Esta Vez Quiero Que Seas Feliz

                                                         "Mentiras dichas por recuerdos olvidados"

Al momento de cerrar mis ojos vi una luz que me llevó directo al pasado, un pasado del cual estaba segura que lo sabía todo, gran error, no puedes saber nada hasta que lo vuelvas a afrontar...

Logan Harper estuve enamorada de él desde que lo conocí desde el día que se trasformó en mi héroe, desde niña soñé una vida a su lado, lástima que solo era la única. Logan nunca dijo nada, tal vez ese fue su error, tal vez mi error fue no darme cuenta y seguir enamorada de un chico que no me veía de la misma manera.

Con la llegada de Keiko todo empeoró, no sé cuantas veces me miraba en el espejo preguntándome si de verdad era hermosa a comparación de ella, sentí celos y envidia no lo niego porque después de todo ella era un brillo en los ojos de Logan.

Por más años que estuve a su lado no pude ganar a una chica a la cual solo conoció pocas semanas, ella me destrono de un lugar que no era mío.

Mientras más los veía más me dolía, no sé cuantas veces llore o cuantas veces deje de comer, por verme delgada porque sí, la japonesa era extremadamente delgada.

Un día el hermano de Keiko se lanzo encima de Logan a punto de golpes, mi primera impresión de aquel chico nunca fue buena, pero como siempre fui directo a ver como estaba Logan, vi con todo odio a Hiroshi quien se río con tristeza, sus ojos estaban apagados al verme por un momento a los ojos.

Me sentí identificada porque eran los mismos ojos que yo veía en el espejo cuando me acordaba de la feliz pareja.

Ese día lo pensé demasiado mientras curaba las heridas de Logan quien al aparecer Keiko ni las gracias me dio, la amistad que había entre nosotros con el tiempo había desaparecido y eso me lastimó más. No había cabida para mí ni para su amiga. Después de los rumores, y buscar un poco, descubrí la verdad detrás de esa pelea...

No lo soporto. Mis lágrimas esta vez no se detenían, no paraban como tampoco podía creer que Logan sabía de mis sentimientos, que él solo veía quien le favorecía. Me sentí estúpida y estaba ciega, mi mano fue a parar a la pared, una mano que no sintió dolor más que un líquido que salía de ahí...

— ¡Maldita sea Milai ¿Qué haces?!

Con esa voz única apareció Hiroshi delante mío, no le importó que su pañuelo quede ensuciado, él limpió la herida que tenía, sus ojos estaban preocupados por mi persona, no lo entendía. Hiroshi, capitán del equipo de Baloncesto, chico popular de una inteligencia comparada con un genio, él debía saber lo que hice con su hermana en ese momento no quise su lástima. Me alejo sin decir nada.

Mis únicas y un ultimátum a mis decisiones fueron que al estar a poco de quedar graduados deje en alto mis sentimientos por Logan, aunque él ya había elegido un día antes en el jardín, era claro que había elegido su corazón.

En ese jardín vi un final desgarrador, un final para la villana de una afortunada pareja. Decidida fui donde Logan, quise hacerle saber aunque sea lo último que haga.

No sólo bastó con que me dijera no, Logan me hizo en cara todas las cosas que le hice a Keiko, algunas no sabían de qué hablaba, pero para todos era una villana, ese día mi héroe había arrasado con la villana. Hiroshi ese día también se lanzó hacia Logan, y la fuerza de ambos no estaba a la par. Me quedé en shock mientras Keiko gritaba a su hermano que se detuviera.

Hiroshi me vio, se levantó para tomarme de la mano, y sacarme de ese lugar. En esos segundos me pareció el chico más lindo que había visto. Pero el tiempo fue corto, Hiroshi había vuelto a Japón, estaba a punto de graduarme y los susurros de mi persona fueron de mal en peor.

Un día un chico llamado Elian se acercó a mí, me habló de su mal de amores por Keiko, de hecho no dije nada, pero él insinuó que podía separarlos, estaba perdida para entonces así que solo asentí a sus comentarios absurdos que no los llegue a oír.

