"Fueron muchos años de maltratos y humillaciones, pero ya no más, hoy, voy a ser todo lo que yo quiera ser".
Viviana es una chica abandonada por su madre, y en quien su padre descarga todas sus frustraciones. Pero un ángel dará luz a su vida y le ayudará a cruzar las más densas tinieblas.
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Confianza
Vicente se sintió aliviado al escuchar las palabras de Adrián, sabía que su hermana estaría en buenas manos. Ahora solo quedaba asegurarse de que ella estuviera a salvo y cuidada, y así poder concentrarse en su misión de encontrar justicia para él y para su madre. Sobre todo necesitaba encontrar a su madre, si él estaba habitando en un cuerpo ajeno, lo más seguro es que en cualquier momento tendría que devolverlo, así que no podía perder el tiempo, tenía que asegurarse de que Viviana se quedara con su madre.
— Nana, tenemos que hablar.
Viviana se le quedó viendo, ella no podía creer que estuviera tan ciega para no darse cuenta de que esa persona a pesar de parecerse tanto a Vicente, realmente no se veía como el verdadero, aunque fuera él en realidad. Así que decidió escucharlo.
— Dime.
— Todo esto que ha pasado es una locura, te juro que no lo puedo comprender y entre más lo intento, más se me rompe la cabeza, así que he decidió aprovechar esta oportunidad que el universo me da, si sigo aquí es porque tengo una misión, y esa es encontrar a mamá, de manera que me voy a dedicar a eso, tengo que encontrarla y así poder llevarte con ella. Nana, si en algún momento tengo que irme y devolver este cuerpo, quiero hacerlo tranquilo sabiendo que estarás bien.
Viviana no pudo evitar que las lágrimas cayeran, estaba sufriendo por lo que Vicente había sufrido, hasta culpable se sentía de no haberse dado cuenta de lo que Rafael le hizo, a ella le hubiera gustado haber llegado a tiempo y haber desatado a su hermano, ella quería haberlo ayudado.
— No llores nana, yo entiendo que esto no es fácil, pero no es así como quiero verte, pensemos en que aún estamos aquí tú y yo, eso es lo que importa realmente.
— Es que tú dices que tienes que regresar el cuerpo a su dueño, yo no quiero que te vayas, yo no quiero perderte otra vez ¿qué voy a hacer sin ti?
A Vicente se le hizo un nudo en la garganta.
— Le he pedido al doctor Adrián que te cuide si algo llegara a pasarme, de hecho le pedí que te lleve de aquí a otro lugar, perdóname Vivi, pero es que con lo que sucedió yo siento que no es seguro para ti que te quedes cerca de mí, no puedo controlar esos episodios y no sé que pueda pasar, ahora soy tu hermano, pero si el dueño de este cuerpo regresara, él no te conoce y tengo el presentimiento de que podría hacerte daño.
Viviana miró con sorpresa a Vicente, ella había tenido esa sensación de estar en peligro esa noche, el tipo se veía aterrador. Entonces no protestó, en sí ya le generaba temor la situación, y ahora con el comentario de su hermano, más aún.
— Bueno, haré lo que tú dices, pero no quisiera que te quedes solo aquí, ¿quién te va a cuidar?
— Estaré bien, el señor Moshi se quedará conmigo.
Moshi era aquel hombre entendido en la materia, a quien Adrián había contratado para que se dedicara a cuidar de Vicente. Un rato después, ambos hermanos salieron de la habitación a la sala, encontrando allí a ambos doctores.
— Listo Adrián, ya hablé con la nana y ella aceptó ir contigo, por favor, te la encargo muchísimo.
Adrián asintió, y le pidió a Viviana que buscará sus cosas, que se irían en un rato, después decidió ir a la cocina y preparar la cena, Vicente lo siguió.
— Adrián, yo quiero preguntarle algo.
— Por supuesto, dime.
— He observado como miras a mi hermana, y quiero saber si por casualidad tienes algún interés en ella.
Adrián de repente se sintió al descubierto. Pero no iba a mentir.
