SUEÑOS ROTOS

'Cuéntame más de tu vida, eres un poco cohibida con eso, como si no quisieras que nadie sepa nada de ella, solo conocemos a la pequeña Rossi porque la traes al instituto', dijo Francisco Javier.

Celeste le respondió, 'Bueno tienes razón nunca he querido que nadie conozca mi casa o que vayan, por miedo a mi madre y mi padrastro, ellos son personas que no me quieren y por más que mi madre se esfuerza en guardar las apariencias pues no lo logra, yo ya no sé cuantas veces me ha pegado y a su hija que tiene quince años pues simplemente por más cosas que ella haga no le dice nada, mi padre dejo las industrias Allen para mí, junto con esa enorme casa, él decía que mí madre no sabría como salir adelante sola y que me llevaría con ella lejos o podía hacerme algo malo, por eso es que estudio administración de empresas, pronto cumpliré mis 18 años y sé supone que me dieran todo lo que me pertenece, pero sé que séra una dura batalla, mi padre salió de la casa con lo que tenía en el cuerpo, es un hombre muy bueno, pero no logró sobreponerse a ese golpe, no se volvió a enamorar y ahora es un empleado de una fábrica, es el administrador, pero no le pagan bien y a él no le gusta eso de tratos bajo la mesa, en fin tengo tres medios hermanos por parte de mi madre, la que mas me quiere es Rossi la pequeña, con su inocencia, la quiero mucho, pero los otros dos son dos pequeños títeres de mi madre y me usan de empleada por eso en las tardes estudio idiomás y los fines de semana trabajo en una estética Silvia la dueña me permite trabajar allí desde que tengo quince años, soy ayudante aunque ya peino y maquillo ella me enseño mucho estos años'.

'Sabía que algo ocultaban esos ojitos, que por más que eres risueña y alegre en tus ojos se ve una gran pena', dice Francisco Javier, '¿pero a que hora comienzan tus clases de idiomas?', ella dijó '¡ay lo olvide! a las dos con treinta minutos de la tarde, por cierto ¿que hora es?',' mi pequeña ya son una y treinta minutos', dijo Francisco Javier, 'solo falta una hora, creo que no llegas hasta tu casa, ¿puedes estudiar con lo que traes?', si responde Celeste, 'traje mi libro para hacer mi tarea y con eso me basta, pero me tendré que ir directo, ¿me puedes dejar cerca de donde pasa el metro que va cerca del centro de la ciudad?', 'mejor que eso pequeña Celeste, te invito a almorzar aquí cerca hay un restaurant y te llevo a tus clases', dijo Francisco Javier, tenemos que apurarnos y comer algo ligero o no llegas.

'Gracias por todo Francisco Javier', dijo Celeste, 'mandare un mensaje a mi madre no estoy para oír sus gritos', y eso hizo mando un mensaje donde explicaba que por hacer un trabajo grupal no llegaría a almorzar, que se pasaría a sus clases de idioma, su madre respondió un mensaje cortante y digno de ella, 'siempre haces lo que te parece, te olvidas que tienes obligaciones, has lo que quieras que ya te arreglaré las cuentas aquí en casa', puso Sofía como respuesta.

El mensaje estaba enviado y obtuvo una respuesta, déjame ver dijo Francisco Javier, ella le da el celular y él le responde, '¿eso significa que te pegara al llegar?', Celeste movió su cabeza en señal de vergüenza y dando un sí, 'no te avergüences pequeña Celeste es ella la mala no tú, vamos a almorzar no quiero que te pase nada malo,sí'.

Suben a su hermoso automóvil que recién vio bien Celeste, y pregunto '¿es tu auto?', si, te gusta? Dijo Francisco Javier, 'pues feo no es, pero no me gusta, es un auto muy lujoso para que yo esté en él', 'tranquila Celeste es un auto como cualquiera y no vale nada al lado tuyo', dijo Francisco Javier, sube y vamos, ella subió y pronto llegaron a un restaurant bonito de comida al paso, pidieron hamburguesas con papas fritas y dos malteadas, en ese momento Celeste olvidaba las penas entre risas y papitas que él le daba a la boca, terminaron pronto y subieron al auto para ir al centro de idiomas lo que no le demoro mucho, '¿a que hora sales dulce Celeste?' Pregunto Francisco Javier, a las cinco de la tarde dijo ella, te esperaré aquí en este estacionamiento mi bella Celeste, ella se puso rojita y se bajó del auto, 'gracias por todo' le decía Celeste, 'me voy si no, no llego', le dejo un beso en la mejilla que parecía eterno y que por más que no fue en los labios le dio una extraña pero linda sensación a ambos.