Traiciones Y Tentaciones

NARRADORA

Dos meses después de la boda Dave debió hacerse unos análisis y estudios médicos recomendados por su amigo. Le había dicho a Ángeles que debía ir por un estudio de rutina. Ella quiso acompañarlo pero el se negó, seguro tardaría mucho tiempo.

Después de tales estudios médicos ellos no tuvieron relaciones por un mes pero como Dave estaba bajo mucha presión y con mucho trabajo era normal que aveces pasaran unas semanas sin actividad.

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El primer año de relación ya demostró que había cierta crisis en la pareja pero Ángeles ni se enteraba. Sus estudios habían acabado pero solo se preocupaba de las tareas del hogar.

Cada vez que llegaba la correspondencia ella la dejaba ordenada para que la abriera su esposo ya que el llevaba las cuentas. No tenían problemas económicos tampoco, eso agregaría mucho estrés en cualquier pareja pero no era el caso.

Mariela ya se negaba a opinar al respecto pero sabía que nada en la pareja iba bien. Antes Dave era más cariñoso con muestras que Ángeles aprobaba pero eso comenzaba a escasear entre ellos también.

El tiempo siguió pasando y así llegaron los dos años de pareja dónde no hubo nada para destacar. Ángeles creía que quizás ya era momento de comenzar a buscar el primer niño pero su esposo trabajaba tanto que no se animaba a proponérselo.

Ella se cuidaba con píldoras y había decidido dejarlas de tomar pero primero quería decírselo a su esposo para no tomar una decisión tan grande sola, algo que no era correcto.

Dave daba vueltas sobre el mismo tema y le había dicho que a los tres años ella podría dejar de cuidarse para comenzar a buscar. Así fue que al llegar el tercer año de matrimonio Ángeles dejó de tomar las pildoras pero así pasaran los meses el tan ansiado embarazo no llegaba.

Dave seguía enfocado en su trabajo mientras que ella estaba sola en casa soportando que mes a mes el resultado fuera el mismo y la menstruación llegara a tiempo. Mariela le había intentado decir que tal vez no era el momento de tener hijos, apenas si convivían y su matrimonio parecía cada vez más frío.

El cuarto año Dave olvidó su aniversario y tuvo una cena de negocios que no fue más que ver a una mujer que era su sumisa. Estaba harto de que en su casa siempre fuera lo mismo, su esposa que no quería salir del misionero ni aunque de eso dependiera su vida. Sus deseos reprimidos lo habían orillado a eso, a buscar afuera lo que en casa no tenía.

Ángeles no sospechaba nada, o al menos no lo hacía hasta que su esposo se comportó muy diferente. Su celular fue sagrado y dormía con el debajo de su almohada, contraseña numérica, bloqueo con huella dactilar y así varias medidas de seguridad. Los mensajes o llamadas que llegaban tarde a la noche y lo hacían irse de prisa aveces siempre con la excusa de que un amigo o familiar estaba en problemas la hacía dudar aunque no lo quisiera.

El ansiado embarazo que no llegaba y la búsqueda que cada vez era menor le producían dolor e inconformidad. No se sentía lo suficientemente valorada. Dave no quería que ella trabajara tampoco y eso aún la aislaba más de todo y la hacía más dependiente.

Así fue que hablando con Mariela una tarde le expresó sus inquietudes y ella le dijo que pensaba que tal vez él tenía otra mujer. Le aconsejó poner más atención en él, en los detalles, en su vida cotidiana para así notar si podía ser cierto o no.

Mariela ya se imaginaba que había una mujer o más de una. Ese matrimonio no debió jamás ocurrir, fue un error completamente. Aún así rogaba estar equivocada porque sabía que su amiga sufriría y era algo que no quería que pasara.