Cosecha De Pasiones

Todos estaban en el salón de la casona De Luca, cuando entro Emma hecha un mar de lágrimas. Todos se levantaron asustados por saber que le había pasado.

- Hija ¿Qué te ocurre? ¿Por qué lloras? - le pregunto Don Eduardo a Emma.

- Papá, ella, ella - dijo señalando a Sofía - ella es la culpable de todo.

-¿Yo? Pero ¿Qué te hice yo? - le pregunto Sofía.

- Tu, eres una vagabunda, tu me quitaste a Alonso.

- ¡Emma! - le gritó Don Eduardo - no insultes a tu hermana. ¿Qué te pasa?

- Papá ella me quiere quitar al amor de mi vida, me quiere quitar a Alonso.

- Emma, tranquila, y cuéntame que pasa.

- Que vengo de casa de Alonso y me dijo que Sofía se le está metiendo por los ojos.

- Emma, eso no es verdad. - le dijo Sofía.

- Primero que hacías en casa de Alonso - pregunto Don Eduardo.

- Él me invitó a almorzar papá.

- Eso no puede ser verdad - le dijo Sofía

- Claro que sí, y allí me contó que tú te quieres meter entre nosotros.

- Un momento, tú me dijiste que te ibas de compras, es decir, me mentiste - le dijo Don Eduardo.

- Eso no importa, lo que importa es que ella me lo quiere quitar.

- Disculpen que me meta, pero las cosas no son así - dijo Beatriz - Don Eduardo créame.

- Todos ustedes están en mi contra. - dice Emma para luego salir corriendo a su habitación.

Sofía y Beatriz le cuentan todo lo que está ocurriendo con Emma a Don Eduardo, este pone cara de preocupación.

Al terminar la conversación, Don Eduardo junto con Sofía y Beatriz fueron a casa de Alonso.

- Buenas tardes - los recibió la señora María. - ¿En qué puedo ayudarles?

- Buenas tardes, quisiera hablar con el señor Alonso.

- Claro que sí, pasen adelante.

Entraron y se sentaron a esperar que llegara Alonso.

- Buenas tardes, que agradable visita. - les dijo Alonso con una gran sonrisa.

- Lamentablemente, no venimos de visita. Vengo a hablar sobre mi hija Emma.

Alonso miró a todos con curiosidad.

- ¿Qué será lo que tenemos que hablar sobre Emma?

Se sientan y comienzan a contarle lo que acababa de suceder. Alonso los escuchaba con atención.

Cuando Don Eduardo termino, Alonso les relato lo que de verdad ocurrió.

- Para empezar, yo jamás la invité a mi casa y menos para almorzar. Eso se lo pueden preguntar a cualquiera de mis empleados. Además, tengo cámaras de seguridad por todos lados. En segundo lugar - dijo y miró a Sofía - lo siento Sofía, pero ya no puedo ocultar esto.

Alonso miro al papá de Sofía y le dijo.

- Don Eduardo, yo a la mujer que amo, es a Sofía, ella y yo somos novios, ella no había querido hacerlo público hasta no arreglar las cosas con Emma, y así no lastimarla. Pero esto ya se está pasando de cualquier límite. Por favor, le pido que acepte nuestra relación.

- ¿Eso es verdad Sofía? - le pregunto Don Eduardo a Sofía.

- Si papá - dijo y se levantó de donde estaba sentada y se paró al lado de Alonso - Alonso y yo somos novios.

Don Eduardo respiro profundo para luego dirigirse a Alonso.

- Entonces, dime ¿Cuáles son tus intenciones? Porque mis hijas son lo más valioso que tengo.

- Mis intenciones son sinceras, yo amo a Sofía, y todo lo que tengo lo pongo a sus pies. Yo sé que es muy pronto. Pero yo quiero casarme con Sofía.

Todos en la sala se sorprendieron con la confesión de Alonso.

- Si Sofía me acepta la propuesta de matrimonio, trabajaré el triple para que dentro de un año, este viñedo sea uno de los mejores y tener más que ofrecerle.

