EL CUSTODIO DE MI CORAZÓN

Jamás en mi vida te voy a perdonar, me acabas de hacer pasar el papelón del año, me hiciste ver como un niño, cuando se darán cuenta tu y mis padres que ya soy un hombre - decía Jeysi sumamente enojado -

No me haga reir, acaso no te diste cuenta las verdaderas intensiones que tenía el pervertido ese, vamos Jeysi tan tonto no eres - dijo Daril -

¿Y que? No pudiste pensar que a lo mejor yo quería hacerlo con él, por favor Daril cuántos tienen la oportunidad de acostarse con su ídolo, dime - dijo Jeysi, en realidad no quería hacerlo, pero odiaba ser tratado como un niño y solo lo decía por molestar al custodio -

Si por mi fuera te encerraria en tu habitación, pondría barrotes en tu ventana así me facilitaría el trabajo de andar de niñera detrás de ti, sabía que eras un niño inmaduro, pero no me imagine que también fueras un idiota - dijo Daril muy pero muy enojado, no sabía porque esas palabras de Jeysi le habían afectado tanto haciéndole perder el control -

Cuando lleguemos a Ciudad La Luz haré que mis padres te despidan - dijo con lágrimas en los ojos - quiero irme al pent - house ahora.

Debemos esperar a tu abuelo - dijo Daril -

Dije ahora Daril, si ko vienes, me iré solo - dijo dándose la vuelta para salir del lugar, acto que fue detenido por el custodio quien lo sujeto fuerte del brazo -

Mira Jeysi tal vez me pase con lo que te dije, pero entiéndeme, haces más difícil mi trabajo si cada que tienes la oportunidad quieres escapar de mi, ese tipo es un pervertido, estoy seguro que te diste cuenta, solo te iba a usar y desechar, mi trabajo es cuidar de ti, en todo momento, no sólo de secuestradores, también de cualquiera que quiera lastimarte, no quiero que salgas herido, solo... Solo pon de tu parte - pidió Daril -

Ya podemos irnos Daril, ahí viene mi Totito - dijo Jeysi, notablemente afectado -

Mi niño ¿la pasaste bien? ¿Por qué esa carita? - preguntó el abuelo -

Fue mi culpa sr Garth, yo hice enojar al joven Jeysi - dijo Daril -

Estoy seguro que solo hacías tu trabajo hijo, bien vamos a casa, una rica cena, un baño calentito, harán que mi niño se sienta mejor - dijo el anciano -

Ya no soy un niño - susurro Jeysi y los tres salieron del lugar -

Al día siguiente todos tomaron un vuelo de regreso a Ciudad La Luz donde los esperaban los padres de Jeysi, muy felices de volver a ver a su bebé.

Cuando entraron en la casa Jeysi abrazo a sus padres, pero ambos notaron cierto semblante de molestia en su hijo...

Padre ¿cómo les fue? - preguntó el padre de Jeysi -

Todo bien hijo, unos pequeñitos percances, pero nada que no se pueda solucionar - dijo el abuelo -

¿Pequeño percanse? ¿Sabes lo que hizo este tipo? Padre, madre, se que necesito que cuiden de mi seguridad, pero díganle que no necesito que vigile mi vida privada, por algo se llama así "privada" - dijo enojado -

¿Pero que pasó? - preguntó la madre -

Daril tomó la palabra...