor, huele a sexo todo el tiempo, la veo y en sus ojos veo obsesión, locura, de verdad no la puedo tener ni cerca de mi sin que me provoque irme al fin del mundo.
Mi cumpleaños está cerca y a mi cabeza solo puede venir los planes que teníamos mi bebé y yo. A veces me pregunto si pensará en mi, si le hago falta, si tan siquiera me recuerda. Me da dolor, pero por su propio bien, debo estar alejado de ella.
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Priscila...
En 2 días es el cumpleaños de mi grandote. Quiero mandarle algo que se le va a encantar... Sé que le prometí al señor Maxwell que me mantendría alejada. Pero es que el regalo que le tengo es algo que no puedo quedármelo yo. ¡Dios! Este sentimiento es tan fuerte que no importa cuántas lágrimas he derramado, o que tan ocupada me mantengo, siempre en mis pensamientos y en mis sueños está mi amor hermoso, mi Max.
Llamé a mi mamá para pedirle que por favor reciba el paquete... Lo envié hoy con carácter de urgencia y espero que mi mamá me pueda ayudar en eso. Sé que ha salido en varias publicaciones de parte de esa estúpida mujer, pero en ninguna se ve feliz. Son tan raras esas publicaciones que de verdad no puedo creer que él me haya olvidado. Pase lo que pase, de igual manera él será siempre el amor de mi vida. Y ojalá no tenga que buscar yo a nadie más porque no creo poder encontrarlo. Maximilian Edwards es, fue y será por y para siempre el amor de mi vida, mi primer y único hombre y la razón por la cual conozco el hermoso pero en ocasiones desgarrador sentimiento llamado AMOR.
