Prestando Mis Alas

Alana:

Tenía que empacar todo lo que eran mis pertenencias, en especial la ropa de Rimbo, tenía que ver quien la pudiera necesitar, no iba a dejar nada de mi hijo en este lugar, Javier me había ayudado en contratar a una mudanza pequeña, solo para mis cosas y la de mi hijo, la mayoría de los juguetes ya se los habían llevado, las cajas de ropa que tenía sobre el piso eran demasiadas, nunca me di cuenta de todo lo que mi hijo poseía, para él solo era tomar cualquier ropita y ponérsela, sus tenis y sus zapatitos todo ya estaba arriba, las cuatro maletas restantes eran de todo lo que pudo entrar, faltaban las ultimas cajas que los chicos iban entrando a la habitación llevándoselas.

Hombre: Serían estas cajas.

Alana: si, es todo.

El hombre indicó a los demás a que las fueran llevando al camión. Me acerqué en el espejo donde tenía varias de nuestras fotos dentro del marco, sonreí al irlas removiendo, cada uno de esos momentos tan hermosos los llevaba en mi mente, era una manera de revivir todo lo que habíamos hecho juntos. Sostuve una donde estábamos los tres, pasé mis dedos suavemente por el rostro de Román.

Alana: me enseñaste de la peor manera. No supiste valorar lo que tenías en casa, fuiste por lo más fácil, esta bien, lo acepto, pero nadie me quitará el ser madre. Hayas hecho lo que hiciste, no tenías derecho de jugar con mi dignidad ni mis sentimientos.

Partí la foto quitando el lado de Román, no se merecía tener un recuerdo junto a mi hijo, hasta que sepa la verdad, estaré tranquila. En mi mente solo estaba empezar a buscar empleo, necesitaba reunir el suficiente dinero para saber la verdad en cuanto a mi hijo Rimbo, mi especialidad podía esperar, quería darle prioridad a Rimbo, nadie podía decirme que no era su madre, lo llevé 9 meses en mi vientre, vi sus primeros pucheritos, sus primeros balbuceos, sus primeros pasos, sus caídas, cuando se enfermaba, era la que siempre estaba allí para cuidarlo, no importando si dormía o no, mi deber como madre era estar a su lado.

Terminé de tomar las fotos, estar aquí solo me hacía sufrir más, no me lo merecía. Las metí en una de sus cajas más preciadas, cuando jugaba como un pirata diciendo que tenía el tesoro más importante y siempre cuando me la enseñaba era una foto mía.

Alana: Ayy, hijo, por que me haces esto.

- Mamá…

Di la media vuelta creyendo escuchar su vocecita, mis lagrimas caían, me estaba volviendo loca, pero era mi estado emocional que me hacía pensar que podía tenerlo cerca de mí.

Javier: (susurrando) Alana.

Levanté la mirada asintiendo con la cabeza, sonreí con el dolor en mi corazón. Salí de la habitación sostuve la perilla mirando hacia adentro, esta habitación con tantos recuerdos, que tenía que dejarlos aquí. Cerré lentamente. Escuchando aplausos tan fuerte. Miramos hacia abajo viendo a Kiara entrando a la casa con unos hombres, entreabrí mis labios al ver que eran oficiales. Javier fue el primero en bajar, ella levantó su mano evitando que se acercara.

Kiara: Así hayas mandado a tu ramera a golpearme, solo hizo empeorar las cosas.

Javier: ¿De que hablas?

Kiara: ves estos golpes, la maldita zorra de Siara fue a verme y decirme que ahora le perteneces, he puesto la demanda del divorcio… pero ni creas que te lo voy a dar. Pagué muy bien para que en caso que quieras solicitar el tuyo te den largas, no serás un hombre libre.

Bajé llegando hasta donde se encontraban ellos, Javier, trataba de controlarse de no salir gritándole, ella me miró con una sonrisa, extendió su mano donde Javier se lo arrebató. Lo abrió sacando la hoja.

Alana: Siara nunca haría nada de lo que dices.

Kiara: Claro, es que ante tus ojos es la pobre estúpida que nunca hace nada.

Alana: Creí que esa eras tú.

Javier: Esto es una estupidez.

Sostuve el documento mientras Javier negaba con la cabeza sin apartar la mirada de su esposa, negué con la cabeza levantando la mirada hacia ella.

Alana: Necesito tiempo.

Kiara: Mañana mismo tienes que liquidarme cada uno de los gastos de la funeraria, es más… quiero disponer de mi casa en este preciso momento.

Javier: No te preocupes Alana, yo pago esos gastos.

Alana: Pero es mucho dinero.

Kiara: ¿No lo puede pagar? Traigo muchos oficiales en caso que te quieras oponer a saldar la cuenta.

Javier: DIJE QUE LO PAGO.

Mal miró a Javier adentrándose hacia la casa, miraba por todos lados, no estaba satisfecha en tener que venir y dar el gusto de echarme de mi propia casa.

Kiara: Mañana te llegarán más gastos que tienes que cubrir del tiempo que has vivido en este casa sin pertenecerte.

Javier: Kiara…

Sostuve del brazo a Javier, se le notaba que en cualquier momento podía perder el control, no iba a dejar que eso pasara y menos frente a estos oficiales.

Alana: ¿Cuánto sería esa cuenta?

Kiara: Tengo a mis abogados trabajando. Ahora bien, conozco cada objeto que está en esta casa, si cariño, aquí hacíamos el amor mientras no estabas.

