Patricia Silva una abogada intachable, decide llevar un caso que le puede traer problema en su vida, ¿qué pasará con esta abogada? les invito a leer la historia.
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Capitulo 14
Quería llorar, quería reír, su mirada se perdió en un instante. Nunca había pensado en ser madre.
— Paty, tranquila, no estás sola. Todo vas a estar bien.
— ¿Qué voy a hacer?—las lágrimas empezaron a salir.
— Escúchame, no tienes nada que pensar, ese bebé es tuyo, no importa la forma en que fue concebido. ¿Oh estás pensando abortar?
— No, eso jamás, voy a tener a mi hijo.
———
Víctor ya no podía seguir esperando a que fueran por él, había pasado mucho tiempo. Decidió irse a su casa. Al llegar a la residencia, se encontró con su madre en la sala de estar.
— Mamá, ¿ha venido alguien a buscarme? —preguntó intranquilo.
—¿Dónde estabas? — preguntó su mamá.
—Estaba haciendo unos negocios. — mintió esquivando la mirada.
— Carla me tiene alta, no soporto a esa mujer tan insignificante. — dijo la señora.
— Mamá, es mi esposa.
— ¿Qué le viste a esa mujer? Tú te mereces una mujer con carácter, con voz propia, con elegancia.
— Conocí a esa mujer, mamá. Nunca la tuve, pero la perdí. ¿Y sabes qué? La amo como nunca voy a amar a nadie, la amo a pesar de saber que no la voy a tener nunca.— se confesó con tristeza.
— Hijo, nunca te había escuchado hablar de esa manera. Estás sufriendo por esa mujer, ¿quién es ella, la conozco?
— Si las cosas salen como ella quiere, hoy, oh, quizás mañana, todos sabrán quién es. Voy a mi habitación.
—
Patricia, después de llorar y pensar en su situación, llegó a una conclusión. Víctor no se podía enterar de su embarazo, así que ideó un plan.
—Gloria, sé que me puedes ayudar, lo único que necesito es una ecografía falsa.
— No entiendo para qué, de toda manera no creo que Víctor te vuelva a buscar.
— No quiero correr riesgo con ese hombre, está obsesionado conmigo, sé que me vas a buscar, tengo que evitar que sepas que este bebé es de él.
— ¿Qué es lo que quieres exactamente?
— Una ecografía en donde se muestre un aborto inducido.
— Está bien, cuenta con eso, hablaré con un amigo para que me ayude.
— Gracias, sabía que podía contar contigo.
— ¿Lo vas a denunciar?
Patricia no pudo responder a esa pregunta, miles de pensamientos pasaban por su mente.
— Amiga, hablamos después, muchas gracias. Recuerdas no contarle a nadie, por el momento.— se despidieron.
Ella regresó a su casa, se encerró en su habitación a llorar, todavía no podía creer que iba a hacer madre, que un bebé de Víctor crecía en su vientre. Un bebé concebido en una de esas noches en las que él la amenazó para tener sexo. — ¿Qué pasaría si te enteras de que vamos a tener un hijo, Víctor Torres? —se dijo a ella misma mientras tocaba su vientre.
Había tomado una decisión, él jamás se iba a enterar de la verdad, iba a hacer lo imposible para que Víctor no la buscara, ese era su objetivo. Tenía que ir a ver a sus padres, pero se sentía tan afligida que decidió no salir.
——
Víctor se encontraba en la terraza de su hogar, mirando a los lejos, pensativo. Carla se acercó a él.
— Eres increíble, llegaste y en vez de ir a buscarme vienes aquí a tomar whisky.— expresó molesta.
— No quiero escuchar reproches, ahora no.
— Maldita sea, soy tu esposa, lo mínimo que merezco es que me hables con la verdad.
— ¿Qué quieres escuchar?
— ¿Con quién estás durmiendo? Sé que te pasa algo, no eres él mismo, no me haces el amor, no me acaricia como antes, no me mira como antes. ¿Qué es lo que pasa?, oh mejor dicho, ¿quién es ella?
— Estás suponiendo cosas, simplemente estoy cansado, hablamos después, ¿sí?
Carla no era boba, sabía que su esposo se traía algo entre manos, y era una mujer. Le sorprendía su cambio tan repentino, cuando todo iba bien. ¿Qué pasó? No lo sabía, pero no era él mismo. Tenía que saber si otra ocupaba su lugar.
——
Era de noche. Víctor no soportaba las ganas de ver a la abogada, y fue a su casa; necesitaba saber cómo estaba. No podía estar sin esa mujer, si tan solo ella le diera la oportunidad de conquistarla, de demostrarle que la amaba.
Permaneció frente a su casa, pero no se atrevía a entrar. Le preguntó a uno de los empleados por ella, y no le quería dar información, pero él usó sus métodos obligándolo a hablar. Asustado el pobre señor, le dijo que estaba acostada porque, al parecer, se sentía indispuesta. Él decidió dejarla descansar.
Regresó a su residencia y Carla lo esperaba sentada en la sala, furiosa y con los ojos llorosos.
— ¿La fuiste a ver?
— ¿De qué hablas?
— De tu amante.
— No tengo ninguna amante, joder. — la dejó hablando sola.
Ella al principio no le preguntaba nada, ahora lo quería saber todo, pero ya no había solución, él se había enamorado de otra mujer.
——
Patricia meditaba meticulosamente su nueva etapa, iba a tener un bebé y no podía revelar el nombre del padre. Acarició su vientre, y sin más, Víctor llegó a su mente, y por un instante deseó que él estuviera a su lado. —¿Por qué tengo estos pensamientos tan extraños? Deja de pensar en él, Patricia Silva. — se cuestionó.
Siguiente día
La abogada tenía deseos de ver a sus padres, y fue temprano al bufete; también quería trabajar para mantener su mente ocupada. Los señores Silva bajaban de su auto, y ella los sorprendió en el estacionamiento.
— Mis amores, ¡cuánto los extrañé!— sonrió acercándose a ellos y dándole un abrazo.
— Mi niña, no te vuelvas a perder de esa manera, porque vivo preocupada. — expresó su mamá emocionada.
— No vuelve a pasar, se lo prometo. —Levantó su mano.
— Definitivamente, te necesitamos para estar bien. — dijo su padre y le acarició la mejilla.
— Y yo a ustedes. Ahora vamos, te tengo muchos trabajos pendientes.
— Pero cuéntanos cómo te fue, ¿Alfredo está de vuelta?—preguntó la señora.
— Hablamos más tarde, besos, los amo.
Después de unas horas, ella se hallaba en su oficina, sentada en su sillón, meditando intensamente. Tenía que decirle a sus padres de su embarazo, y no tenía idea de cómo ellos iban a reaccionar, porque iba a hacer madre soltera.