Después de que su esposo le fue infiel con su mejor amiga, tuvieron un altercado. Todos la creían muerta, pero ella volvió con más fuerza dispuesta a vengarse de todos los que le hicieron daño.
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Desaparecida
Oye, amor, ¿no será bueno que la llevemos a un hospital?, dijo Toñita, agotando todos sus recursos para que viviera.
Pero el más próximo está a una hora de aquí. Se nos puede morir en el camino; dijo Braulio tratando de encontrar una solución.
Ellos eran esposos y vivían muy tranquilos en esa parte de la ciudad. Casi nunca sucedían cosas malas y esta vez estaban muy nerviosos por lo que estaba pasando.
¿Entonces, qué debemos hacer?
Mi amor, si ya se quedó varias horas, pues vamos a esperar a ver cómo reacciona, pero no podemos llevarla al hospital, porque se nos puede morir en el camino. Braulio estaba muy preocupado por esa mujer. ¿Quién será?, no parece ser cualquier mujer, se ve que es muy importante por la manera en que viste y por su porte.
Sí, ya me había fijado en eso pero no tengo ni la menor idea de quién pueda ser.
El amigo de Braulio que lo había ayudado a llevar a Sharon se presentó en esos momentos.
Hola, amigos, ¿y cómo sigue la mujer?
No ha despertado, dijo Braulio.
Pues, mira, traje a un doctor, por eso me tardé mucho tiempo en volver. Él es el doctor Villanueva.
Mucho gusto, doctor... pase, la mujer está por acá, sígame.
Con permiso, le dijo a Diego, el amigo de Braulio.
Pase, doctor.
Por favor, ¿quieren dejarme solo con la mujer para checarla?
Al quedar a solas con ella empezó a checarla.
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Media hora después, salió el doctor.
Las tres personas se acercaron a él, tenían el signo de interrogación en la cara.
Tiene un fuerte golpe en la cabeza, no se va a morir, pero... Tal vez le afecte en el cerebro y no los pueda reconocer.
Doctor, de hecho no nos va a reconocer, porque nosotros tampoco la conocemos a ella; Braulio continuó, la encontramos media muerta entre los matorrales.
Bueno, a lo que voy es que la señora tal vez pierda la memoria con este golpe terrible que tiene en la cabeza. Pero lejos de eso se pondrá bien.
El doctor les dio unos medicamentos, tenga dele esto cada 6 horas.
Como ellos lo miraban extrañados, el doctor agregó: siempre traigo medicamentos en mi portafolios, no sabemos cuándo se vayan a ocupar, ¿verdad?
Gracias, doctor.
Por lo pronto, déjenla que se recupere, no la muevan de ahí, cuando despierte denle comida suave, que no haga mucho esfuerzo hasta que logre restablecerse por completo.
Doctor, ¿y no la puede llevar al hospital?, Toñita le preguntó, un poco preocupada.
Por el momento no es conveniente moverla de aquí, podría ser fatal.
Bueno, me voy el camino es largo, vendré a verla en dos días a ver cómo sigue.
Gracias doctor, nuevamente.
Sobre sus honorarios... dijo Braulio.
No se preocupe por eso, en cuanto despierte la mujer, hablamos.
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¿Ya estás lista, Esther? ¿Ya te hicieron las maletas?
Sí, contestó ella, pero, ¿a dónde vamos?
No te preocupes, te va a gustar, te lo aseguro.
Rato después, Arap y Esthercita llegaban al aeropuerto.
Una hora después, el vuelo fue anunciado.
Ambos subieron al avión...
Las azafatas los atendieron de la mejor forma.
Esther pronto se quedó dormida.
Cuando despertó, ya habían llegado a su destino.
No sabía a dónde iba, solo que su padre la llevaba de la mano entre un mar de gente.
Subieron a un taxi de los que estaban esperando pasaje.
Papá, ¿a dónde me llevas?
No te preocupes, hija, pronto llegaremos.
Al llegar al internado, Esther abrió mucho los ojos...
¡¿Qué?!, ¿me vas a dejar en este lugar?
Es por tu bien, hijita, aprenderás varios idiomas, tendrás muchos amigos. Vas a estar bien, te lo prometo. Tendrás la mejor educación, serás toda una señorita.
¡Papá, no me quiero quedar aquí!
El conserje abrió la reja, ya los estaban esperando, Arap ya había hecho la cita.
El conserje los condujo por un pasillo muy bonito, llegaron a un salón muy bien acomodado. Todo estaba en orden, y había una limpieza impecable.
La directora los recibió muy amable.
Bienvenidos, tomen asiento, por favor.
Soy Arap, y ella es mi hija Esther.
Sí, usted habló con nosotros ayer, ¿verdad?
Bueno, como le dije antes, mi hija necesita una excelente educación, y yo no se la puedo dar porque el trabajo me quita mucho tiempo.
No se preocupe, Esther tendrá la mejor educación, aquí hay muchas niñas de su edad, claro, las maestras son un poco estrictas pero son muy buenas, cada una en su materia. Le aseguro que no se arrepentirá de dejarla aquí.
Gracias, Maestra.
Deyanira, la directora, dirigiéndose a la niña dijo:
Esther, una maestra vendrá por ti, despídete de tu papá.
¡No, papá!, yo no me quiero quedar aquí, por favor.
Es por tu bien, hija.
Alguien llamó a la puerta...
Adelante.
Era la maestra Azucena.
Maestra, esta es Esther, desde hoy será su alumna. Enséñele su habitación, por favor. La dejo en sus manos.
Vamos, Esther...
¡Papá, no me dejes aquí! ¡Papá!
Lo siento hija, estarás bien, te amo. Arap salió sin mirar atrás, la niña lloraba a llanto abierto. La maestra Azucena terminó por llevarse a la niña casi a rastras.
Arap no volteó atrás ni una sola vez, de sus ojos brotaban algunas lágrimas.
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Sharon despertó con un fuerte dolor en la cabeza. ¡Ay! ¡Cómo me duele!, dijo tocándose la cabeza con ambas manos.
Hola, por fin despiertas, dijo Toñita, que estaba con ella.
¿Qué me pasó?, ¿qué hago aquí?, ¿quién es usted?
Tranquila, son muchas preguntas.
Me llamo Antonia, alguien te atacó, mi esposo y su amigo te encontraron en medio de la maleza y te trajeron para acá, no te pudimos llevar al hospital porque era muy peligroso. Ahora dime, ¿cómo te llamas?, ¿a quién debo avisar?
¿Cómo dice?
Que cómo te llamas.
Sharon se quedó callada un rato...
¿Y?, la apremió Tonta.
Yo... no sé cómo me llamo. Me duele la cabeza. No sé quién soy...
No te preocupes, el doctor vendrá mañana temprano. Te quedarás aquí, por lo pronto, después, ya veremos cómo nos acomodamos.
Sharon ya no dijo nada.
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Erick estaba preocupado porque Sharon estaba desaparecida, pero no podía acudir a las autoridades, porque no quería darse a notar.
Había mandado a sus achichincles a peinar todos los lugares donde se supone que ella podría estar.
Llevaba varios días sin saber de ella, que hasta pensaba que estaría muerta.
Además, se enteró que Arap se había llevado a la niña y no sabía a dónde.
por compartir!