MI NUEVA REALIDAD

El día del cumpleaños número 21 de Dulce se acercaba, y la emoción en el ducado era palpable. Sus padres, los duques, habían decidido organizar una gran celebración en el palacio para conmemorar este hito especial en la vida de su hija. Era una ocasión que no solo marcaba el crecimiento personal de Dulce, sino también el reconocimiento de su incansable trabajo y el impacto positivo que había tenido en la comunidad.

La preparación para la fiesta comenzó semanas antes. Los salones del palacio se adornaron con elegantes decoraciones, que incluían guirnaldas de flores frescas, cintas doradas y luces suaves que iluminaban el lugar con un brillo cálido y festivo. Los jardines del palacio también fueron transformados en un espléndido escenario al aire libre, con mesas cubiertas de manteles finos, centros de mesa florales y cómodos asientos para los invitados.

La invitación a la fiesta se extendió a una amplia gama de personas: amigos cercanos, miembros de la comunidad, y muchos de los residentes que habían sido tocados por el trabajo y la dedicación de Dulce. La ocasión era también una oportunidad para celebrar con aquellos que habían contribuido al éxito de los proyectos comunitarios y los negocios de Dulce, como el restaurante y la tienda de ropa.

El día del evento llegó, y el palacio estaba lleno de vida. Los invitados comenzaron a llegar, vestidos con sus mejores galas, y la atmósfera se llenó de conversaciones animadas y risas. Los niños, que ahora eran más grandes, se mostraban emocionados y felices, corriendo y jugando con sus amigos mientras esperaban el inicio de la celebración.

En la mañana sus hijos, con ayuda de su doncella la habían despertado con el desayuno, ella aun dormía con el bebe. También le habían regalado unos dibujos y joyas que habían comprado con ayuda de sus tíos y abuelos en complicidad. ya para la noche.

Dulce, vestida con un hermoso vestido de gala diseñado por una de las costureras locales, se veía radiante. El vestido, de un azul profundo con detalles dorados, era una muestra del estilo y la elegancia que Dulce había promovido en su vida y en su comunidad. Su cabello estaba recogido en un elegante peinado, y su sonrisa brillaba con la alegría del día.

Cuando llegó el momento de la fiesta, los invitados se reunieron en el gran salón del palacio, donde la música de una orquesta en vivo llenaba el aire con melodías suaves y festivas. El ambiente era elegante y acogedor, con una mezcla perfecta de sofisticación y calidez que reflejaba la personalidad de Dulce y el cariño que todos sentían por ella.

La celebración comenzó con un discurso de los duques, quienes expresaron su orgullo y admiración por su hija. Las palabras de los duques destacaron no solo los logros de Dulce, sino también su carácter amable y generoso, y el impacto positivo que había tenido en la vida de todos en el ducado. La ovación que siguió al discurso fue ensordecedora, con todos los presentes aplaudiendo y celebrando a Dulce.

A lo largo de la noche, la fiesta continuó con una variedad de actividades. Hubo un banquete exquisito con una selección de los mejores platillos locales e internacionales, preparados con esmero para la ocasión. Los invitados disfrutaron de la comida, conversaron animadamente y compartieron historias y anécdotas sobre Dulce y su influencia en sus vidas.

El momento culminante de la noche llegó con la ceremonia de los regalos y el corte del pastel. El pastel, una obra de arte decorada con flores y detalles dorados, fue presentado a Dulce con gran entusiasmo. Al cortar el pastel, Dulce hizo un brindis en agradecimiento a todos por su apoyo y cariño. Sus palabras emotivas reflejaron su gratitud y su profundo aprecio por la comunidad y por la familia que había sido su mayor apoyo.

Durante la fiesta, Dulce también tuvo la oportunidad de interactuar con algunos invitados especiales que habían asistido a la celebración. Entre ellos se encontraba el príncipe heredero Lorenzo, quien, a pesar de su identidad revelada, había decidido asistir a la fiesta para rendir homenaje a Dulce. Su presencia fue recibida con sorpresa y admiración por parte de todos los presentes.

El príncipe, vestido de manera elegante pero discreta, se acercó a Dulce durante la noche y le expresó su admiración y aprecio. Felicitó a Dulce por su cumpleaños y por todo lo que había logrado, y le agradeció por su impacto positivo en el ducado. La conversación entre ellos fue cálida y sincera, y Dulce se sintió honrada y emocionada por la presencia del príncipe en su celebración.

La noche avanzó con música y baile, y los invitados disfrutaron de una velada memorable llena de alegría y festividad. Dulce, rodeada de amigos, familiares y seres queridos, se sintió profundamente agradecida por el amor y el apoyo que recibía de todos. La celebración fue un reflejo del éxito y la felicidad que había encontrado en su vida, y un testimonio del impacto que su dedicación y bondad habían tenido en su comunidad.

Al final de la noche, mientras los invitados se despedían y el palacio comenzaba a tranquilizarse, Dulce se tomó un momento para reflexionar sobre la jornada. Miró a su alrededor y vio a sus hijos, su familia y sus amigos felices, y sintió una profunda satisfacción. La fiesta no solo había sido una celebración de su cumpleaños, sino también un reconocimiento del amor y la unidad que había logrado construir en su vida y en su comunidad.

Con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de gratitud, Dulce supo que su vida, aunque llena de desafíos y esfuerzos, había valido la pena. La celebración de su cumpleaños número 21 se convirtió en un hito en su vida, marcando un capítulo de éxito, amor y alegría, y reforzando el compromiso de Dulce con su misión de hacer el bien y tocar la vida de los demás.