Mi Hermanastro

El lunes llegó más rápido de lo que pensaba, había decidido no ser más un descarriado y poder ser digno de la herencia familiar.

Estaba un poco nervioso, ya que volvería a ver a Danna. Desde el día de la fiesta no había vuelto a saber nada de ella ni siquiera se había molestado en llamar, seguramente su nuevo novio le absorbe todo el tiempo.

Entre al salón y vi hasta el lugar que compartíamos, me extraño no verla ahí sentada mirando por la ventana. Mis compañeros se acercaron para saludarme;, sin embargo, no estaba de humor para nada. Me senté esperando a que Danna apareciera, pero eso nunca paso, en su lugar entró el profesor de matemática luciendo tan arrogante como siempre.

"Buenos días, jóvenes. Por favor tomen asiento", dijo mirándonos como bichos raros. "En un momento el director vendrá a darles un anuncio", termino diciendo.

El sujeto empezó la clase, pero algo me estaba molestando, pues no hizo alusión a que Danna no hubiera llegado. Tampoco tenía cabeza para pensar en la clase, solo quería saber donde se había metido esta chica.

A mitad de la clase entro el director, él era un hombre más tranquilo y nos respetaba por quienes éramos. "Jóvenes, buenos días. Disculpen la interrupción, pero debo darles una noticia", hizo una pausa algo intensa. "Como se han dado cuenta su compañera Danna Miranda no vino hoy al instituto".

"Nadie la ha extrañado", comentó Catalina haciendo que la clase se riera.

"Señorita, por favor haga silencio que nadie le ha pedido su opinión". La regaño el profesor molesto.

"Tranquilo, profesor estos jóvenes no tienen idea por todo lo que pasan sus compañeros y por eso no tienen la más mínima empatía", intervino el director. "Bien, su compañera o mejor dicho excompañera fue retirada del instituto por su mamá y enviada a estudiar al extranjero, para nadie es un secreto lo buena estudiante que es y una universidad la pidió".

El mundo se me vino abajo al escuchar aquellas palabras, sentí como si una parte de mi vida se hubiera ido, era como si algo hubiera muerto dentro de mí. Pensar que no la volvería a ver me estaba destruyendo el alma y lo peor de todo era que ella se fue pensando lo peor de mí, debe odiarme, debe pensar que soy de lo peor, pero tampoco fue que Danna se portó bien conmigo ella me había engañado o al menos yo quería pensar así.

Las clases terminaron y al salir del instituto vi como la lluvia caía sobre el verde pasto dando la impresión que quería ahogaron, así mismo me sentía en este momento, el dolor me estaba ahogando el alma y lo peor era que no había nada que hacer para aliviar el dolor más que resignarme a haber perdido a Danna.

Volví a mi casa y me encerré en mi habitación, tenía que demostrar que había madurado y que era digno de tomar el control de las empresas de mi padre.

...********...

Estar en una nueva ciudad me haría muy bien, apenas llegue me inscribí en la universidad. No fue necesario terminar mis estudios en la preparatoria, ya que cua do me hicieron la prueba de ingreso la aprobé sin problema alguno, estudiaría la carrera de ingeniería en sistemas y robótica, tenía otra meta que alcanzar y esta era amasar mi propia fortuna para así no tener que sufrir nuevamente el desprecio de no ser de una clase social alta. Aunque mi mamá tenía dinero eso era de ella por eso no me gustaba que los demás supieran de mi verdadero estilo de vida.

En el primer día de universidad muchos de mis compañeros se sorprendieron por mi edad; sin embargo, no les importo que fuera tan joven para aceptarme en su grupo y tratarme como a una más de ellos, este mundo era totalmente diferente, las personas eran mucho más madura y no andaban pensando estupideces.

"Entonces eres la nueva, según dicen eres muy inteligente", dijo uno de mis nuevos compañeros.

"El tiempo demostrará si soy o no inteligente, por ahora lo mejor es estudiar y ser diligentes con las actividades", respondí sintiéndome aceptada por primera vez en un lugar.

Los días pasaban rápidamente y mi estadía en este país empezó a dar sus frutos, continúe siendo la mejor de la clase, con la diferencia que no me tenía que esconder de nadie. Todos los días hablaba con mi mamá y le contaba lo bien que me iba aquí, ella también me contaba de sus cosas y lo bien que le iba en su nueva relación, no podía negar que me molestaba que Amanda anduviera con otra persona que no fuera mi padre, pero no podía hacer nada, ya que ella era un adulto y yo seguía siendo una adolescente.

El primer año paso rápidamente y ya había diseñado dos prototipos que ayudarían en el avance tecnológico. Eso me abriría las puertas a un nuevo mundo y podría conseguir la vida que estaba buscando. Mi mamá había empezado a venir con regularidad a visitarme, cada vez que la veía tan feliz me emocionaba mucho, ya que ella se lo merecía.

En todo este tiempo no me había importado saber quien era el novio de mi mamá nunca había querido saber su nombre, ni a que se dedica y mucho menos si tenía familia o no. Pensaba que si mi mamá era feliz entonces yo no era quien para meterme en sus asuntos.

Hoy mi mamá vendría a visitarme, era extraño, ya que aún no era la fecha, algo muy importante querrá decirme y por eso decidió venir.

Salí del campus y fui al hotel donde ella siempre se hospedaba. "Buenos días, estoy buscando a Amanda García", hable con la recepcionista quien fue muy amable en atenderme.

"Buenos días, la señora la espera en su habitación", después de decirme en que habitación se encontraba mi mamá, le agradecí y continué mi camino, estaba nerviosa por lo que ella me fuera a confesar.