Los ojos de Sofía brillaban, estaba muy emocionada.

- ¿Qué dices? ¿Te casas conmigo? - le pregunto Alonso.

- ¡Si, claro que sí! - le dijo Sofía mientras lo abrazaba y los dos sellaron la propuesta con un beso.

Beatriz miró con desdén a Leonardo y susurro" Al menos aún existen hombres que saben lo que quieren y luchan por eso"

Leonardo escucho lo que dijo, pero antes de que pudiera decirle algo a Beatriz ella fue a felicitar a los novios.

- Bien, entonces no tengo más nada que hacer, es un compromiso Alonso, dentro de un año...

- Así es Don Eduardo, dentro de un año nos casamos.

Alonso pidió una botella de su mejor vino y brindaron. Luego se retiraron a su casa Don Eduardo con las 2 jóvenes.

En el camino Sofía se dio cuenta de que su padre estaba muy silencioso y pensativo.

- Papá, ¿Estás bien?

El volteo y miro a Sofía con una mirada de ternura.

- Si hija, no te preocupes, son cosas de viejos. Mi hija hermosa de novia y pronto se va a casar y la otra, no sé que voy a hacer con Emma.

- No te preocupes papá, lo resolveremos.

Al llegar Emma ya se había acostado. Estaba dormida.

Ya habían pasado un par de días y Emma no salía de su habitación. Decía que se sentía mal.

Sofía y Beatriz ya estaban preocupadas y fueron a ver a Emma en su habitación. Al entrar ella se encontraba acostada en su cama.

- Emma, ¿Cómo te sientes? - le pregunto Beatriz

- Me siento algo indispuesta Bet

- Voy a traer a un médico para que te revise - dice Sofía - ya tienes muchos días en cama.

- No es necesario - dijo Emma con un tono frío.

Sofía salió y fue a llamar al médico de la familia para que fuera a revisar a Emma. Esperaron un par de horas y llegó el doctor. Beatriz lo llevo a la habitación de Emma. Y los dejo para que la revisara.

- Al salir, les dijo que tenía aún poco de fiebre, y que debía hacerse unos exámenes.

Les entrego la orden y se retiró. Pero antes les dijo que enviaría a una enfermera a qué tomara las muestras para hacerle los exámenes.

Sofía entró en la habitación de Emma, para saber cómo seguía.

- Hola, ¿Cómo te sientes?

Emma levantó la mirada y con voz seca le respondió.

- ¿Qué haces aquí?

- Vine a ver cómo sigues y a hablar contigo.

- Tú y yo no tenemos nada de que hablar.

- Pues si, tenemos algo de que hablar. Y lo vamos a hacer ahora mismo.

- No quiero escucharte Sofía.

- Pero ¿Qué te pasa? Emma, siempre nos hemos cuidado. Y nos hemos contado todo, siempre hemos sido muy unidas.

-¡¡¡Cállate!!! No te quiero escuchar.

- Desde que llegó Alonso, cambiaste. Te enamoraste de él y ese amor se convirtió en obsesión.

- Nos enamoramos

- Eso no es verdad Emma.

- Claro que sí, él me ha dicho lo mucho que me ama.

- Emma reacciona, eso no es verdad.

- Tú que sabes - le dice Emma levantándose de la cama.

Sofía se acerca a ella y la toma de las manos.

- Emma, por favor reacciona, te quiero y no me gusta verte así.

- No seas hipócrita, tú no me quieres, tú me tienes envidia y celos porque Alonso me ama a mí y no a ti.

- Dios mío Emma, por favor ya basta con todo eso.

- Lárgate de mi habitación, ¡lárgate! ¡Fuera¡

En eso llegó Don Eduardo.

- Hija vine a ver cómo sigues.

Emma se dio la vuelta y se volvió a acostar. Sofía salió de la habitación.

- Papá solo quiero dormir, me siento agotada.

- Está bien mi vida, te voy a dejar descansar - Dijo y salió de la habitación.