Perdido Entre Tus Curvas

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Estaba completamente empapada por su culpa, sentía como mí ropa interior se pegaba más a mí cuerpo como él vestido.

Me quito despacio la chaqueta dejándola en la silla sintiendo su mirada.

Cuando le miro veo como me observa cada movimiento, solo me quité la chaqueta pero parece que él nunca se pensó que lo haría porque veo en su rostro ¿sorpresa?

No entendía porque me miraba así, tampoco podría saber con seguridad lo que estaba pensando.

Aprovechó que estaba como embobado para coger una jarra que tenía llenándola lo más rápido posible echándosela encima acabando igual de empapado que yo o más aún.

Él entre abre sus labios cuando siente el agua fría empapar todo su cuerpo, hasta la melena de su pelo tapaba un poco sus ojos teniendo que poner su pelo mojado aún lado viéndose sexy.

Era atractivo no iba a negarlo ni mentir así que cualquier cosa que hiciera se veía sexy.

Me sorprendo cuando me coge sin esperármelo por la cintura sintiendo algo blando contra mí espalda sabiendo al instante que era él colchón.

Comienza a hacerme cosquillas y por mala suerte yo tenía cosquillas en mí abdomen.

Comienzo a reírme como hacía mucho no lo hacía cuando siento las cosquillas retorciéndome en la cama.

- ¡PARA PORFAVOR COSQUILLAS NO! – le medio grito.

Pero él sigue sin parar consiguiendo que empezarán a deslizarse lágrimas por mis mejillas de la risa.

- Nadie queda por encima de mí y menos tú, ríndete promete que no me tiraras más agua y parare – me dice mientras sigue haciéndome cosquillas.

Lo que él no sabía es que yo no me rendía con nada aunque fueran duros los palos con que me dieran, así que en este caso tampoco me rendiría.

- ¡NI HABLAR! – le contestó.

Él aumenta más sus cosquillas sintiendo como comenzaba a dolerme mí abdomen de tanto reírme.

- ¡ESTA BIEN! – le grito sin poder aguantar más. - ¡NO TE VOLVERÉ A TIRAR MÁS AGUA! ¡DETENTE! – entonces dos segundos después dejó de sentir sus manos.

Le observo viendo como él también me observa detenidamente.

Nos quedamos así mirándonos fijamente por unos segundos sin decirnos nada, hasta que él suelta un carraspeo apartándose.

- Tenemos que quitarnos esta ropa, si no quieres ponerte mala y coger un gran constipado claro… - me dice mirándonos a ambos como estábamos.

Me remuevo en la cama hasta quedarme al extremo llevando mí mano a los tacones quitándomelos.

Veo como sus ojos me escanean cuando me los quito dejando los tacones aún lado.

Lo miro cuando lleva sus manos a su camiseta quitándosela por encima de su cabeza tirándola donde tenía la ropa sucia.

Mis ojos se desvían de su rostro a su pecho bajando hasta su abdomen viendo que lo tenía bien marcado.

No puedo evitar no mirarlo es como cuando una luciérnaga iba directa a la luz, así me sentía yo, no podía despegar mí mirada de su abdomen por más que quisiera.

Cuando escucho él ruido de sus zapatillas caer al suelo es como si despertara.

Niego con mí cabeza rápido viendo donde había dejado las zapatillas.

Me levanto de la cama llevando mí mano casi a mi rodilla para levantarme él vestido pero recuerdo que no estoy sola y él estaba delante.

- ¿Podrías darte la vuelta? – le preguntó llamando su atención.

- Ni que te fuera a ver algo que ya no haya visto – me contesta él como sí no tuviera importancia.

Le miro intentando no cabrearme de nuevo.

- ¿Ya te estás portando de nuevo como un inútil? – alzó mi ceja.

- ¿Qué dije ahora que te molestara? – me pregunta levantando ambas manos.

- Te pedí que te dieras la vuelta para quitarme el vestido, me importa la privacidad y sí tu fueras un caballero aceptarías darte la vuelta sin problema alguno – le digo algo sería.

- Bien si te sientes mejor así para que no salga tu carácter me daré la vuelta – suelta un suspiro.

Le hago un movimiento con mis ojos viendo como vuelve a quejarse dándose la vuelta.

Llevo mis manos a mí parte baja del vestido comenzando a subírmelo despacio.

Cuando lo tengo por mí cadera me doy cuenta que él estaba mirándome por encima de su hombro intentando disimular pero le pillo.

- ¡Tío que te dije! – le medio grito. - ¡Date la vuelta! – veo una sonrisa burlona de su parte mirándome de arriba abajo.

Sin pensarlo me acercó dándole un golpe en su hombro por no hacerme caso.

Él suelta una carcajada que solo hace que me cabree más.

