Anyel y Elisa, Dos jóvenes con una amistad de muchos años. Con sueños muy diferentes, metas que anhelan cumplir, promesas que no cumplieron y que pondrían a prueba su amistad y también el amor que recién empiezan a tener entre si.
Ambos estarán en un dilema por conservar su bonita amistad, batallando en contra de un inevitable Amor.
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Capitulo 11
Llegaba el fin de semana y las chicas decidieron tener un día de chicas, salir de compras y comer helados en un centro comercial. Todo eso sin los chicos detrás. Julián aprovechó para sacar a Anyel de su habitación y probará su primer videojuego. Una parte de su futura creación.
Aunque al principio se extrañaban y deseaban estar juntos y hablar sobre lo que casi había pasado en el día anterior, a medida que pasaban los minutos, olvidaban el tema.
Aun así, Anyel ya estaba seguro de que Elisa se sintió celosa y eso no salía de su cabeza, sonriendo solo por pequeños momentos, una satisfacción que llenaba su ser, que le daba esperanzas de que llegar a ser algo más que amigos.
—Siento que algo bueno pasó ayer, que no dejas de sonreír como tonto— interrumpió Julián, los pensamientos de anyel, riendo con picardía.
—No te metas ideas tontas en tu cabeza— replicó volviendo a su seriedad.
—Las ideas que me meto en la cabeza es por la actitud de ustedes— Acusó Julián. Anyel no le presto más atención, volviendo a su juego. Evitando sonreír por los recuerdos de esos besos y los celos de Elisa. Seguía sin creer, que un solo toque de Elisa, erizaba su piel, lo llenaba de deseo, llevándolo a imaginar tantas cosas inexplicables.
Elisa estaba en la misma situación, siendo acusada por Noelia, cada palabra que ella decía eran mentiras para Noelia. No descansaría hasta que su amiga admitiera que se moría por ser la novia de Anyel.
—Te lo juro, no nos besamos— Noelia entrecerró los ojos.
—Mi mamá nos interrumpió— admitió Elisa, Noelia se carcajeó.
—Lo sabía, se mueren por comerse a besos y más, se celan como tontos y aún no dan el paso— Hablo Noelia buscando entender a su amiga.
—¿Cuáles celos?— interrogó indignada.
—Estabas celosa, Elisa, ¿por qué no lo aceptas?— reclamo Noelia, Elisa volteo los ojos, evitando responder a su amiga, pero su mirada acusadora no la dejaría en paz.
—Bueno si, no sé cómo explicarte, pero ese sentimiento es muy doloroso, se saca el aire y tu pecho duele—
—Uy, espero no sentirlo nunca—
—Aja, pero ya no hablemos de mí, mejor cuéntame de ese hombre—
—Tiene 27 años y trabaja en una automotriz, somos novios desde hace una semana— resumió Noelia.
—¿Pero qué intensiones tiene contigo?, no sé, no te veo segura con él—Aseguro Elisa.
—Eli, sabes que somos muy diferentes, tú eres puro amor, yo no, me gusta él y ya, si funciona bien— Confeso, Noelia.
Elisa abrió sus ojos tan grandes que daban miedo, pero las palabras de su amiga le parecían indignantes.
—No me parece, te lleva 10 años, seguro solo te quiere usar— expreso, Elisa preocupada.
—Pues nos usaremos, ja, ja, ja— se carcajeó Noelia, pero la cara de Elisa le quito las risas.
—Cálmate mujer, no estoy para sufrir, creo en el amor libre, si te gusta alguien, no lo dejes para después, te puedes arrepentir— afirmó la chica muy segura.
Elisa suspiró, tal vez le faltaba un poco de la seguridad y valentía de su amiga.
Mientras ellas seguían en su conversación, Julián seguía bromeando con Anyel, buscando la manera de hacerlo entrar en razón y se confesara de una vez por todas.
—Dame una sola razón con suficiente peso, para que no le pidas que sea tu novia— Exigió Julián, Anyel suspiró resignado, si no respondía no lo dejaría en paz.
—Son muchas cosas— Dijo Anyel.
—¿Cuáles cosas?— interrogó Julián, decidido a sacarle todo.
—No sé si lo que sentimos es real, no quiero que afecte su sueño, que se distraiga, no quiero...—
—Yo no quiero escucharte más— interrumpió Julián.
—Pero bien, sigan en su juego y veremos que pasa— declaró Julián, ya sin ganas de seguir intentado que su amigo entrara en razón.
Anyel tenía una cara de no saber que hacer, él estaba seguro de lo que sentían, solo lo detenía ese miedo que ella dejará todo por él. Buscaba que por medio de esa distancia, ambos supieran lo que realmente sienten o eso era lo que él creía.
El día termino y cada uno se fue a casa, Elisa y Anyel metidos en sus pensamientos, en como sería ser novios, salir de manos agarradas, comer helado y jugar a manchar su rostro, salir al parque de diversión y disfrutar el día como nunca. Pero ni hubo daba el paso sobre todo Anyel, quien debía ser el primero en confesarse. Elisa fue la primera en llegar y no precisamente a su casa, esa tarde decidió ir a casa de Anyel y tocar algo que la llenará de alegría. Aunque más alegría le daba a Anyel escuchar el piano sonar en su casa, eso solo significaba que ahí estaba ella, la chica que se había convertido en más que una amiga y no lo quería hacer realidad o no se atrevía.
—Ven mi niño, siéntate aquí— lo invito Roberta, Anyel tomo asiento para ver tocar a Elisa, quien estaba con sus ojos cerrados, disfrutando la melodía que tocaba. Imaginado unos años después de la mano de Anyel, con sus sueños cumplidos y sus metas alcanzadas.
Si tocada finalizó y sus ojos se abrieron, con una sonrisa volteo a ver a Roberta encontrándose con la mirada penetrante de Anyel. Unos aplausos de Roberta dio fin a ese choque dé miradas, que llevaban a la mujer a recordar su juventud.
—¿Por qué no hacemos cena?— propuso Roberta.
—Ustedes cocinan y yo veo— hablo Anyel sentado.
—Todo lo contrario hijo, yo me iré a sentar y ustedes preparen algo, no se olviden de paola y ysyuri, ya les escribí— Elisa se burlo de Anyel, eso provocó que el la persiguiera hasta la cocina.
Preparar la cena se convirtió para ellos en el mejor recuerdo de sus vidas, entre bromas pesadas y pequeños gestos que llenaban sus corazones de ilusión y promesas que no necesitaban decir. ya ambos corazones estaba seguros que su destino era estar juntos. Aunque buscarán evitar lo inevitable.
felicidades autora .
Que hermosa amistad la de Elisa, Noelia, Julián y Anyel.