LA HIJA DEL JARDINERO

Cómo disfruto esta profesión que escogí. Implica mucho trabajo arduo, que comienza desde los inicios de la carrera, después la especialidad y finalmente la práctica profesional. Cuando me pongo mi bata blanca y me llaman "dra Sabrina" o "dra Miller", siento que el esfuerzo ha valido la pena.

Incluso, los mismos médicos nos presentamos entre colegas como: soy la dra Sabrina, mucho gusto. Qué satisfacción! Me siento realizada. No solo por el título que me honra, sino porque mi deseo genuino es ayudar a mis pacientes. Verlos sanos y felices. Sentir su reconocimiento y amistad genuina.

Más de cinco años ya en París. Terminé mi año de servicio social. Solo me quedan dos años para finalizar mi carrera de cirujano plástico. La especialización será larga y exigente, pero los resultados serán muy gratificantes.

En el mundo de la medicina, ser cirujano es una de las profesiones más respetadas y admiradas. El camino es difícil pero sé que la recompensa al final es inmensa y yo estoy dispuesta a seguir haciendo sacrificios y seguir dedicando años para convertirme en un gran cirujano.

Con paciencia, perseverancia y dedicación, el camino hacia la cirugía está abierto para mí porque siento el coraje y la pasión para seguir adelante. Ya falta menos, cada día estoy más cerca de los objetivos que me propuse desde niña. Me juré a mí misma superarme a base de estudio y ser respetada por mis logros. Y estoy a un paso de conseguirlo.

Poder presentarme frente a mi padre y decirle : "Padre lo logré. Acá está mi título. Soy cirujano plástico. Los esfuerzos, los sacrificios han quedado atrás. La hija del jardinero ahora es la dra Sabrina Miller. Gracias padre".

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Mi querido Kevin y Annie se casaron. Fue una celebración maravillosa, de ensueño. Mi Kevin estaba superfeliz y super enamorado. Todos estábamos allí, a excepción de David. La mansión allá en Londres quedó vacía pues todos quisieron acompañar a su pequeño en ese día tan especial. La excusa de David fue una viaje inesperado a New York.

El Dr Peter a pesar de su pena también se veía muy feliz. Su Kevin, la oveja negra, había dado un paso muy importante y de la mano de una excelente y hermosa mujer, la dra Annie. La familia de Annie, también médicos, no se cambiaban por nadie. Habían encontrado un tesoro de hombre.

Estoy muy feliz por ellos pues sin proponérmelo uní dos jóvenes talentosos, estudiosos, llenitos de amor y con muchas ganas de luchar juntos por un prometedor futuro.

Cuando me enteré que los nuevos esposos habían decidido irse a vivir a Suiza a servir en una clínica de la familia de Annie, investigué todo acerca de esa clínica, enterándome que carecía de cierto material y equipo médico para su mejor funcionamiento.

Hablé con los accionistas y di el dinero necesario para que adquirieran todo lo que se requería, con la única condición de que el accionista mayor fuera mi Kevin. El tendría el 90% de la totalidad del centro médico. Todo pasaría bajo su autorización y aprobación.

Este fue mi regalo de bodas. Mi Kevin no lo podía creer. Tuve que contarle de OCEAN GROUP y cómo desde los 17 años poseo una respetable fortuna. Le supliqué que mantuviera mi secreto bien guardado y que diera lo mejor de él para que el centro médico fuera el mejor de Suiza.

Me decía el Dr Peter que él nunca se imaginó que Kevin terminara su carrera y se casara con una excelente y bellísima doctora. El siempre lo vio como la oveja negra de la familia, pues no era un muchacho muy familiar.

Todas sus esperanzas de un futuro mejor, las tenía en David. Un muchacho sereno, centrado en los intereses familiares. Respetuoso, amoroso y con los pies sobre la tierra. Pero que hoy por hoy David y Susan eran su mayor decepción.

El Dr Peter, "mi padre", lloró cuando me relató que la clínica va a pique. Tienen demandas por mala praxis, los empleados roban continuamente instrumentos quirúrgicos costosos. No hay nadie que imponga orden. David ha entrado en una especie de "no me interesa".

