Tu, Mi Verdadero Amor.

Alejandro.

Pedro estaba sorprendido de verme, él llevaba años de conocerme, me vio crecer entre los cultivos, muchas veces me regaño por comerme, las uvas, además era la primera vez que entraba como un ladrón.

-Joven Alejandro, que hace aquí a esta hora.- me dijo. Cuando me reconoció.

-Lo siento Pedro, por entrar de esta forma, pero debo ver a Claudia.- le confieso.

-Joven, en la casa ya todos duermen, la señorita no se ha sentido bien y ha estado todo el día en su habitación.- se escuchaba preocupado.

-Lo sé Pedro, y por eso estoy aquí, por favor ayúdame necesito verla.

Pedro dudó por un momento, sabía que lo metería en problema si nos descubrían, pero debía verla sin importar qué.

-Está bien joven, sígame.- lo seguí en completo silencio.

Él me llevó hasta la casa de los trabajadores en donde había una bodega llena de herramientas, no sabía el porqué estábamos en ese lugar, hasta que lo vi tomar una escalera. Para luego llegar al lado trasero de la casa.

-Joven, sabe que puedo perder el trabajo por esto.- me dijo pedro mientras acomodaba la escalera.

-Lo sé pedro, y te agradezco por esto, tú no me has visto, yo hice esto por si solo, en todo caso si llegas a necesitar trabajo acude a mí.- él solo sonrió y negó con la cabeza.

Cuando ya estuve en el balcón, volví a dudar, no sé por qué todo lo que tiene que ver con ella, me pone así, es como si todo en mí perdiera fuerza.

No dude más y golpe, del otro lado de la ventana no se escuchaba nada, así que volví a golpear, unos segundos después escuché unos pasos, que hicieron saltar a mi corazón. Cuando por fin la ventana es abierta, la puedo ver, llevaba puesta una pequeña pijama color rosa, sus pechos se notaban a través de la tela, debía besar, así que lo hice, en ese momento no pensé en las consecuencias, así que no perdí tiempo, y apenas estuve dentro de la habitación, me robe sus labios. Pero su reacción fue distinta a lo que esperaba, ella envolvió sus manos en mi cuello y enredó sus piernas en mi cadera, podía sentir su parte íntima con la mía, lentamente la lleve a la cama, en dónde la recosté con mucho cuidado.

Había perdido casi por completo la cordura, deseaba llegar tanto hasta el final, pero sabía que ella aún no estaba lista, sé que sus sentimientos por Pablo aún están presente, así que me detuve, apenas ella me lo pidió.

-Por favor, detente.- su voz sonaba excitada.

Nuestra respiración estaba acelerada, y nuestros rostros sonrojados. Nuestras miradas se encontraron, pero agacho la cabeza, estaba avergonzada.

-Lo siento, me dejé llevar.- ahora el avergonzado era yo, al notar que ella había visto el bulto de mi pantalón.

-No te disculpes, no es que yo me hubiese negado.

-Pequeña, sé que estás molesta, me debes estar odiando, me comporte como un idiota.

- te odio Alejandro\, no vuelvas a decirlo\, y si todo lo que me dijiste me dolió\, Alejandro eres muy importante para mí\, pensé que nuestra relación había cambiado\, pero veo que para ti sigo siendo una niña caprichosa y eso duele.- una pequeña lágrima rodó por su mejilla.

-Lo siento mucho, me dejé llevar por los celos.- verla llorar por mi culpa, me dolió mucho.

-Por los celos.- pregunta.

-Si, Claudia, llevo más de 11 años enamorado de ti, no sabes lo difícil que fue para mí, verte perseguir a Pablo, mientras yo era ignorado, ese día te vi con Pablo, sentí morir cuando te beso y le correspondiste.- le confesé.

...

Mientras Alejandro y Claudia conversaban, en casa de pablo era un completo caos, él se había embriagado y estaba destruyen su habitación, sus padres no sabían como calmarlo.

- debes calmarte\, hijo.- le decía su madre desde la entrada de su habitación tratando de abrir la puerta.

-tú no entiendes nada madre, he perdido a la mujer que amo por mis estupideces.- grito él.

-eres mi hijo y claro que te entiendo, pero ahora debes hacerte responsable de tus actos, nasa de esto cambiara las cosas.- agrego ella.

- lo sé\, pero necesito sacar este dolor\, en un mes estaré casado con alguien a quien no amo y abre perdido para siempre a la mujer que es todo para mí.- dijo dejándose caer en el piso.

En eso llega Armando, padre de Pablo, corriendo con las llaves con las que por fin abrieron la puerta de su habitación. Carmina corrió hasta donde su hijo se encontraba, para ella era doloroso ver a su hijo en ese estado.

-por dios pablo.- le dice ella con lágrimas en sus ojos.

-que voy a hacer mama, no sé cómo voy a vivir sin ella.-pablos parecía un niño.

Armando se mantuvo en silencio, a él también le dolía ver lo así, pero de alguna forma su hijo debía de aprender.

Por otro lado, lucero estaba eufórica, por fin sería una López, su familia no era podré, sus padres tenían una pequeña cadena de restaurante, con eso habían llevado una vida acomoda, pero ella deseaba más, y que mejor que casarse con pablo López, un heredero de primera. Gracias a eso, podría llevar una vida llena de lujos, ella le gustaba pablo, pero si algo tenía claro era que amor nunca obtendría de esa relación.

- de amor no se vive lucero.- se decía mientras se tiraba de espalda sobre su cama.

Había pasado todo el día viendo vestidos de novia, ella deseaba un vestido bastante llamativo, al que diera de que hablar, todo debía ser perfecto, ya que era su gran día.

...

Hola todos.

Había pasado un tiempo desde que publique mi última novela, estaba teniendo un bloqueo y no lograba escribir nada, cosa que me tenía muy triste, así que decidí retarme. Por eso me inscribí en resto de escritura y este ha sido el resultado, deseo que sea de su agrado. Espero seguir recibiendo del apoyo de todos, es muy importante para mí.

Gracias por todo