Alana: No me he llevado nada que no me pertenezca.

Ella sonrió empezando a reír tan fuerte, negó con la cabeza, los oficiales solo la miraban en ese proceder que no tenía motivo ni razón de ser.

Kiara: USTEDES… BAJEN TODO LO QUE HAY EN ESE CAMION…

Alana: NO ESO SI QUE NO, SON COSAS DE MI HIJO, COSAS QUE NO TIENES DERECHO DE TOCAR.

Kiara: Se te olvida que todo lo que tú tenías ahora me pertenece.

Alana: SON DE MI HIJO… ME PERTENECEN.

Javier: Kiara… si en algún momento, llegaste a valorar la amistad de Alana, deja que se lleve las cosas de su hijo.

Kiara: BAJENLAS…

Los hombres esperaban una orden mía, pero los oficiales les hacían seña que tenían que bajarlas…

Alana: Kaira… son cosas de Rimbo mi hijo.

Kiara: Querida… tú no puedes tener hijos…. RIMBO NO ES TU HIJO. BAJENLAS.

Los hombres empezaron a bajarlas con tanto miedo y tristeza de ver como estaba actuando Kaira.

Javier: BASTAAAA… NADIE TOCARÁ LAS COSAS DEL CAMIÓN, SI QUIERES TORTURARME, MANETENERME AUN ATADO A TI, HAZLO… PERO NO VAS A SEGUIR ATORMENTANDO A ALANA…

Kiara: Muy… que sea ella quien me lo pida.

Miré hacia Javier, no era justo que él haya prometido quedarse atado con ella, negué con la cabeza.

Kiara: DE RODILLAS, ASÍ COMO ME PEDÍA ROMÁN QUE LE HICIERA SEXO ORAL… DE RODILLAAAAAASSSS, O PIERDES TODO DE RIMBO.

Javier: No harás nada… ERES DE LO PEOR… JAMÁS PENSÉ ESTAR CASADO CON UNA MUJER COMO TÚ.

Sonrió mirando a los oficiales que igual la estaban mal mirando. Caminó hacia la mesita de la entrada, mi bolso estaba sobre la mesa junto a mis llaves del auto, las tomó mirándome.

Javier: Kiara, por Dios, por que haces todo esto.

Kiara: Te lo dije, agradécele a tu zorra mal parida de Siara, ni te enteraste que fue a golpearme delante de nuestro hijo. Mi auto nuevo. Mmm, si, también en el hice el amor con román, adelante y atrás, y en todos los asientos… Estoy esperando.

Oficial: Señora, esto no es correcto, nos avisaron para acompañarla y ver que se cumpla la voluntad del señor Román, ya está entregando la casa. Las cosas del hijo de la señora se las puede llevar.

Kiara: Saquenla…

El oficial se acercó a mi pero Javier evitó que me tocara.

Javier: ella puede sola.

Asentí con la cabeza, agradecía a Dios por no hacer que dejara las cosas de mi hijo en manos de esta mujer, Javier me sostuvo del brazo pasando junto a ella, me detuve haciendo que él se detuviera igual, tomé mi bolso mirándola.

Alana: ¿Podrás conciliar el sueño? Ahora todo lo tienes a manos llenas, si descubro que tú y Román pusieron en mi vientre a mi hijo Rimbo sin mi consentimiento, haré hasta lo ultimo para acabar contigo, no físicamente, pero te haré pagar con creces todo lo que me estas haciendo. SI QUERIAS EL DINERO ME LO HUBIERAS DICHO, SI QUERIAS A MI ESPOSO, ME LO HUBIERAS DICHO, ME IBA ADOLER, PERO LO PODÍA SOPORTAR, PERO ME TRAICIONASTE, YO QUE METÍA LAS MANOS AL FUEGO POR TI, ME JUGARON SUCIO… quédate con todo, a ti te hace más falta, pero lo material, el dinero, no llenará nunca ese vacío en tu corazón. Me has dejado sin todo, pero se les olvidó a ti y a Román, que me echaron de casa desde muy joven por tener a Román, tuve que trabajar y pagar mis estudios de la universidad sola… POR QUE ROMÁN NO TENÍA EN QUE CAERSE MUERTO. Sé levantarme desde abajo, se levantarme desde la mierda que me has tirado, pero saldré invicta, no seré conocida como la otra… La amante, disfruta, que a todos nos llega el momento.

Caminé saliendo de la casa, ella se dio la media vuelta, riendo.

Kiara: ME DEBES MUCHO DINERO, NO CREO QUE JAVIER LO QUIERA PAGAR… TE HARÉ LLEGAR LA CUENTA…

Javier le hizo seña a los hombres que nos siguieran, abrió la puerta de su auto haciendo que entrara, cerró la puerta rodeando su auto.

Kiara: CLAROOO, VETE CON TU AMANTE.. TU SIGUES… TE VOY A DEJAR EN LA CALLE. NO TENDRÁS PARA VIVIR Y REGRESARÁS A MI LADO.

Subió al auto, negué con la cabeza, se veía muy mal Javier.

Alana: Javier, me preocupa Siara. No creo que haya hecho eso que dice Kiara.

Javier: ¿en verdad?

Mordí mi labio inferior viendo que empezaba avanzar con el auto, esperaba que lo que Kiara dijo sea una real mentira, Kiara ahora se sentía intocable y podía hacerle algo, necesitaba ponerme en contacto con ella cuanto antes.

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