Luciana Alame Alcalá, Como era de esperarse después de conocer a sus padres, es una mujer fuerte, hermosa, inteligente, decidida, valiente y claro también obstinada. Ha trabajado muy duro por lo que quiere, saliendo victoriosa, pero ahora se enfrentará a un gran reto, por primera vez en la vida sentirá que no tiene el control, ¿cómo responderá a esto?, ¿Qué papel juega un importante hombre en todo esto?
Te invito a que lo averigüemos.
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Desacuerdo
- ¿Ya lo escuchaste? – Pregunta Laurent con burla hacia su líder y amigo.
- Puedes ser más específica, no soy adivino. – Responde Franco que está revisando los horarios y turnos asignados.
- La señorita Alame tiene una cita hoy. – Comenta de forma divertida, pues en los últimos días ha sentido que Franco le da demasiada importancia a esa mujer, siempre ha sido muy comprometido con su trabajo, ella mejor que nadie lo sabe, y aun cuando entiende que Luciana es alguien muy importante, le parece que Franco está demasiado interesado en ella, más que solo en su bienestar.
- Lo sé, olvidas que soy el jefe de seguridad, debo estar enterado de esas cosas, para prepararme con anticipación. – Responde Franco indiferente.
- Pues parece que ya tiene a alguien que se preocupe por ella y su seguridad. – Plantea Laurent, quiere que a Franco le quede muy claro el lugar que él ocupa en la vida de Luciana.
- Eso a mí no me interesa, aunque así sea, yo soy el responsable de su seguridad, por lo tanto, ese hecho no cambia nada para mí, Laurent deja de hacerte ideas, que aun cuando fueran ciertas es algo que no te concierne, eres mi amiga, te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero mi vida privada nadie tiene derecho a cuestionarla, ¿bien? – Declara Franco, quiere mucho a Laurent, pero debe ponerle limites, aun cuando es su amiga no quiere malos entendidos
- Solo lo estoy comentando contigo, no es necesario que me trates así, más que tu amiga parece que me ves como una enemiga. – Expone Laurent indignada para salir de allí, no entiende como es que después de tantos años Franco no la ve con otros ojos, pero no se piensa rendir.
Un rato después la seguridad se desplego, pero Luciana tenía algunas solicitudes al respecto.
- Señorita Alame, ya se hicieron los arreglos según lo planeado, la seguridad estará cerca, pero sin ser vistos, con el fin de no llamar la atención. – Responde Franco respetuosamente, pues está a nada de querer explotar con las sugerencias de su cliente que no hacen más que sacarlo de casillas, pero se controla, por lo menos lo que más puede. Pero Luciana puede escuchar un tono de molestia y frustración en el pobre hombre, sin embargo, no se rinde.
- Franco, haces un excelente trabajo, de verdad lo agradezco. Pero es muy exagerado desplegar así la seguridad solo para ir a un restaurante, con dos personas es suficiente – Explica Luciana con calma, quien la viera siendo mediadora, además que sí, ya lo trata informalmente, esperando que él también lo haga, poco a poco Franco se ha ganado su confianza, desde el incidente ha visto lo duro que ha trabajado para protegerla, además mientras estuvo lastimado su pie, el discretamente siempre estaba cerca para ayudarla en todo y pendiente de que no le faltara nada en la despensa, detalles de los que Luciana se percató. Por eso espera que esta vez ceda, no quiere llamar demasiado la atención, además tampoco quiere mostrar que pasa algo, es raro que alguien salga con tanta seguridad.
- Ese es mi trabajo señorita. – Responde Franco intentando calmarse, para al final terminar cediendo, solo con la condición de que él sea uno de los de seguridad que la acompañara.
- Perfecto, no hay problema, ves que si se puede. – Sonríe triunfadora, para ir por su bolso e irse a la oficina a arreglar unos asuntos antes de salir al restaurante donde quedo de verse con Sergio, no permitió que el la recogiera, le pareció demasiado y el sin más opción tuvo que aceptar sus demandas.
- Llegamos señorita. – Informa Elías quien iba conduciendo una vez llegaron al restaurante, Franco había decidido que irían Elías y el.
- Gracias, los veo más tarde. – Se despide Luciana bajando del auto con su imponente belleza. Dejando a más de uno impresionado sin importar cuanto la hayan visto, uno de ellos es Elías
- La jefa es de verdad muy hermosa. – Menciona Elías haciendo que Franco lo mire mal. – Solo decía jefe.
- Pues ya no digas nada y aparca el coche. Debemos estar atentos, tengo un mal presentimiento, así que concéntrate – Finaliza Franco con cara de muy pocos amigos.
Luciana estaba a punto de ingresar al restaurante cuando se vio interrumpida por lo que mentalmente deseo que fuera una alucinación, pero la vida no es perfecta.
- Oh por Dios, pero si es Luciana Prada, ¿Qué haces aquí querida?, no me digas que trabajas en este restaurante. – Se escucha la chillona voz de Alicia Herrera, alguien muy conocida para Luciana y ya nada mas de oírla se acaba de arruinar su día.
Franco al ver el acercamiento se tensó, pero cuando vio que Luciana respondió tranquila, se relajó un poco, pero decidió acercarse más a ella, pero sin ser visto, no sabe porque, pero siente que algo está muy mal y no se equivoca, pero de eso se dará cuenta más tarde.