Una Segunda Oportunidad

- Hola –la voz de Lilianne me deja pasmada- Creí que ya estaba todo claro y que no volverías a llamarlo.

- No es tu asunto si decido o no llamarlo.

- Pues él se está duchando\, le diré que llamaste\, o si prefieres le llevo el móvil…

Cuelgo.

No soporto ni siquiera pensar que están juntos en este momento, me dejo caer en el sofá, el valor que había reunido desaparece de inmediato dejándome confundida y enojada.

Sé que está mal sentirme de esta manera, ya no estoy en su vida, él tiene todo el derecho de estar con quien desee, pero no por el hecho de saberlo me siento mejor, y el saber que está con ella, es lo que peor me sienta.

Mi teléfono comienza a sonar y es él, pero no le contesto.

Simplemente subo a darme una ducha y me recuesto en mi cama tratando de conciliar el sueño, cosa que consigo después de girar por horas sobre las sabanas frías.

Despierto un poco desanimada, pero no voy a afectarme demasiado por algo que ya sabía que pasaría, así que me doy una ducha y salgo más temprano de lo usual, me paso por una cafetería y pido dos medialunas y un refresco antes de llegar a la empresa, el estacionamiento está casi vacío, cuando entro Paula aún no está, miro mi reloj, aún falta una hora para comenzar el turno, así que simplemente subo a mi oficina y me dispongo a desayunar cuando Theo toca mi puerta.

- Hola\, vi tu luz encendida –le indico entrar y toma asiento frente a mí.

- Hola\, no vi tu auto afuera.

- Recién llegué –dice mirando su reloj- No deberías estar caminando sola a estas horas\, debes conseguir un auto.

- No lo veo tan necesario.

- Lo verás muy necesario en un par de meses\, cuando tus pies se vuelvan en tu contra –suelto una risita y saco las medialunas ofreciéndole una- No voy a comerme tu desayuno.

- Vamos\, tengo otra\, comete esta\, son deliciosas –le insisto hasta que acepta y cuando la prueba se llena de migas la camisa\, y como si fuera lo más común\, me inclino para sacudírselas.

- Lamento interrumpir.

Quiero que me trague la tierra cuando levanto la mirada y me encuentro con un muy enojado Jared frente a nosotros, está usando un traje oscuro, sin corbata y su olor me invade haciéndome suspirar.

- Claro\, ¿en qué puedo ayudarte? –dice Theo como si no se diera cuenta de su mirada de advertencia\, más bien como si no le importara para nada.

- No es contigo con quien quiero hablar –casi quedo boquiabierta ante su respuesta tan grosera- Si me permites un momento a solas…

- No es necesario –interrumpo enojándome yo también\, nada le da derecho a llegar y creerse el dueño del mundo- Lo que tengas que decir\, puedes hacerlo.

- Mejor voy por un café –dice Theo abandonándome\, traidor.

- Mejor.

Dejo de lado mi medialuna mordisqueada y me cruzo de brazos cuando Jared cierra la puerta. Él solo me observa fijamente por lo que parece una eternidad.

- Me llamaste anoche.

- Si bueno\, estabas ocupado.

- Debes saber que…

- No me interesan tus explicaciones\, Jared\, si solo vienes a excusarte déjame decirte que no es necesario –retrocede un paso como si hubiera recibido un golpe en el pecho.

- Ya veo que ni siquiera vas a escucharme.

- No necesito escucharte repetir cosas que no son ciertas\, deberías estar feliz\, por fin eres libre de hacer tu vida con Lilianne\, no sientas culpa\, no ahora que tienes lo que deseaste todo el tiempo que estuvimos juntos.

- ¿Esto es lo que quieres realmente\, Irina? –pregunta señalándonos- Si realmente deseas tu libertad\, yo seré el imbécil más grande del mundo\, pero no el que te mantenga atada.

- Es momento de que ambos aceptemos que este matrimonio fue un error\, lo que comienza mal\, termina mal\, Jared.

La forma en que me mira desgarra mi alma, quiero echarme a llorar cuando él se deja caer en el asiento frente a mí y toma mis manos entre las suyas, estoy a punto de lanzarme a sus brazos y olvidarme de todo, estoy a punto de gritarle que va a ser papa y que deje de ser un idiota.

- Para mí\, nuestro matrimonio nunca ha sido una equivocación\, sé que cometí muchos errores\, más de los que quizás podrás perdonarme\, no haberme dado cuenta de lo mucho que te amo\, fue el más grande de todos –veo sus ojos llorosos y su voz se quiebra un poco- Pero si tu decisión está tomada\, voy a respetarla\, voy a firmar el divorcio\, pero quiero dejarte claro que Lilianne no hace parte de mi vida\, ni creo que lo haga nunca\, ayer fue una confusión\, los documentos de divorcio\, fueron una confusión aún más grande y la única mujer con la que quiero compartir mi vida\, eres tú.

- Jared…

- No he podido dormir en nuestra cama desde que te fuiste\, no soporto que no estés en casa cada vez que llego\, no me he sentado a la mesa a comer solo para no ver tu lugar vacío\, me he convertido en un hombre sin motivos para sonreír.

- Vas a estar mejor… con el tiempo.

- No lo creo\, porque te trajiste mi alma hasta aquí y las esperanzas que guardaba por recuperarla\, las estoy dejando ir justo ahora\, solo quiero que sepas que si te amé\, te amo y que posiblemente voy a pasar el resto de mi vida amándote desde lejos.

Estoy llorando, él está llorando, me rindo, estoy a punto de decirle todo cuando su celular comienza a sonar, interrumpiéndonos, él mira el número y es Lilianne, así que cuelga y coloca el móvil sobre el escritorio, de inmediato entra una llamada de Joseph y contesta luego de fruncir el ceño.

- Bueno –su rostro cambia drásticamente con lo que sea que Joseph le dice y se pone de pie de inmediato.

Cuelga el móvil y está alterado, lo tranquilizo un poco y le pregunto qué ocurre, pero solo balbucea algunas palabras que no logro entender, logra calmarse un poco y quedo fría al escucharlo esta vez más detenidamente.

Su madre, su madre está en el hospital, tuvo un accidente.

Llamo a Theo, quien llega rápidamente.

- Por favor\, hay que llevar a Jared al aeropuerto\, ayúdame que no tengo auto.

- Claro\, vamos –dice sin siquiera hacer preguntas\, Jared está muy quieto y le esperan nueve horas de viaje sin poder estar con su madre.

Llegamos al aeropuerto y nos encontramos con Joseph y Lilianne, Jared ni siquiera se molesta en buscar nada más, se va justo con lo que lleva en este momento.

- Irina –me sujeta la barbilla y me da esa mirada tan cruda- o que dije es cierto\, respeto tu decisión.

- Jared\, solo concéntrate en esto\, lo demás puede esperar.

- Adiós\, Irina Wells y gracias por ser tú.

Me da un suave beso en la frente antes de marcharse y nuevamente quedo con el corazón espichado.