Se da la vuelta sin esperarlo doy un paso hacía atrás tropezándome con la pata de la silla como buena patosa que soy cayendo al colchón.

Se acerca despacio, rápido me bajo el vestido porque se me veía la ropa interior de abajo.

- Éstas mojando mis sabanas – me dice.

- ¿Ahora te importa que moje tus sabanas? – le digo aún molesta.

Mí respiración se corta cuando se sube poniéndose encima de mí.

- ¿Qué haces? – le preguntó sintiendo mí voz entre cortada viendo como pone ambas manos a cada lado de mí rostro.

No me dice nada viendo como acerca su rostro al hueco de mí cuello aspirando mí olor.

- Hueles a fresa… - trago saliva fuerte cuando lo escucho.

Reacciono empujándolo.

- Déjate de juegos y apártate - le digo aunque dentro de mí cuerpo me estaba debatiendo.

No se que me pasaba, hacía mucho que no me sentía tan atraída a un hombre.

Cuando le empujó no se mueve ni un poco.

Agarra mis manos dejándolas encima de mí cabeza.

Empiezo a tener mí respiración acelerada cuando esconde su rostro de nuevo en mí cuello y siento como sus labios comienzan a dejar besos.

Me quedo completamente inmóvil sin poder moverme, es como sí mí cuerpo no quisiera reaccionar para quitármelo de encima.

Sus besos comienzan a ser fuertes sintiendo un gran escalofrío pasar por todo mí cuerpo.

-Intente bloquear mis impulsos las ganas… - comienza a susurrarme en mí oído. – Pero no sabes las ganas que tenía de que esto pasará en el fondo y lo peor que siento que ya no puedo controlar a la bestia que hay dentro de mí queriendo salir para morder de nuevo… - me estremezco ante sus palabras.

Pega su cuerpo más contra el mío entonces lo siento como su amiguito va creciendo ya que lo sentía contra mí abdomen.

Mí pecho sube y baja varias veces cuando sus labios se apartan de mí cuello bajando por mí hombro rozando sus labios por mí clavícula.

Aunque tuviera él vestido lo sentía todo como sí no lo tuviera.

Sus manos bajan hasta la parte baja de mi vestido comenzando a subírmelo despacio.

-Te dije que te lo quitaras tienes que estar congelada – en estos momentos precisamente no sentía frío…

Mí cuerpo sigue sin reaccionar dejando que siga subiendo mí vestido hasta llegar a mí cabeza sacándomelo por encima de mí cabeza.

Observo su rostro viendo como él estaba concentrado mirando mí cuerpo pasando su lengua por sus labios.

Una de sus manos sube hasta mí pecho pasando su dedo por mí punto sensible de mí pecho.

Mi cuerpo traicionero reacciona a esa sensación sintiendo como la parte baja despierta mojándose y yo no me puedo creer que este pasando esto, en estos momentos.

No había tenido relaciones sexuales consentidas desde hace mucho tiempo, las que tenían no eran las mejores por culpa de ese asqueroso que me robaba él dinero cada vez que podía.

Entonces suelto un jadeo cuando sin esperármelo me besa salvajemente, al principio me quedo quieta como si nunca hubiera besado a nadie pero a los pocos segundos sin poder evitarlo le correspondo.

Otra de sus manos aprieta mí cadera y la otra va a una de mis nalgas pegándome más contra su cuerpo como si eso fuera posible sintiendo a su amiguito nuevamente.

Levanto mis manos llevándolas directamente a su cuello subiendo hasta su pelo tirando un poco de él.

Era malditamente sexy y como esto estaba subiendo cada vez más de temperatura mis manos alocadas comienzan a recorrer su cuerpo.

A pesar de tener él pantalón podía ver su culo desde donde estaba teniéndolo bien redondo.

Mis manos se deslizan por su abdomen que podía tocarlo sin la camiseta de por medio sintiendo lo duro que estaba dejando en claro una vez más que hacía ejercicio.

Entonces en una mínima de un segundo reaccionó dándome cuenta de lo que estaba pasando.

Aparto mis manos volviendo a empujarlo pero esta vez con más fuerza.

Consigo que esta vez si se mueva algo y salgo por un lado suyo levantándome de la cama para pegarme contra uno de los rincones de él cuarto.

Respiro agitada viendo como él me mira confundido viendo ese brillo de excitación en sus ojos.

Sus manos eran diferente a la de los otros, pero tenía miedo de que se fuera de las manos y acabará siendo usada de nuevo por otro hombre…

Espero que entiendan la actitud de Evelyn ya que solo la usaron 👀

Gracias por vuestro apoyo y paciencia ❤

Para él próximo capítulo tenemos que llegar a 4K👍

Mi Instagram donde podrán ver adelantos y demás: @mishistoriascontadasenpapel

Evelyn

Aiden