Me enamoré de John a primera vista pero me obligaron a casarme con su hermano Damon
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Capítulo 14
Rose
Cuando llegamos al hotel mi pesadilla fue completa, sabía que debía dormir con él. No creí que pudiera ser más incómodo todo esto pero si y no sólo porque sea hermano de quién me gusta sino por la estúpida ropa que empacaron para mí.
Mi madre fue quien planeó todo esto, lo sé. La ropa interior que hay en la maleta es muy reveladora y transparente, tal como no usar nada, no había pijamas, solo varios camisones que mostraban hasta el lunar más minúsculo de mi espalda. Aquí el significado de por que debía llegar pura al matrimonio. Él mensaje era claro, debía entregarme a el como parte del trato.
Yo no recibí nada de todo esto, salí de una vida de infierno y soledad con innumerables reglas y estructuras para vivir en otro.
Necesitaba dormir y si no tenía más ropa que esa usaría unos jeans y una blusa así fuera incómodo, al menos estaría segura. Ropa difícil de quitar, al menos podría atrasar el momento un poco.
El demonio me vió y no hizo ningún comentario al respecto. Si quiere sexo que pague una prostituta y si desea quitarle la virginidad a alguien siempre puede recurrir a esas subastas dónde ellas mismas se ofrecen al mejor postor. Si su familia pagó por una esposa dudo que no pueda pagar él mismo una acompañante.
Caí profundamente dormida, al despertar solo me puse unas zapatillas, me peiné y salí aprovechando que el diablo a quien debo llamar esposo no se encontraba. Sólo tomé mi bolso, el dinero y las llaves de la habitación. Fui a una tienda que estaba cerca a comprar cosas interesantes.
Compré ropa interior cómoda para uso diario, nada de encaje ni transparencias ni esas cosas. Ropa de dormir unos pijamas de manga larga aunque aquí sea verano. No moriré de calor porque así no tendré que taparme ni con la sábana lo cual me garantiza más protección.
Hasta elegí un pijama enterizo que no usaría nadie porque es ridículo, lo mejor. Así al verme no pensará con lo que tiene entre las piernas. Si quería guerra, conmigo la tendrá. No le pienso poner todo fácil y en bandeja, al que quiera celeste que le cueste.
Llegué a la habitación donde un demonio furioso me estaba esperando. Entré y cerré la puerta, dejé mis bolsas en la cama y me dispuse a ordenarlas pero me interrumpió
-¿Dónde demonios estabas?
-*Buscando un amante, ¿No ves?
-¡¿QUÉ*!?- gritó furioso
-Eres un imbécil, ves que traigo muchas bolsas con R-O-P-A, a ver genio ¿Que crees que estaba haciendo? ¿No es obvio acaso?
-¿No podrías avisarme?
-No porque no estabas y no debo rendirte cuentas a ti. Si salgo o no es mi problema
-Soy tu esposo
-No eres mi padre para tener que pedirte permiso para comprarme ropa. Si querías alguien que te siguiera a todas partes debías comprar un perro, no una esposa
-¿Por qué compraste ropa?
-Porque no tenía
-¿Que hay en la maleta que trajiste?
-Ropa que no pienso usar así que fui a comprar lo que necesitaba
Él solo fue y abrió mi maleta y comenzó a mirar prenda por prenda todo lo que mi madre compró. Me veía y seguía observando todo. Le gustaban todas esas cosas y se lamía los labios el muy asqueroso seguro fantaseando con que me ponga todo eso para él, que siga soñando
-*Si ya acabaste de observar puedes tirar todo eso
-No tirare nada, apuesto que te quedaría todo muy lindo, ¿Por qué no me muestras?
-Porque no me gustas y jamás me pondría algo así para ti, si tanto te gustan éstas cosas te las regalo, puedes usarlas tu
-No intentes agotar mi paciencia
-Y tu no te metas donde no te corresponde, ocúpate de tus asuntos y déjame en paz*
Salió furioso de la habitación, maldito idiota. Una mucama entró a la habitación para traerme un batido que pedí y le regalé toda la ropa. Era costosa, mejor que alguien le de uso o la venda y no acabe en la basura.
Guarde todas mis nuevas prendas y me puse mí querido y ridículo pijama enterizo. Muero por verle la cara a ese idiota. Las horas pasaron y el no regresó, pedí la cena y pude disfrutar la comida en soledad. Cuando me acosté a dormir lo hice sin siquiera destapar la cama de mí lado. Me dormí casi instantáneamente disfrutando mí paz y tranquilidad.