Al día siguiente Logan apareció delante mío afirmando que Keiko le había engañado con un tal Elian, no dije nada, aunque debía, mi amor por él fue egoísta así que lo único que hice fue dejar las cosas de esa manera sin saber la verdad.

Nos graduamos y el resto fue tal como me acordaba, nada bueno, además de que nos fuimos a vivir juntos pero no era nada para Logan. Hasta esa fatal noche.

Por Dios cómo olvide algo tan importante además de que ese día en el puente, al caer me sostuve de la barandilla, saltar no era nada sencillo... Una mano fría tomó mi mano, la lluvia de ese día estaba empeorando y lo peor fue que ese chico quien me sostenía me dedicó una sonrisa de victoria. Un rostro que vi antes.

— Milai Gensin esta vez no te escapas de mí — afirmó sin dudar.

Hiroshi solo puede decir su nombre, la fuerza no me quedaba y sostener su mano se me hizo complicado pero recuerdo claramente que ese día no salté sola.

Al despertarme de un suceso lleno de verdades me encontré con las palabras.

"Enamórate de mi Milai Gensin" como no hacerlo si en el pasado y ahora él está conmigo, por eso le respondí "cuanto más".

Las personas a veces olvidan sucesos realmente importantes, sucesos que por nada debían olvidar y solo recuerdan el final como el principio sin ver lo que hay en su desarrollo. Otra cosa también es que mi cerebro no es tan inteligente. Jajaj.

—¿Cómo te sientes mi duquesa? —preguntó todo preocupado después de haber estado en silencio por el beso que recibió de mi parte.

¿Cómo alguien podía ser tan dulce?

—Mmmm haber si me cantas una canción pude que me sienta mejor— lo mire fijamente haciendo que sus mejillas y orejas se pongan rojas.

Era tan fácil molestarlo, pero tengo que tener cuidado ya que él no es nada de lo que uno puede imaginarse al mirar ese rostro angelical...

Al recordar todo fue como haber salido de una jaula una que me mantenía con los ojos tapados, no culpo a Logan de hecho solo quiero que sea feliz... Aunque recordé todo, mi propósito no cambió. Deseo ver feliz a mi gran amigo.

—Claro que te cantare mi futura prometida —me levanto entre sus brazos— que te parece una de cuna para que duermas conmigo toda la noche.

Maldito tirano, sabes cómo hacer que las cosas cambien para su beneficio.

Al salir mis padres nos estaban esperando ya no era nada raro que aparezca en los brazos de Hiroshi o que se quede a comer en mi casa, era más normal de lo que imaginé. Mis padres me cuidaron los tres días que estuve suspendida, no fueron a sus respectivos trabajos, y la pasamos como en vacaciones.

Unas lindas vacaciones donde no podía faltar ir a la playa de Toronto. Claro no fuimos solos, vinieron mis amigos o mejor dicho Rebeca y como no podía faltar el tirano si era el invitado estrella por mis padres.

—Así que duquesa utilizarás un lindo biquini para mí —me susurró a los oídos cuando estábamos camino a la playa.

—¡Cállate! —di un chillido del cual mis padres se percataron.

No dudaron en preguntar la causa de ese chillido, pero no podía decirles que su invitado especial esperaba verme en biquini... La mirada picara y sospechosa de Rebeca hizo que me quedara roja, porque seamos honestos mis gustos no eran buenos.

Así que el biquini parecía más de una niña de primaria que otra cosa, y al bajar del auto la vista era espectacular y el clima estaba bastante bueno. El aire te daba sensación de tranquilidad, aparte de la linda melodía que producían las olas.

Mientras mis padres estaban preparando lo que se podía llamar un lugar para quedarse ahí con la puesta del sol junto con Hiroshi para que aproveche el momento, Rebeca mi aliada ya lo vio venir así que solo faltó que le mire con los ojos de cachorrito para que me acompañe a comprar un biquini. Si. Un biquini, yo compré un biquini solo por las palabras del tirano.

No había tiempo de negar nada, dejé atrás el pasado, y sí, mis sentimientos cambiaron a un no estaba segura pero sabía que algo pasaba conmigo de sólo estar al lado de Hiroshi. Lo más gracioso fue que la suspensión se convirtió en vacaciones.

