Llega la segunda parte de Incondicionalmente. Está vez narraremos la historia de Ava, hija de Sam y James Sus hermanos Aiden, Ethan y Evan son parte importante de esta historia en donde el amor, las intrigas y los malos entendidos se harán presentes.
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Capítulo 13
Es la segunda noche qué Ryan no puede dormir, dos días han pasado desde aquella noche en que hizo suya a Ava.
Hoy no piensa descansar hasta encontrarla, necesita verla, besarla, sentirla. Mucho se ha resistido a este sentimiento que está naciendo en él y no piensa seguir haciéndolo. ¡Está enamorado!
Bruce no lo admite, pero también quiere volver a ver a Cloe. No sabe si su amigo está enamorado, pero es claro que esa chica le gusta y mucho.
Ryan ha desayunado y comido en diferentes restaurantes con la única finalidad de encontrarse con ella y está mañana el destino le sonríe.
A la distancia la reconoce, están a punto de entrar a uno de los restaurantes. Apura el paso para alcanzarla.
- ¡Ava!- la llama y ella voltea al escuchar su nombre.
- Ryan, hola- finge tranquilidad, pero su corazón late fuerte.
- No te vi en días pasados.
- Las chicas y yo salimos a hacer un tour.
- ¿Puedo acompañarlas a desayunar?
- No queremos hacer mal tercio- interviene Christy- ve con él Ava, nos vemos más tarde.
Las chicas se van y ellos entran al restaurante, eligen una mesa y se dirigen al área del Bufete. El silencio persiste hasta que Ryan decide tomar la iniciativa.
- ¿Por qué escapaste aquella mañana?
- No escapé, debía llegar a mi habitación antes de que mis amigas se preocuparan por mí.
- ¿Entonces no estás huyendo de mí?
- Para nada, estoy aquí desayunando contigo.
- Me gustaría que además de desayunar conmigo pasemos el día juntos, ¿qué dices?
El corazón de Ava late desbocado. Le gustaría obedecer a su raciocinio qué le dice que se niegue, pero no puede y acepta.
- Me gusta la idea.
- Perfecto.
Desayunan hablando de trivialidades, cada tanto se ríe por las ocurrencias de Ryan, debe de admitir que además de guapo tiene un excelente sentido del humor.
Al salir del restaurante la toma de la mano y así caminan hasta llegar a la orilla de la playa. Ella se detiene a admirar el paisaje y él aprovecha el momento para besarla.
Es un beso su sublime, lleno de anhelo. Ambos estaban deseando esto con todas sus fuerzas.
- ¡Me encantas, Ava! Jamás sentí esto por ninguna mujer- confiesa susurrando estas palabras en su oído.
- No puedo describir lo que me haces sentir, solo sé que es algo que llevo esperando toda mi vida.
- Quiero descubrir a tu lado este sentimiento que es completamente nuevo para mí.
- Deseo lo mismo.
Ahora es ella quien lo besa con delicadeza. Se separan y Ava se acerca al agua para comenzar a jugar con ella salpicando a Ryan.
Él se une al juego y ambos acaban empapados, buscan un par de camastros, ambos se deshacen de la ropa mojada y quedan en traje de baño.
La mirada de Ryan al ver el bikini rojo qué usa Ava muestra el deseo que siente por ella. Antes de que reaccione, ella corre y se lanza al mar. Él la sigue y juntos nadan durante varios minutos.
Ryan la atrapa y se funden en un beso desesperado. Las manos del él viajan por su cuerpo, la lleva lentamente hacia la orilla. Las palabras sobran, toman la ropa que dejaron antes y se encaminan a la habitación de él.
No pueden quitarse las manos de encima, se acarician y se besan cada vez que pueden. No les importa ser observados, en este momento solo existen ellos y ese sentimiento que está naciendo.
Aprovechando la privacidad qué les brinda el ascensor dan rienda suelta a la pasión que los invade. Los besos y las caricias son cada vez más atrevidas.
En un movimiento ágil, Ryan gira el cuerpo de Ava para quedar detrás de ella. Besa y muerde su cuello, sus manos acarician sus senos, Ava no puede contener la necesidad de frotarse contra su cuerpo.
Una vez en la habitación, la poca ropa que los cubría desaparece. No hay nada más importante que sofocar el fuego qué los consume.
