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La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

Status: Terminada
Genre:CEO / Maltrato Emocional / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Mujer despreciada / Casada con el millonario / Completas
Popularitas:2.2M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Angie de Suaza

"UNA MADRE DESESPERADA, UN SALVADOR AMENAZANTE

¿Qué límites cruzarías por salvar a tu hijo?

Adelaida, una madre desesperada, hará cualquier cosa para proteger a su hijo, incluso si significa sacrificar su orgullo.

Pero cuando Kento, un misterioso y poderoso hombre, se convierte en su única esperanza, Adelaida se encuentra atrapada en una red de rencor y pasión.

Kento, su redentor y verdugo, no sabe que Adelaida es la clave para desentrañar su propio pasado.

¿Podrá Adelaida salvar a su hijo y descubrir la verdad detrás del enigmático Kento?

Descubre esta historia de amor, venganza y redención."

NovelToon tiene autorización de Angie de Suaza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

ℂapítulo Ocho

Adelaida envía a Fina a descansar, ella se queda la noche cuidando a su niño.

—Hola, mi bebé hermoso, por fin despertó mi osito dormilón. ¿Cómo te sientes? —Adelaida se alegra al ver que su niño ya despertó.

—Mamita, ¿dónde estabas? Me puse muy triste cuándo desperté y no te vi. Pensé que me habías abandonado como mi papá. —Lo que dijo Francis le arrugó el corazón a Adelaida. Su bebé no merecía tener esa maldita enfermedad, no merecía sufrir tanto. Ella era la que debía estar enferma, no su bebé.

—¿Cómo se te ocurre, mi niño, pensar eso? Sabes que jamás te dejaría, eres mi vida entera. Solo que me tuve que ir a trabajar, pero ya estoy aquí para dormir contigo como siempre. —Le dio un beso en la frente y se acostó a su lado.

—Finita, me dijo eso. Mamita, yo te amo mucho. Nunca me dejes, por favor. —Su bebé se acurrucó a su lado, quedándose dormido.

—Nunca te dejaré, mi niño, nunca —le prometió también, quedándose dormida, sin saber que hay veces que es mejor no hacer promesas.

En la mañana llegó Fina a quedarse con él, pues Adelaida le pidió el favor. Se despide del amor de su vida y va a dejar su orgullo para salvarlo.

Se dirige a su casa para tomar un baño y se pone unos jeans. Como la mañana está fresca, se pone una chaqueta de cuero negro. Sabe que a esta hora, su jefe Kento Kimura se encuentra en su empresa, por lo que se dirige allí. Al llegar, la imponencia del edificio le recuerda a la propia imponencia de su dueño. Se siente pequeña y con lo que va a hacer, más pequeña se va a sentir, pero por su hijo lo hará. Prometió protegerlo con su vida y así lo hará.

Desde la recepción ve a los empleados de KenKi Digital, ir de un lado a otro trabajando sin cesar. Se reporta en recepción pidiendo ver al señor Kento Kimura. La recepcionista la mira nerviosa temiendo ser regañada al anunciar a una visitante sin cita.

Titubea antes de hacer la llamada, lo cual Adelaida lo nota y, sospechando lo que pasa, le sonríe a la chica, ve su nombre en su carnet y le habla:

—Ana, por favor, dígale al señor Kimura, que su prometida aceptó. Dígale así que él va a entender: —La vio dudosa de decir eso, por lo que la anima —. Anita, él está esperando mi respuesta. Si me voy sin dársela, va a ser peor para ti.

Anita se anima, y llama a su oficina. Luego de dos repiques el siempre malhumorado Kento contesta.

—¡Hable!

—Se, señor Kimura. Que su prometida está aquí y que aceptó —Lo dijo rápidamente y cerró los ojos para esperar la respuesta, como si cerrándolos evitara que le entrará por los oídos el grito que nunca llegó.

—Hágala subir a mi oficina —respondió y colgó.

Señorita, esta es su tarjeta de acceso. Suba por el ascensor hasta el piso 25, donde está su oficina y bienvenida a KenKi Digital.

Adelaida tomó la tarjeta y le agradeció a la pálida chica. Se dirigió al ascensor con la tarjeta, oprimió el piso 25. En ese momento también subió al ascensor un hombre de unos treinta años, el cual la saludó muy formal y casualmente también se dirigía al mismo piso.

—¿Tiene una cita con el señor Kimura? —Pregunta temeroso, y Adelaida se pregunta por qué en esta empresa nombrar al jefe los hace temblar.

—No tengo cita, pero aceptó verme —Es lo único que Adelaida le dice, y eso lo tranquiliza, pues él siendo su asistente debe de saber que citas tiene el jefe, de lo contrario debe considerarse hombre muerto y más aún que el investigador que contrato no aparece, ni contesta sus llamadas.

—Mucho gusto, Desiderio Garnier, asistente del señor Kimura —Desiderio se presentó y recibió de parte de Adelaida una hermosa sonrisa que lo hizo sonrojar.

—El gusto es mío, me presento, soy Adelaida DuPont —Adelaida ofreció su mano, y Desiderio, como todo un caballero, la tomó, y en ese preciso momento se abrió la puerta del ascensor en el piso de presidencia, donde un rabioso Kento los miraba con furia.

