Valentina elabora su venganza, pero cuando logra todo lo que busca aparece alguien que pone todo patas arriba, incluso a ella.
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Cap. 14 Ayúdame, por favor
Gloria solo retrocedió mientras que sus amigas la miraban sorprendidas, no recuerdan que Luana sea tan hermosa y con tanto estilo para vestir, traía ropa casual pero muy fina y sentadora, haciéndola ver más distinguidas que ellas.
* Luana, no te atrevas a lastimar a Gloria, primero tendrás que pasar sobre mi _ dijo una poniéndose al frente.
* Y sobre mi _ dijo la otra poniéndose al frente de ella también.
Valentina sonrió dichosa, parecía que las cosas serían más divertidas después de todo.
Valentina Smith.
Estoy realmente molesta y estas niñas tontas solo son un deshago de mi ira.
Ágilmente tomo sus cabellos y hago chocar sus cabezas, de todas formas, están huecas, no voy a dañar nada ya que ahí no hay nada.
Ambas están confundidas y le doy un puñete a una en la nariz y mientras se desploma yo tomo a la otra de los cabellos para estrellar su cara contra mi rodilla, ambas caen desvanecidas por el dolor y el aturdimiento así que voy por mi presa, es Gloria Sheridan la que se va a llevar toda mi furia.
Me acerco a ella mientras se arrodilla pidiendo perdón, pero a mi no me importa, solo pasa por mi mente la carita morada de mi nena, el saber que la soltó y ella cayó al piso, podría haberse roto algún hueso o tener una hemorragia interna, esta perra realmente es un monstruo.
Le doy una patada en el estómago mientras me acerco mas y la tomo de los cabellos, la arrastro hasta el balcón, una vez ahí la lanzo hacia el vacío, pero sujeto su pie y ella queda colada y solo sujeta por mi agarre, a lo que la suelte mínimo va a tener una fractura o se muera.
* Lu…, Luana, por favor, no me lances, por favor, ten piedad – grita y llora esta perra, pero a mí no me da pena.
* Tu eres una maldita, ¿acaso le tuviste pena a mi nena?, la tumbaste al piso, ella está lastimada y ahora me pides clemencia, te vas a morir Gloria Sheridan, hoy te mato por tocar a mi hija _ yo grito furiosa, estoy muy enfadada.
Escucho muchos pasos, deben ser unos siete u ocho hombres, seguro son la seguridad de esta perra, ella sabe su pecado y debió haber contratado más gente, así que me dirijo a mi presa.
* Escucha maldita, tus guardias ya vienen y solo han empeorado tu situación, ahora no me culpes por ser cruel, pero recuerda, la próxima vez te mato de verdad _ digo con ira y la suelto, la escucho gritar y cae en unos matorrales, tal vez se haya roto algo, pero ahora no me importa.
Salgo del lugar y en cuanto cruzo la puerta hacia el pasillo veo que son como ocho hombres que me miran y me apuntan, es obvio que soy su objetivo, puedo con dos y hasta tres, pero estos son muchos, si me atrapan podrían hacerme algo muy malo de verdad.
Es hora de correr, debo salir de aquí, fui muy descuidada al no llevar a nadie de mi guardia conmigo, ahora debo salir de aquí sea como sea.
Me adentro por los pasillos buscando un salida, esos hombres me siguen de cerca, de verdad creo que estoy en problemas, veo un pasillo donde hay algunas parejas besándose, parece que es la entrada al bar del restaurante que está separado, pero me doy cuenta que el pasillo no tiene salida, seguro pasé la puerta del bar y no me di cuenta y ahora no puedo volver hasta que veo entrar de uno de los balcones a un hombre alto, la zona está poco iluminada y no se quien es pero ahora su larga y amplia gabardina me sirve, me voy a arriesgar, espero salir de esto y no meterme en otro lío.
Me acerco a él y me pongo de puntillas para atraparlo del cuello, inmediatamente me mira un poco sorprendido y realmente es un maldito Dios, es tan guapo que me da escalofríos.
Él me mira y veo un brillo indescifrable en sus ojos, pero no tengo tiempo así que suplico ayuda.
* Ayúdame, por favor _ digo mientras me acerco para tratar de quedar dentro de su amplia gabardina y casi subiéndome a sus zapatos llego a penas a sus labios, veo que no se mueve, pero cuando llega mi séquito de agresores el vuelve sus ojos a los míos y se inclina para poner su brazo y envolver mi cintura, y maldita sea que son fuertes, siento su otra mano se enreda con mi cabello y me lo jala, quiero gritar y abro mi boca por el dolor para ganarme un beso de lo más lujurioso que me han dado en mi vida, bueno, mis dos únicos novios, los cuales ambos fallecieron en misiones de los mercenarios ya que ambos eran parte del negocio de mi padre, pero este pervertido de verdad está sacando provecho.
Definitivamente desde que te sigo Adrianex vuelvo y repito: eres la mejor