En esta ocasión, Ryan se coloca un preservativo antes de invadir el cuerpo ansioso de Ava. Sin dejar de besarse se mueven acompasados hasta alcanzar la cúspide.
Él rodea su cuerpo con ambos brazos, besa su frente y su rostro en repetidas ocasiones.
- ¿Qué estás haciendo conmigo, preciosa? Te pienso a cada minuto, estos días te busqué hasta el cansancio. Dime, ¿estás sintiendo lo mismo?
- Sí, tampoco le encuentro explicación. Soy consciente de que no nos conocemos, ni siquiera sé tu apellido y no me importa.
- Eso tiene solución, mi nombre es Ryan...
- Shhh- coloca su dedo índice sobre los labios masculinos- no digas más y bésame.
No necesita pedirlo dos veces, los labios entreabiertos de Ava se le antojan irresistibles. Su lengua invade la boca femenina lo que causa qué ella se estremezca de pies a cabeza.
Ava se siente invadida por una pasión que nunca antes imagino que podía sentir. Se coloca encima de él dispuesta a saciar el deseo que crece en su vientre.
La tarde transcurre con ellos enredados entre las sábanas haciendo el amor. Ambos son insaciables. Durante tres días consecutivos se vuelven inseparables, sus amigos se han dado por vencidos y deciden dejarlos en paz.
Hablan de todo y nada, disfrutan del sol, el mar y el idílico lugar. La habitación de Ryan se ha convertido en su nidito de amor.
Ambos son conscientes de que las vacaciones están por terminar y deberán volver a la vida real, más se niegan a tocar el tema. Prefieren vivir en esa fantasía el mayor tiempo posible.
Cloe, por su parte, se siente decepcionada de Bruce. El día que Ryan y Ava se reencontraron, ella vio a Bruce en una situación bastante comprometedora con una morena de infarto y decidió no volver a cruzar palabra con él.
Bruce se convenció de que era lo mejor, él no quiere una relación formal y decide seguir divirtiéndose lo que resta de las vacaciones.
Un par de días antes de partir Ryan busca a Bruce, necesita de su ayuda.
- ¿Para qué soy bueno, amigo?
- Necesito ir a una joyería.
- Hey, detente. No estarás pensando en...
- Sí, quiero comprar un anillo para Ava. Quizá no de compromiso, pero sí de promesa.
- ¡Estás loco! No sabes nada de ella, te estás dejando llevar por la calentura.
- No te pido que me entiendas, porque ni yo lo hago. Solo que me apoyes.
- Me niego a apoyarte en esta locura.
- Te juro que esto va más allá de la pasión. Jamás sentí por ninguna mujer lo que siento por ella.
- De verdad has perdido la cabeza, pero como soy un buen amigo, te apoyo. Vamos a buscar ese anillo.
Suben al auto qué alquilaron desde el primer día y Ryan conduce a toda velocidad.
Ava, Christy y Cloe aprovechan para ponerse al día. Nunca vieron a su amiga tan emocionada con alguien y quieren saber todos los detalles de lo que ha sucedido entre ellos los últimos días.
- De plano, te olvidaste de nosotras, Ava.
- Lo siento, chicas.
- Dudo que tengas el más mínimo remordimiento- asegura Christy.
- ¡Estoy enamorada!
- Si no nos dices, ni nos enteramos- bromea Cloe.
- ¿Has visto a Bruce?
- No, Christy tenía razón. Es un mujeriego, hace unos días estaba bastante acaramelado con una mujer.
- Lo siento, Cloe. Sé que de verdad te gustaba.
- Bueno, ¿dónde está tu galán?
- Me dijo que debía ir a hacer algunas compras.
- Pues debemos aprovechar que te dejó libre.
- Vamos al centro- propone Cloe- hace días vi un vestido hermoso y quiero comprarlo.
Toman un taxi qué las lleve al centro de la isla, de pronto el vehículo se detiene, hay una larga fila de autos delante de ellos.
Después de esperar pacientemente por varios minutos, el chófer decide bajar del auto y preguntar a un oficial qué está más adelante. Al volver les informa a sus pasajeras lo que sucede.
- Lamento decirles que deberemos volver al hotel, hubo un accidente, al parecer es grave y tardarán por los menos dos horas en despejar la vía.
- Ojalá que los involucrados estén bien- responde Ava.
El resto del día lo pasan en la piscina. Al caer la tarde, Ava comienza a preocuparse por Ryan. No ha sabido nada de él desde esa mañana.