—¡Suéltala! Desiderio, jamás vuelvas a tocar a mi prometida —En dos zancadas se acercó a Adelaida, tomándola de la cintura para acercarla a su pecho y alejarla, de, según él, del aprovechado del Desiderio.

—Pe, perdón, je, jefe. No, no lo vol, volveré —De un grito lo cayó.

—Ya cállate, me estresa que tartamudee tanto. Mejor vaya a buscar hasta debajo de las piedras al inútil del investigador que se consiguió. De lo contrario, aténgase a las consecuencias. —Desiderio salió corriendo a su oficina sin mirar atrás, y Kento tomó a su prometida de la mano y entró con ella a la oficina.

—¿Entonces aceptas? —Adelaida asiente con la cabeza —Con todas las implicaciones que conlleva ser una prometida, tal como te explique?

—Sí, acepto. Lo hago por mi hijo y que se le haga el tratamiento que necesita. Es lo único que le pido: que sea trasladado al mejor hospital de París, que se le hagan los tratamientos que los especialistas pidan y que le hagan el o los trasplantes que necesite.

—Así será. Apenas firmes este documento, el niño será trasladado al Sant Joan de Deú, que es el mejor en manejo de enfermedades raras y trasplantes en niños. Tu hijo será tratado con los mejores sin importar el monto. —Adelaida se emocionó, a ese hospital siempre quiso llevar a Francis y François nunca aceptó, pues es un hospital muy famoso y concurrido, además estaba ubicado en París.

—¿Y qué documentos son? —Adelaida cayó en cuenta de que debía firmar algo, sería como una especie de contrato y debía verificar de qué se trataba.

—Es un contrato, en él se especifica lo que tu hijo recibirá si lo firmas. Cada punto del contrato deja claro el tratamiento que se le va a hacer a Francis DuPont y, a cambio, tu Adelaida DuPont serás mi prometida por un año. Luego de ese tiempo se da por terminado el contrato, pero si el niño sigue requiriendo por su enfermedad más tratamiento, este se seguirá cubriendo sin límite. —Era un trato excelente, después de un año su hijo seguirá protegido.

Adelaida leyó también qué debía hacerse al firmar el contrato, había un contacto de un consultorio ginecológico para hacerse unos exámenes de rutina y hacerse poner un dispositivo de anticoncepción. Recordó entonces que cuando tuvo a Francis y el temor de tener otro hijo enfermo, se hizo hacer el pomeroy. Eso lo hablaría con la ginecóloga. Pero para nada la preparo al leer la cláusula donde se indica la terminación del contrato… En caso de muerte del menor Francis DuPont.

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Paola VG
Hermosa historia autora!! Muchas gracias por esta bonita novela pase muchas emociones, enojo, tristeza, desesperación, alegría en fin, nuevamente mil gracias!!
Paola VG
Mejor Vegeta y Bulma... jajajaja
Maria Del Pilar Palafox Redon
felicidades simplemente fascinante me encantó qde atrapada entre las historias y los poemas
Graciela Pinto Caetano
Genial total hermosa novela !!!
Paola VG
Este tipo y está cayendo en su propia trampa y va a llorar lágrimas de sangre. De verdad me gustaría que Adelaida no se quede con el
Tere Bru
muy interesante desde el primer capítulo!! felicitaciones!!
flaca
así muy frío requeté frío.... jajaja
Dorkis Huerta
Buenas noches, muy bonita.
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋: Gracias 😉
total 1 replies
Cristina Cáceres
Exelente!!
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
La presentación de Francis me hizo llorar y derretir el corazón, gracias por tan bello trabajo y por recalcar el poema de Mario Benedetti.. Hagamos un trato, me encanta /Kiss//Kiss//Rose//Heart/
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
Esta historia me tiene bien encarretada y más con los fragmentos de los poemas más espectaculares que he leído y que tuve la dicha de tener en mis manos y disfrutar de ellos completos, gracias por regalarme algunos de nuevo /Frown//Smile//Drool//Drool//Drool/
Astrid Yorlady Gallego Ramirez: Por cierto Angie yo también soy de Colombia, soy de Medellín /Heart/
total 1 replies
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
/Scream//Scream//Scream/Que cruel eres Kento, pero es buena la forma de hacer que crezca Desiderio como hombre sentimental porque responsable ya se pasa
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
Es genial esta historia
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
A Kento le salio bien el consejo porque el aprendió con creces la lección /Facepalm//Facepalm//Facepalm/ pero es muy lindo siendo romántico con Adelita
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
Salió verraquita la chica y tiene muy claro lo que quiere con su bebé, necesitan tiempo para conocerse bien ambos
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
/Facepalm//Facepalm//Facepalm/ Me equivoque no iban a formar pareja, ya lo habían hecho y Kento quedo como carnudo y de encima castigado brutalmente
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
Yurico se enamoró de Desiderio jajajaja apenas es que ellos formen una buena pareja, lástima que Kento se quede sin su mano derecha
Jorge Choque
nooo que pena 😞 😢 😥 😔
Astrid Yorlady Gallego Ramirez
/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/Me siento tan triste y feliz al mismo tiempo por ambos, aunque se nota que Kento pago el precio de los latigazos por no perder su estrella
Jorge Choque
que cruel este hijo de perra
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