Vuelve

Al día siguiente, Santino le despierta con algo de resaca, se estira como un gato y se levanta, pues no te recuerda cómo llegó a casa. Menos como llegó a su dormitorio y dormir vestido. Alguien llama a la puerta.

- Joven Casiraghi, he venido por usted. Le traigo un batido para combatir la resaca.

- Pase.

- Buenos días, joven. - entra el mayordomo con el batido.

- Buenos días ¿Qué tiene ese batido?

- Es un brebaje que ayuda a combatir la resaca.

- ¿Cómo llegué a casa?

- Jason lo trajo a casa, está usted mareado y bastante. Lo hemos dejado descansar.

- ¡Tengo un hambre!

- Descuide joven Casiraghi, el desayuno está listo.

Santino bebe el batido y en un solo trago.

- Ahora sí. Voy a ducharme y bajo a comer.

- Muy bien.

El mayordomo se va y Santino prepara la ropa a usar después de la ducha. Santino no se siente bien, él recuerda con detalles las veces que estuvo bajo la ducha con Belice, cierra sus ojos fuertemente, termina su ducha y al volver a su dormitorio, ver la cama vacía lo entristece, suspira con pesar, pero se alista, tiene que ir a trabajar.

Ya en la oficina, alguien llama. A través del cristal con papel tapiz, que deja pasar la luz y sólo permite ver siluetas, nota que es la presencia de un hombre.

- Pase.

- Guten Morgan.

Santino no entiende nada. Levanta la mirada y se sorprende mucho.

- ¡Raúl Domínguez! A los años amigo.

Se saludan como siempre.

- Que gustazo de verte ¿Cómo fue tu casi eterno viaje?

- No más fueron por unos cuantos años. - lo dijo como si fueran días.

- ¿Qué tal es Alemania?

- Más civilización que aquí.

Santino se ríe, le causa gracia y alegría volver a ver a su amigo. Ahora, a lo que Raúl vino.

- ¿Cómo va el matriki? ¿Voy a ser tío?

- ¡Ay, amigo! Las cosas no salieron bien.

- ¿Por qué? ¿Qué pasó? – Se hace el loco.

- Pola ha vuelto y me ha traído fotos sobre la infidelidad de mi esposa.

- Aguanta el carro, entonces mis informantes no se equivocaron, ha vuelto Paola, o sea, ¿Tú y ella han vuelto?

- Ella quiere volver, y mira las fotos que me trajo. – extrae las fotos del cajón y se las entrega. -Son éstas, si tú supieras lo mal que me siento.

- ¡Ajá! Y tú, por ardido, sales con Paola.

- No, hombre. Ella está insoportable, me besa a la fuerza, es desvergonzada.

- ¿Tú te dejas?

- Pues sí, sus besos me hacen perder la razón.

Raúl sin previo aviso le propina un fuerte puñetazo.

- ¿Por qué me pegas? Me sangra la nariz.

- Por estúpido. Eso se hace después del divorcio. Si tú haces esto ahora puedes tener perdidas.

- ¿Quién habló de divorcio?

- Tú le estás dando motivos. Estás aceptando a Paola en tu vida, permitiendo que te bese.

- ¿Qué puedo hacer? Ella sabe mi punto débil.

- ¡Idiota! -se le abalanza y lo toma del cuello - Belice te puede demandar y ganar el juicio.

- Ella me traicionó primero. - y toro puñetazo por tonto.

- Cuando el juez te pida las evidencias, estas evidencias – señalando las fotos – tendrás todas las de perder.

- ¿De qué hablas?

- No te hagas. Idiota.

- Mira bien las fotos. Ella me engaña.

Raúl da un tercer derechazo teniendo a Santino con la guardia baja.

- Con una basta. Observa bien todos los detalles y te darás cuenta a lo que me refiero.

- Estás muy agresivo, ya van tres puñetes, me quieres desfigurar.