— Vicente, escúchame. Todo lo que yo hago por ustedes lo hago de corazón, nada ha sido con intereses ocultos o manipulación, eso quiero que te quede bien claro. En cuanto a lo que me preguntas, si Vicente, siento algo por tu hermana, algo que jamás sentí por nadie antes, no te puedo decir que es amor, ya que jamás me enamoré y no conozco el sentimiento. Pero te juro por mi vida, que no se pasa por mi cabeza aprovecharme ni cruzar la línea, sabes que al igual que tú tengo una hermana a la que cuido y protejo, por la cual estoy dispuesto a dar la vida. Jamás haría nada a Viviana que no me gustaría que le hicieran a mi hermana. Tienes mi palabra de que jamás me atreveré a cruzar la línea con ella.
Adrián muy serio y firme se lo hizo saber, y a Vicente no le quedaron dudas, si había un tipo en la vida en el cual confiaría a su hermana, era el doctor Adrián.
— No me opongo a lo que usted siente por ella, es solo que aún es pequeña y usted ya es grande, déjela que madure y cuando tenga edad suficiente dígale lo que siente y conquístela, no quiero tener otro cuñado que no sea usted, pues no confío en ningún otro hombre para ella, usted ha demostrado ser una muy buena persona, lo que ella se merece es eso, un buen hombre.
Adrián sonrió feliz, resulta que Vicente lo aprobaba para cuñado, eso era muy bueno.
Mientras tanto Viviana llegó a la cocina y los vio sonriendo muy alegres, cosa que la sorprendió.
— ¿Qué pasa que están tan contentos? ¿Me perdí de algo?
Ambos la miraron con esas sonrisas amplias, y ella se sintió algo extraña, ¿Qué pasaba con esos dos? Su cabeza intentaba entender, pero su hermano se acercó y la abrazo, haciendo que olvide todo.
— Te amo nana, siempre ten presente que eres lo más importante para mí.
Los 4 tuvieron una cena muy amena y al final, Adrián se retiró llevando con él más valioso tesoro, tanto suyo como de Vicente.
— Vas a conocer a mi hermana, verás que se van a llevar muy bien.
Adrián le dijo aquellas palabras a Viviana, pero ella no estaba muy convencida de eso, había mirado en la televisión, como eran las chicas ricas, malcriadas y orgullosas, tenía claro que sí con algún cuento raro le salía, la iba a poner en su sitio, ella podría tener una vida muy dura, pero jamás dejaría que nadie se la monte.
Llegaron a aquella mansión, definitivamente era hermosa, Viviana estaba anonadada.
— ¿Esta es su casa? Parece un palacio de cuentos.
Ella lo dijo con total asombro.
— Efectivamente, este es un palacio donde habita una princesa, y ahora serán dos princesas en este palacio, lo que significa que yo soy un príncipe ¿verdad?
Él la miro fijamente y ella a él, ambos se miraron a los ojos con el corazón a mil.
— Si, usted es el príncipe más hermoso y más bueno que existe.
A Adrián el corazón casi se le saltó varios latidos al escuchar eso, y al verla así tan inocente y avergonzada por la situación, en ese instante quiso olvidar todo y besarla, ese impulso casi le gana, hasta que algo, o mejor alguien los interrumpió.
— Hola hermanito.
Una chica alta y guapa salió de aquel palacio y se lanzó a los brazos de Adrián, escena que Viviana observó con un poco de recelo.
— Pequeña Pili ¿cómo estáss?
Adrián fue muy amoroso con la chica en cuestión, y Viviana supo que era su hermana, es solo que...
— Estaba muy aburrida aquí sola, que bueno que ya llegaste.
— Te tengo noticias, ya no estarás tan sola, mira, te presento a Viviana, ella es la hermana de un buen amigo, que se va a quedar aquí con nosotros unos días, será mientras su hermano se recupera.
La chica había observado hace un momento la interacción entre su hermano y esa chiquilla, precisamente había intervenido para evitar cierta situación, ahora que tenía a Viviana de frente, entendía porqué su hermano estaba así entontecido con ella, era linda y tierna, pero Adrián era su hermano y no se lo dejaría quitar así tan fácil.
— Hola, bienvenida, le diré a martica que te lleve a uno de los cuartos para visitas, mi hermano y yo tenemos mucho de que hablar, acompáñame hermanito.
Adrián escuchó a su hermana hablarle así a Viviana y no se sintió cómodo.
— Voy yo mismo a instalar a Viviana, luego te busco y hablamos, Vivi ven por aquí por favor.
Él simplemente se fue a acomodar a Viviana, acción que dejó a su hermana muy sorprendida, pero a la vez molesta.