De Rebeca lo suponía porque estábamos en la misma situación, no me lo esperaba de Hiroshi pero bueno él no se negó de hecho si no lo invitaba se auto invitaba.

A unas cuantas cuadras de la playa había una tienda hermosa con las paredes rosa y bastante maniquíes puestos con biquinis de diferentes modelos, no solo de mujer también de chico era una tienda unisex. No había tiempo que perder y me introduje en la tienda para buscar un biquini normal no tan sexi como tampoco tan anticuado.

—¡Mira esto! —sus ojos brillaron de picardía al mostrarme un biquini de dos piezas negro con encaje bastante sexi.

—No quiero matar de un infarto a mis padres— dije al mirar el biquini.

—Pero si quieres matar de locura a Hiroshi— dio una risa sospechosa que hizo que me ponga como el tomate.

Mientras buscaba vi a una chica de cabellera castaña que lucía muy linda en un traje de baño que no era tan demostrativo ni provocativo pero por su cuerpo lo hacía lucir de manera sexi y sensual. Me vi a mí y a ella y dije, no mi hija tú no debutas en ese territorio.

Pero seamos honestos tampoco era que tuviera cuerpo, pero me defendía no lo niego. Después de estar media hora buscando encontré uno que era de dos piezas pero muy sencillo, de color blanco. Al mostrarle a Rebeca me dio su aprobación.

Salí cambiada del lugar, con una tapadera delgada y claro, no podía faltar un sombrero playero del color de unas tejas.

—¡Al fin! —gritó mi padre al vernos. —Pero niñas ustedes donde se pierden.

Antes de responder miré a Hiroshi hablando con otras chicas, una de ellas era la chica que había visto antes. Hice un mohín para después ayudar a mi madre.

Si, no podía faltar el bloqueador antes de meterte a las olas, si no para que se iba a la playa... Observé disimuladamente al tirano quien no paraba de sonreír por esas chicas.

Rebeca no tardó en entrar a esas olas que estaban heladas pero a la vez reconfortantes, ella era como una niña, me gustaba seguirle el juego a cualquiera de sus tantas ocurrencias...

—Es bastante agradable —solté al poner un pie en el agua, dejando atrás la tapadera que estaba puesta.

—Sí, bastante agradable —el tirano me abrazó por detrás. —Te queda espectacular, lo elegiste para mí ¿Verdad? —su risa llena de picardía hizo que le diera un codazo en su estómago.

—¿Por qué mejor no vas con las chicas con quienes estabas hablando todo sonriente, no dudo que sus biquinis despampanantes te fascinaron verdad?—solté toda sarcástica pateando el agua como si de un balón se tratase.

—¡Celosa! —soltó todo emocionado, quise negar pero no me lo permitió.

Un beso hizo que me callara, uno que me perforó hasta el alma, bueno no fue tanto así, pero hay que meterle drama. Por unos segundos sus ojos me miraron fijamente acercando mi cintura a su cuerpo.

—No...me... muerdas —le advertí entre sus labios, como si de un perro estuviera hablando.

Ese comentario hizo que se detuviera el beso por carcajadas, a la cual continué con la risa como si nada. Lo peor es que había olvidado que no estábamos los dos solos, si estaban mis padres y Rebeca.

No faltó mucho para que mi padre active su lado asesino mirando a Hiroshi entre cejas y mi madre toda ilusionada. Al ver lo nervioso que estaba Hiroshi frente a mi padre no dudé en dar una pequeña risa, tomando sus manos en modo de que estuviera a su lado.

Ahora mismo solo quiero disfrutar mis días, olvidando el pasado, el presente y el futuro. Soy humana, me equivoque como todos alguna vez lo hicimos, por suerte tuve la oportunidad de volver y solo por esta vez quiero ser feliz sin dejar atrás mi propósito inicial.

Pero ahora no sólo quiero la felicidad de Logan, quiero la felicidad de todos y esto incluye a mi afortunado o desafortunado tirano que está apunto de pasar por la mirada desafiante de mi padre. Esto es una venganza por hablar con esas chicas, le dije con la mirada a la cuál me respondió con una, no se volverá a repetir.