Kael Walton no fue criado, fue forjado, desde niño conoció más el frío del abandono que el calor de una familia. A los quince años quedó huérfano, y su refugio fueron las calles, los trabajos mal pagados, y los silencios largos que solo entienden los que han sobrevivido más de lo que han vivido.
El ejército le dio estructura, disciplina, y una nueva identidad: soldado, protector, fantasma. A los 25 años, pensó que había encontrado la única guerra que valía la pena luchar: el amor. Pero la felicidad duró poco. Su esposa fue asesinada por un mafioso al que todos temían, excepto Kael. Desde entonces, el amor quedó enterrado junto a ella.
Años después, en medio de una misión de venganza donde logran su cometido, cuando al fin reina la paz para el solo era el inicio de un caos y encanto, llamado Nadia Drake.
Podrá Nidia Alojarse en el corazón de Kael?
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CAPITULO 12.
...LA VISITA DE LUCA...
Kael y Nadia se miraron fijamente, cortando el beso que los hizo sentir esa corriente en todo su ser.
—Bueno, eso fue muy… hermoso. — dijo Nadia con sus mejillas sonrojadas.
Kael bajó la mano, sin dejar de mirarla.
Él no respondió, sus ojos decían demasiado y muy poco al mismo tiempo.
Nadia lo entendía y le daría su espacio.
La noche tenía ese aire frío y claro que hace que las luces de la ciudad se vean más brillantes, pasaban pocos autos, algunos bares seguían abiertos.
Pero para ellos, el mundo se sentía más silencioso que nunca, caminaron hacia el auto de Kael sin hablar.
Él abrió la puerta del copiloto y ella se subió sin decir nada, durante el camino, la tensión flotaba como un tercero invisible en el auto.
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo ella, finalmente.
—Claro.
—¿Qué pasó con ella? Tu esposa.
Kael no respondió de inmediato, se notaba que la pregunta le tocaba fibras aún sensibles.
—Se llamaba Elena — dijo al fin —. Tenía veintisiete años, esperábamos nuestro primer hijo, bueno era niña. Yo pensaba que por fin… que por fin iba a tener algo bueno, ¿sabes?
Ella lo miró de lado.
—¿Y qué pasó?
—Un tipo al que yo había enfrentado en una misión… un traficante con conexiones, el que todos llaman “El Español”, nos encontró, estábamos en casa, era de noche, no hubo tiempo de reaccionar.
Kael se detuvo frente al edificio de Nadia.
—Ella murió al instante yo sobreviví, no sé si eso fue castigo o suerte.
Silencio.
Nadia apoyó la mano en las de Kael, sin mirarlo.
—No puedes vivir toda tu vida como si estuvieras condenado a perder a todos los que amas.
—No quiero que me ames con locura, seamos no sé amigos — dijo él, mirando al frente —. No quiero que te arrepientas después o yo arriesgar tu vida.
Ella giró hacia él, con una mirada firme.
—Demasiado tarde, no sé cuándo ni cómo o creo que si sé… pero ya me pasó, estoy hasta los huesos enamorada de ti, me importa un pepino si me arriesgas, quiero estar a tu lado y si no dejas tu maldita estupidez me iré con Luca o con el primero que se me atraviese.
Kael se quedó en silencio, su respiración era pesada, sus manos apretaban el volante, pero no dijo nada.
—Buenas noches, Kael — dijo Nadia, bajando del coche.
Él no la detuvo.
Solo la observó mientras entraba en su edificio.
...****************...
Minutos después, solo en su departamento, Kael se sirvió un whisky, apagó todas las luces y se dejó caer en el sofá.
Su mente no dejaba de repetir esa escena donde ocurrió aquel beso donde su cuerpo todavía sentía la cercanía de ella, el calor de su mejilla, el perfume en su cuello.
Se inclinó hacia adelante, con los codos sobre las rodillas, mirando al suelo.
—¿Qué estás haciendo, idiota? —murmuró para sí mismo.
Pero no tenía respuesta.
Solo sabía que estaba demasiado cerca de algo que lo asustaba más que cualquier enemigo.
Y que esa chica de 21 años, con su risa, su fuerza, y su terquedad, estaba derribando, sin violencia, todas las paredes que él había levantado durante años.
Por otro lado, Nadia observaba desde su balcón, ese manto oscuro llamado noche que contaba una hermosa luna creciente.
— No sé por qué eres así Kael, bueno si lo sé, has pasado por tantas cosas y te admiro por eso.
Tal vez eso sucede, crees que lo que tengo hacia ti es un capricho o una admiración, pero si realmente te dieras la tarea de ver lo que hay en mi corazón te dieras cuenta de que va más allá de una atracción o un instinto de conquistarte.
Ese beso — tocándose sus labios — es el mejor beso que me han dado en mi vida.
Nadia tenía su monólogo, donde los únicos espectadores eran la noche, la luna y una que otra estrella.
Al siguiente día Nadia sintió que había dormido bien, claro la escena del beso se repetía de manera constante y eso le generaba calma, porque había esperanza, había un inicio, bueno eso es lo que ella pensaba.
El timbre de su departamento sonó, y al abrir la puerta se quedó sorprendida, era Luca.
— Buenos días, mi bella dama — dijo este muy sonriente.
— Luca, eh que haces aquí? — pregunto Nadia con una espinita atravesada, no le gustaba ya, esa cercanía con Luca.
— Desde el día en la galería te desapareciste, quería saber si estabas bien, por lo visto tu amigo Kael, que por cierto más bien parece un anciano, es una especie de acosador. — hablaba Luca mientras entraba y se sentaba en el sofá sin permiso de Nadia.
— Más respeto Luca, Kael es alguien importante para mí y si no es mucha molestia, te pido que te retires, tengo trabajo que hacer. — dijo Nadia frunciendo su ceño y cruzando sus brazos a la altura de su pecho.
— No te molestes preciosa, es que, creo que estoy celoso de ese amigo tuyo, no quiero que pienses mal de mí, pero me has gustado desde que te vi por primera vez.
— Bueno eso no te da el derecho de absolutamente nada que tenga que ver conmigo y mi entorno.
—De verdad preciosa discúlpame, solo vine a ver que estabas bien y que, si en algún momento aceptas salir conmigo, pero sin un Kael de por medio.
— No lo sé, estoy ocupada, tengo demasiados pendientes.
— Está bien, pero no creas que me rendiré, seguiré insistiendo, pequeña — dijo Luca dejándole un beso en la mejilla para salir del departamento.
— Imbécil, ya me estás cayendo mal — susurro Nadia.
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que decepción
así me gusta que no tengan tantos capitulos 💯