De la novela "Los hijos que me dio la vida", de la cual surgieron tantas historias con cada uno de sus personajes más relevantes, llega ahora la historia de Emma e Isabella: dos hermosas niñas que fueron la cereza del pastel y la cura para un par de almas rotas. Dos personas que fueron víctimas de la vida y de las circunstancias, pero que, juntos, sanaron y dieron vida a sus dos princesas.
Ahora, esas pequeñas han crecido. Las gemelas maravilla tienen 27 años y han vivido una vida cargada de locuras, ingenio, travesuras y momentos llenos de risa. Comparadas con sus hermanos —en especial con Duván, el más revoltoso—, ellas siempre llevaron todo al extremo. Nunca hubo tranquilidad en ese hogar, pero heredaron el corazón noble de sus padres. Aunque son mujeres alocadas, poseen muchas virtudes y una lealtad inquebrantable.
A sus vidas llegarán dos personas que les robarán la razón y harán palpitar sus alocados corazones. Acompáñenme en esta nueva aventura.
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CAPITULO DOCE
¿y ahora que hago?, no quiero mojarme _ dije.
- pues no lo hagas, esperemos a que dejé de llover, eres hija del dueño del lugar, nadie te va a correr _ dijo.
- pues no es mala idea, pero hay un problema _
- ¿cuál es?_ indagó.
- que tengo mucha hambre _ el comenzó a reír _ no te burles, es en serio _ hice un puchero.
- ven conmigo _ me tomó de la mano y me llevó a la cocina del gimnasio _ ven, siéntate aquí _ me hizo acomodarme en una de las sillas.
- ¿qué vas a hacer?_ pregunté.
- voy a cocinar _ comenzó a revisar los cajones y sacó varios ingredientes.
Pico verduras, había pollo, lo guiso y armó unas shawarmas como él le llamó a su plato, me dijo que era una comida muy popular en Venezuela, el olor era exquisito, cuando terminó, sirvió en dos platos y se sentó a comer conmigo, lo acompañamos con un vaso de agua, sostuve en mis manos lo que preparó Federico, le di la primera mordida, la verdad estaba exquisito, me lo comí con mucho agrado.
- ¡wow!, esto está delicioso _ le dije.
- que bueno que te gustó, trate de hacerlo lo más nutritivo posible _ comentó mientras comía del suyo.
- Pues la tortilla es integral, lo demás es muy saludable y lo cocinaste de forma correcta _ lo elogié.
- gracias por el cumplido, y de hecho, confieso que hice trampa, es algo que cocino regularmente, a mí hijo le encantan_ me sorprendió su revelación.
- ¿tienes un hijo? O sea que tienes esposa_ tuve que preguntar, inmediatamente me sentí mal por haber tenido pensamientos pecaminosos hacia el.
-¡No, no! Solo tengo un hijo, no estoy casado, nunca lo he estado, siempre hemos sido mi hijo y yo, la mamá de Bastián me lo dió en cuanto nació, ella no quería ser madre, intento realizarse un aborto, pero le pedí que no lo hiciera, yo quería a mi hijo, así que hice un trato con ella, y simplemente acepto, así que mi hijo es solo mio_ contó brevemente.
- Wow, quien lo iba a pensar, te percibes como una persona solitaria, jamás pensé que tendrías un hijo, y menos que fueras un hombre con tan lindos sentimientos _ fui sincera.
- No sé si ofenderme o sentirme halagado, la verdad _ ambos nos reímos.
- Lo siento, no quise sonar grosera, es solo que eso percibí, y una cosa es lo que a mi me parezca y otra que sea, pero de verdad, te felicito, estás enfrentando una crianza tu solo, y más por qué eres hombre, normalmente cuando esto sucede, es la madre quien se queda con sus hijos_ expliqué.
- Así es, pero en este caso no fue así, y no me arrepiento de la decisión que tomé, mi hijo es lo mejor que me pudo pasar_ escucharlo hablar así, me hizo sonreír, me recuerda a la historia de mamá y papá, y aunque es muy diferente, el amor por sus hijos es lo que me hace pensar en ellos.
- Gracias por compartir conmigo tu historia, es realmente sorprendente, espero algún día conocer a tu hijo _ le dije y el asintió.