El Dr Peter culpa abiertamente a David porque siempre depositó su confianza en él. Decidió no volver más por la clínica porque muere de vergüenza y de dolor al ver que el legado de sus abuelos y padres está por derrumbarse.

Dice no tener las fuerzas para levantar algo que está destinado a fracasar. Se siente viejo, sin ilusiones y sin ganas de volver a empezar. Si a David no le interesa lo que es suyo pues ese será su problema. Cuando la clínica caiga, él no quiere ver. Desea morir pronto para no continuar con este fracaso.

Me dijo que siente como si David tampoco quiere luchar por la vida, lo ve desmotivado y con ganas de acabar todo. Es como si una pena lo afligiera y no lo puede superar. Solo lo ve animado cuando va a New York a encontrarse con Alice.

Le pregunté al Dr Peter si él sabía que Alice estuvo esperando un hijo de David, pero me dijo que no sabía absolutamente nada de eso. Ni entendía por qué no se había casado con ella si tanto la ama y llevan años juntos.

Le conté que David me odia y no quiere ni escuchar mi nombre. Pero que yo jamás le había hecho algo que ameritara ese odio. El Dr me dijo que de eso se había dado cuenta porque un día él le había querido hablar a David de mi y éste lo mandó a callar groseramente.

Tampoco lo entiende porque según me dijo, él creía que David desde muy niño había estado enamorado de mi. Nunca creyó que la relación entre David y Alice se formalizara porque nunca lo vio a él como un enamorado ciego y ella era solo la chica resbalosa que quería enamorar al tonto riquillo.

Quise ofrecerme para ayudar a recuperar la clínica, sabía que yo lo podía hacer, pero no quería por ahora involucrarme en un juego que en el pasado me hizo mucho daño. Relacionarme de nuevo con David sería detener mis sueños. Un volver a sufrir por su indiferencia, sufrir porque no era yo el amor de su vida, por el, contrario, ahora era el objeto de su odio.

Cómo sea, animé al Dr Peter recordándole que yo lo amaba como a un padre y que de ahora en adelante estaría más pendiente de él. El y mi padre continuarían bajo mi cuidado aunque yo no estuviera allí en la mansión de cuerpo presente. Aun si la clínica se desplomara, la mansión se mantendría en pie. No tendrían nada que temer.

Y así lo hice, días después de esta conversación hablé con el contador encargado de los asuntos domésticos de la mansión y le pedí mantenerme informada continuamente de los gastos generados. Pude ver que tenían pagos retrasados, mantenimiento necesario que no se había hecho, vacaciones no pagadas a algunos empleados.

El dinero para mantener la cesta básica de comida mensual de todos los habitantes de la casa estaba disminuyendo, así que le pedí al contador un presupuesto para saber el aproximado que a partir de ahora yo cubriría. No les faltaría nada, todo estará cubierto. Gasto que se genere yo lo pagaría.

Le exigí al contador máxima discreción, solo él y yo sabríamos de este arreglo. Todos creerian que la arruinada clínica aún daba para satisfacer plenamente las necesidades de la familia y del personal doméstico. Cumpliría mi promesa de cuidarlos porque a todos los amaba.

Aunque algunos de sus integrantes me habían humillado y despreciado en el pasado y en el presente, era más el amor y la deuda que sentía por la mayoría de ellos, pues gracias a lo vivido en aquella mansion se había forjado en mi un deseo inmenso de superación.

Ya dentro de pocos meses no seré más simplemente la hija del jardinero. Ahora seré : LA DOCTORA SABRINA MILLER. Y mis sueños y aspiraciones no terminan ahí, pues también soy UNA EMPRESARIA DE EXITO, dueña absoluta de la reconocida firma OCEAN GROUP.

Y si lo consigo y entreno más podría también participar en una obra musical en Broadway, New York. Entrar en espectáculos bailables de danza contemporánea y lo que más me está rondando por la cabeza en estos días, componer música y venderla a artistas reconocidos.

Tu indiferencia David me hizo fuerte. Poco a poco me he ido convirtiendo en una mujer empoderada. Y así como conseguí éxito en algunas cosas, también espero despertar algún día y sentirme completamente libre de este amor. Poder pasar por tu lado, FELIZ y enamorada del brazo de otro hombre que no ERES TÚ.