- Te lo dije. Y no digas que por tres puñetazos te has vuelto maricón.

- ¿Qué detalles quieres que vea? - volviendo al tema - Son fotos donde mi esposa me engaña.

- ¡Ciego! Estás ciego. - lo sacude para que reaccione.

- ¿La estás defendiendo?

- No, sólo digo la verdad. Y te voy a decir una cosa. Belice y yo hemos crecido como hermanos. Ella para mí es mi única hermana, y sólo busco la verdad. En cambio, yo, a ti, te conocí en la universidad en ese proyecto interfacultades.

- ¡Eso no lo sabía! – Santino está sorprendido por el secreto guardado de su amigo.

- Pues ahora lo sabes.

- De modo que ella te contó su versión.

- Tengo mis informantes. Sólo quiero la verdad y la tengo.

La conversación se tornó tensa, es lógico, el tema del que hablaron no era un asunto menor. Santino no tenía intenciones de un divorcio, una mancha de ese calibre en su reputación le traerá millonarias pérdidas, pero no entendía lo que su amigo le quiso decir, con respecto a las fotos.

- No quiero discutir, somos amigos. Ayúdame, mis intenciones no son de divorciarme.

- Has besado a Paola, te gusta y eres incapaz de ponerla en su lugar.

- Pero tengo las fotos. – Santino quiere justificar sus actos.

- Aprende a observar las fotografías, toma tu tiempo y enfócate en los detalles.

- Dile a Belice que tengo intenciones de verla y arreglar el asunto.

- ¿Qué quieres arreglar? No seas tonto, eres tú quien sabe hacer arreglos contigo mismo.

- Escúchame Raúl, mi esposa y yo hemos firmado el acuerdo de pre divorcio, pero lo único que quiero es que ella deje a ese hombre, yo desaparezco a Paola y así volver. Quiero volver con ella, la vida no es igual, todo es insoportable. Es mi esposa, hice votos, quiero cumplir con mis votos.

- Belice no es recoger lo que vomita.

- ¿Qué debo hacer? Quiero salvar mi matrimonio, que ella deje de ver a ese hombre con quién se ha metido. Eso es todo.

- Sigues sin entender. No hay peor sordo que aquel que no quiere escuchar.

- Somos amigos.

- Hay amistad, es verdad. Pero no lo suficiente como para que yo te una confianza plena para soportar a las barbulladas tuyas.

- Vas a proteger a Belice. – Con un timbre que suena a derrota.

- Cuando le juez te pida las pruebas y las someterá a peritaje, quedarás con un triste payaso.

- Gracias por tu visita. - Santino ya no quiere hablar más.

- Un gusto en verte. Esteremos pronto en el tribunal, y te voy a hundir.

Raúl se fue de la oficina con una gran mueca, le dejó una pulga en la oreja, siempre y cuando Santino haya captado el sentido de lo que tiene que hacer ahora.

Por su lado, Santino está pensativo, la palabra peritaje y la frase triste payaso no dejan de repercutir en la mente. Esto lo deja muy inquieto, ahora ve a la visita de Raúl como una señal de advertencia. Tiene una necesidad de saciar la revuelta en su mente. Vuelve a ver las fotos y manda a llamar a Jason. A los pocos minutos él está a la puerta.

- Señor, ¿Me llamaba?

- Necesito que con urgencia que se haga peritaje a estas fotos.

- Si, claro.

- Cualquier cosa que suceda con Belice, avísame o muéstrame pruebas.

- Entendido.

Jason tomó las fotos y se fue. Pero mantuvo su boca como cementerio, mantuvo sus nervios lo más relajados posibles, no se atreve a decirle que vio a Belice ingresar al hospital con un mal aspecto. Lo bueno, es que ahora ya está libre de tener que cuidar las espaldas de doña bruja. Santino tiene una reunión muy importante y esta todo golpeado, pide a su secretaria que haga magia con su maquillaje y rápido.