Adrik De Russie es un Saxofonista con mucho talento, un día, la mafia Rusa golpeó su puerta trayendo consigo la desgracia, esto desencadenó un cambio en el rumbo de su vida, se vio obligado a tomar venganza por mano propia, convirtiéndose en un asesino silencioso, buscado por la policía Rusa.
Irina Kiev, es una Policía que pertenece a la Dirección de investigación criminal, le otorgaron la misión de atrapar a aquel asesino silencioso, que aunque todas sus víctimas pertenecen a la familia Moguilevich y son delincuentes, sigue siendo un delito y su deber será presentarlo ante la ley.
¿Que pasará cuando Irina descubra a Adrik? ¿que pasará cuando sus caminos se crucen?
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CAPITULO 10
Irina Kiev
Estaba en el auto, tiritando de frío, la calefacción estaba a tope, pero mi ropa estaba completamente empapada, Adrik despejó el auto, luego se subió, y comenzó a conducir, logramos tomar la autopista rápidamente, él condujo lo más rápido que pudo, aunque la lluvia había disminuido, todavía estaban cayendo pequeñas gotas sobre el parabrisas.
-¿Aún tienes frío?-- me preguntó y yo asentí.
- podemos ir a mi casa, estamos cerca, tomo una ducha, me cambio y te invito un café o algo caliente, luego te acerco a tu casa-- le ofrecí--¿te parece?--
- Por mí no hay problema, la pregunta es más para ti, ¿puedo ir a tu casa?-- me sorprendió su pregunta.
- Si... Si, no veo problema-- dude un poco -- ¿puedo confiar en ti?-- comenzó a reír.
- No me pongas cuidado, soy malo haciendo chistes-- se disculpó.
- No te preocupes, ¿entonces vamos?-- el asintió.
Llegamos al edificio y entramos, el vigilante me miró extrañado, pero no dijo nada, el dejó el auto donde le indique, luego nos bajamos y subimos al ascensor, al subir a mi piso, abrí con rapidez, me hice a un lado y lo dejé ingresar, los ladridos de Nubecita no se hicieron esperar, era un extraño en su territorio, además no acostumbro a llevar a nadie al apartamento.
- Lo siento, no está acostumbrada a ver a alguien diferente a mi, en casa-- dije tratando de contenerla.
-¿Ni siquiera a tu novio?-- yo negué y me rei.
-¿tu crees que si yo tuviese novio, te habría invitado a mi apartamento?-- caí en cuenta del uso de palabras, me puse roja de la vergüenza -- no pienses mal, lo que quise decir es que si tuviese novio, no te habría invitado a venir, eso habría ocasionado malos entendidos -- expliqué.
- No te preocupes, lo comprendo-- dijo, pero entonces aproveché para preguntar yo también.
- ¿ y tú puedes estar aquí?, ¿no tienes esposa?, ¿hijos?-- la sonrisa que antes había en su cara se esfumó.
-Si, estoy casado, pero más específicamente viudo, y también tengo un hijo-- había tristeza en su mirada-- el también murió, ahora estoy solo, así que no te preocupes, no tendré problemas-- intentó forzar una sonrisa.
- Lo siento mucho, no debí preguntar -- dije.
- No, no, tu no tenías forma de saber lo que pasó, no te preocupes por eso, mejor ve cambiarte, estás temblando -- no me había dado cuenta en él estado en el que estaba.
Fui a mi habitación, de allí tomé una toalla de playa y se la llevé a Adrik -- toma -- le dije mientras le pasaba la toalla-- te puedes quitar todo, y ponerlo en la secadora, que está allá -- le señalé el cuartito de lavado-- ¿sabes usarla?-- el negó -- Okey, entonces iré a mi habitación a quitarme está ropa mojada, cuando estés listo, me llamas y te la pongo a secar, ¿si?--
- Gracias -- respondió, yo me fui rápidamente a mi cuarto.
Me tomé mi tiempo para quitarme toda la ropa, luego busqué una bata larga, ya que todas las que tenía a la mano, eran bastantes cortas, cuando por fin encontré una, me la estaba poniendo cuando escuché la voz de Adrik.
-Irina, ya estoy listo -- mi corazón latía tan fuerte, que se escuchó retumbar en las paredes.
- Ya voy -- me acomodé la bata y salí, me detuve abruptamente al verlo ahí de pie, acomodando su ropa, estaba de espalda a mi, su cuerpo tonificado, su piel tersa tenía sus músculos tensionados, solo se había cubierto de la cintura hacia abajo-- que esperabas, ¿qué se cubriera el cuerpo como una mujer?-- mandé las manos a mí boca, mis pensamientos se escaparon de mi mente y salieron en un murmullo, el se detuvo y giró hacia mi.
- ¿Debía cubrirme todo?-- preguntó con cierta chispa de burla en su voz.
- Ay no, qué vergüenza, no, nada de eso-- me acerqué y tomé su ropa en mis manos- ¿Es esto? O hay algo más -- pregunté.
- Sí, mi ropa interior -- sin esperar a que yo respondiera, metió sus manos bajo la toalla, y deslizó la prenda, se los sacó y lo puso sobre él montón de ropa, sentí mi cara caliente.
- Ok, en un rato estará lista-- di media vuelta y fui a la habitación de lavado, puse a secar la ropa, luego salí, pase por su lado y le hablé sin detenerme-- me iré a bañar, en un rato saldré --
- Ok, aquí te espero-- me dijo.
Prácticamente, corrí a mi habitación, entré al baño y enseguida me metí a la ducha, estuve recibiendo el agua fría por un buen rato, el calor de mis mejillas no se quería ir-- maldita abstinencia, mira lo que ocasiona -- cuando por fin me calmé, salí del baño y me vesti, me puse algo abrigado, penas para el frío que estaba haciendo, luego salí de la habitación, no recordaba que Adrik aún estaba en toalla, pero logré calmarme.
- Iré a revisar si ya tu ropa está seca-- caminé a la lavandería y para mí fortuna, ya había terminado, abrí la secadora, aún se sentía caliente, la saqué , la doble y salí a entregársela -- ya está tu ropa, si quieres te puedes cambiar en mi habitación, mientras tanto haré algo caliente para beber, ¿quieres café o chocolate?-- el me miró por unos segundos.
- Gracias por la ropa, y cualquiera de las dos opciones está bien, tu escoge-- me dijo, dió media vuelta y se perdió de mi vista, abanique mi rostro con las manos, saqué el chocolate y la leche, lo verti en una olla y lo puse en la estufa.
Justo estaba hirviendo el chocolate, le apagué y Adrik salió ya vestido, dentro de mi, aún quería deleitar mis ojos con la vista que me dió, pero no era lo apropiado, serví el chocolate en dos tazas, le entregué una y nos sentamos en la barra de la isla a beberlo.
- ¿Quieres algunas galletas?-- el negó.
- No, el chocolate está delicioso, no quiero mezclar más sabores, gracias -- yo sonreí.
Terminamos de beberlo, le recibí la taza vacía y fui a lavarla, me estaba secando las manos, cuando la luz se fué de repente, caminé a ciegas, quería llegar a la sala, pero antes de poder llegar allá, tropecé, dos manos me recibieron, apretando mi cintura con suavidad, enviando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, sentí el aliento de Adrik muy cerca de mi rostro, tragué el nudo que se había formado en mi garganta.
Gracias Lida Marin 🌹🌹👍✌️👏👏👏