No Me Culpes A Mí

• Ana Lucía.

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La semana del congreso pasó más rápido de lo que hubiera deseado, todo estuvo muy interesante y nos pusimos de acuerdo en varios proyectos.

El viernes por la tarde salgo del hotel a caminar un poco, me gusta conocer, observar. Miami es una ciudad pintoresca, vibrante y cosmopolita, tiene excelentes atracciones y una rica cultura, con un clima subtropical.

Ceno en un pequeño, pero acogedor restaurante y luego me dirijo a un club recomendado, me siento libre, tengo ganas de tomar algo fuerte, bailar, reír y divertirme.

Entro a un espectacular club y no sé por qué siento como todas las miradas recaen sobre mi, pero siento una mirada mas intensa que no sé de dónde proviene, me siento frente a la barra, saludo al bartender y pido un trago el cual tomo lentamente, el ambiente se ve muy animado, el chico que me sirvió el trago me sonríe, es guapo puede tener unos 23 años, sigo tomando y de la nada me veo mirando las fotografías que hay en mi celular, muchas en donde estoy riendo, con Eva, con mis padres, con mis hermanos y en otras estoy con mi esposo de papel, en esas fotos nos veíamos felices, se veía mucha chispa entre los dos y ahora creo solo quedan cenizas.

Gonzalo y yo no somos ni la décima parte de lo que fuimos un año atrás y no creo que lo volvamos a ser.

Los minutos avanzan y en menos de nada me he tomado cuatro tragos, llegan varios hombres a invitarme a bailar, pero ninguno me inspira confianza, ninguno despierta en mi esa chispa de diversión que quisiera así que mes digo que no, colocan una canción que me encanta y le pido al bartender que cuide mi cartera, el me sonríe y me alienta a ir hacia la pista a la que me dirijo inmediatamente, no soy la única mujer que baila sola, así que me divierto cómo hace mucho no lo hacía.

Después de algunas canciones me devuelvo a la pista por algo de tomar, pido una margarita y la tomo de golpe, me echo el pelo a un lado del cuello para sentir más el aire.

_____ No le he pedido nada. _ le digo al chico de la barra cuando me coloca otro trago en frente.

_____ Se lo obsequia el señor que está allá. _ me señala a la segunda planta en donde está el área vip.

Dirijo mi mirada hacía allá encontrando a un apuesto hombre de cabello castaño oscuro con una cara de malo que lo hace ver muy bueno, la mirada que me dedica me hace temblar y sentir un fuego en mi interior que creía extinto, agarro el vaso y se lo señaló en señal de brindis y me lo tomo de un solo golpe, le sonrío y él corresponde a mi sonrisa y ese son me tomo tres tragos enviados por él.

No dejamos de mirarnos y creo que se me olvida que soy casada cuando imagino un sin fin de cosas con ese apuesto sujeto.

Lo veo levantarse de su puesto y no puedo dejar de admirar su cuerpo, su caminar, viene vestido de negro pantalones rasgados a la altura de la rodilla, camiseta gris y chaqueta de cuero negro, calza unas botas que le dan un toque militar que lo hace más atractivo de lo que es, creo que el alcohol está perjudicando mi juicio, yo jamás había mirado a otro hombre que no sea Gonzalo cómo estoy mirando a este en estos momentos, pero es que no puedo negar que está muy bueno, no sé si es el alcohol o la falta de sexo que me están pasando factura.

_____ Buenas noches. _ saluda y juro que su voz y su olor son como un estimulante sexual que me ponen a latir el corazón a mil.

_____ Buenas noches. _ respondo su saludo. _____ Gracias por los tragos.

_____ Gracias a ti por deleitarme con tu presencia, mucho gusto soy Eduardo. _ le sonrío

_____ El gusto es mío, me llamo Lucía. _ ni loca me digo mi nombre completo, estiro mi mano el la toma y besa el dorso de esta y me regaño mentalmente cuando siento una punzada en donde no debería sentirla.

Este hombre es un completo desconocido, pero no lo siento así, me hace sentir segura y tranquila.

_____ Puedo sentarme a tu lado para hacerte compañía o prefieres que nos vayamos a donde estaba antes. _ me dice.

_____ Vamos arriba. _ me sorprendo de mi respuesta, Pero igual lo sigo, tomo mi cartera y subo con él al área vip. Me ayuda a sentar y el se sienta a mi lado.

_____ Se puede saber por qué una mujer tan hermosa como tú está tan sola.

_____ Cosas de la vida. _ respondo tranquila.

Nos traen un par de copas y me siento atrapada en sus ojos verdes que parecen hipnotizantes.

_____ ¿Casada, soltera, en una relación abierto , unión libre? _ lo miro detenidamente mientras me hace aquella pregunta personal.

Le muestro la mano en la que brilla mi anillo de bodas y noto como se tensa.

______ Casada con un esposo de papel. _ no sé si estoy hablando de más. _____ ¿Y tú?

_____ Soltero y a la orden, andaba esperando a una mujer que me hechizara con tan solo verla, pero ahora que la encontré me doy cuenta de que ya está ocupada.

_____ Que triste. _ levanto la copa en señal de brindis y me tomo un sorbo.

Seguimos hablando un poco más y nos tomamos algunas copas más, me cuenta que es dueño de algunos hoteles y me invita a la inauguración de uno de ellos mañana por la noche, pero aunque acepto la invitación sé que no iré, no me voy a arriesgar a que alguien me reconozca.

_____ Ahora que te veo más de cerca me parece que te he visto antes en otra parte. __ ruego para que no se acuerde dónde, tal vez vió mi foto en alguna revista.

_____ No creo.

_____ Tienes razón una cara tan linda como la tuya no se olvidaría jamás.

_____ ¿Por qué buen tipo como tú está soltero? _ le pregunto.

_____ Estuve comprometido a punto de casarme, pero gracias a Dios no se dieron las cosas, encontré a mi futura esposa teniendo sexo con otro.

_____ Oh, lo lamento.

_____ Yo no. _ responde muy tranquilo. _____ Ahí ya no había amor y lo mejor fue que todo terminara. _ continúa. _____ Y tú porque estás por acá sin tu esposo. _ me mira como estudiando mis actitudes.

_____ Como ya te lo dije minutos antes, mi matrimonio solo es un papel, si, me casé enamorada, pero todo ha cambiado, no sé si soy muy fea, si el hombre con el me casé es un imbecil o si tiene otra.