- Si, eso es seguro, una vez por semana lo traigo al gimnasio, tu padre me deja traerlo los días que no tiene escuela_ me contó.
- Oh, que bueno, entonces no será difícil verlo_ dije
- así es, lo único, es que mi hijo no tolera que ninguna chica se me acerque, siempre hemos sido los dos, así que quizás no sea tan amable, le he intentado corregir eso, pero ha sido complicado, así que te pido disculpas adelantadas por si llega a hacer algún comentario desagradable _ me dijo.
- No te preocupes, crecí rodeada de hombres, solo somos mi hermana y yo y eso que somos gemelas, tengo tres hermanos mayores y hemos tenido nuestros momentos de tensión_ le conté.
- Vaya, el señor Fernando no perdió el tiempo con la señora Alejandra _ comentó.
- Así es, ellos supieron aprovechar cada segundo, aunque no es así como piensas que tuvieron toda esa cantidad de hijos, solo somos mi hermana y yo las hijas biológicas, mis hermanos son "Los hijos que le dio la vida" así les dice mi madre, y aunque no llevamos la misma sangre, para mí es como si así fuera, los amo más que a nadie en este mundo, son los mejores hermanos que pude tener y se que ellos nos aman y darían todo por nosotras _ se me aguaron los ojos, cada vez que hablo de mi familia, en especial de la historia que hay detrás, un nudo se forma en mi garganta y me hace sentir el corazón cálido.
- Biológicos o no, son tus hermanos, a veces la familia no necesita llevar tu misma sangre, si el amor es genuino. Sin conocer al resto de tu familia, puedo saber que ustedes se complementan, cuando conocí al señor Fernando, me pareció un hombre rudo, fuerte, pero amable, comprensible y además empático, es de conocimiento que ser inmigrante es difícil, pero es aún más cuando das con personas que te humillan y te explotan, cuando llegué con mi hijo a Miami, tuve varios trabajos, pero finalmente me encontré con tu papá, él me ofreció este empleo, me paga todo lo de ley, respeta mis horarios y mis días de descanso, estoy muy agradecido con él, gracias a el he podido establecerme, por eso puedo decir, que ustedes son una familia en todo el sentido de la palabra _ yo asentí.
- Así es, y me siento muy orgullosa de cada uno de ellos _ nos quedamos un rato en silencio, solo mirando a los ojos el uno del otro.
No nos habíamos percatado que había dejado de llover, hasta que mi celular sonó, lo saqué de mi bolsillo, era mi padre, contesté, enseguida me preguntó por mi ubicación, le comenté lo que había sucedido a excepción de la charla que tuve con Federico, él quedó de pasar a recogerme ya que sería difícil conseguir transporte a esta hora, colgamos la llamada y de nuevo, solo eramos el y yo.
- mi padre vendrá por mi_ le comenté.
- perfecto, puedo estar tranquilo de que estarás bien_ me dijo.
- Si quieres lo esperas y te acercamos a tu casa_ le ofrecí.
- No te preocupes, el señor Fernando me alquila la casa de tu abuela, y ya sabes que está solo a unos 10 minutos de aquí a pie_
- Definitivamente desconozco muchas cosas que suceden en la vida de mis padres, pero que bueno que vivas cerca, así podrás llegar más rápido con tu hijo, aunque hoy la lluvia no te permitiera hacerlo, pero deberías irte ya, no quiero que tú hijo se preocupe _ le dije.
- no te voy a dejar sola acá, yo espero a que llegue el señor Fernando por ti, mí hijo estará bien, en estos momentos está con la niñera _ me comentó.
- ¿y no has pasado por esa situación donde él jefe se involucra con su empleada?_ quise bromear un poco, el soltó una sonora carcajada.
- que graciosa eres, pues si te refieres a que voy a tener una relación con una señora de casi 70 años, pues entonces déjame decirte que no, no me gustan mayores, me gustan más así ... como tú _ mi risa se cortó de inmediato _ que pasó, ¿ya no es gracioso?_ se burló de mi.
- pues vas a hacer que mi corazón lata con fuerza _ no dejé que me intimidara.