Atrapado En Una Novela Cliché

-Lo que me dijo el en palacio....no,  no es posible ¿Verdad? -Samantha había seguido a Eran hasta el área comercial de la ciudad imperial.

-Con su permiso señorita, tenemos cosas que comprar -Eran se alejó junto a Saja

-No debería gastar su dinero en un vestido tan caro, cuando me ofrecí a prestarle fue de corazón por qué se dice que su futuro esposo es pobre -se burlo tras un pomposo abanico.

-Si bien es verdad que la fortuna del gran duque no se compara con la de su alteza real el emperador, está bastante cerca -Saja intervino-. Así que agradecemos su preocupación pero por favor guarde su dinero ya que una persona sin título y que solo tiene su cara bonita no podría llegar demasiado lejos una vez que su juventud se vaya.

-¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? Una simple criada como tú no debería tener tal audacia.

-Pero no dije nada más que la verdad.

-Debi haber aceptado cuando se me propuso para un matrimonio con el gran duque, lo primero que habría hecho sería echarte a la calle anciana patética -masco con orgullo y burla hacia Eran, quería demostrar que ella no era la primera opción de Ezri.

-La vulgaridad no es de mi agrado, una mujer tan ignorante nunca podría siquiera respirar cerca de mi -el susodicho apareció.

-Gran duque -samantha se volteo con su ya ensayado rostro de lastima y víctima-. Su prometida es grosera conmigo -intento tomar del brazo a Ezri para llorar pero este no solo la evitó sino que la miro con tanto desprecio que Samantha retrocedió, el rostro de Ezri era aterrador también sin mencionar que su presencia era intimidante, no solo por sus más de 2 metros de altura sino por esa aura aterrorizante y esa especie de bruma negra que parecia salir de el.

-Marquesa -puso una rodilla en el piso frente a Eran.

-Gran duque -Eran saludó.

-¿Tiene lo que necesita? -tomo la mano de Eran y la beso dejando a todos los presentes asustados y sin saber cómo reaccionar ya que incluso su voz parecía suavizarce con Eran.

-Si, justo le decía a Saja cuál era el que quería -en realidad no tenía idea de cuál debía elegir, de por sí no sabía nada de moda y menos de este tipo de moda.

-Estoy muy feliz por eso, por favor elija el que sea de su agrado sin preocupaciones y asegúrese de que Saja también elija suficiente ropa para que tenga cuándo volvamos a casa -se puso de pie, era su primera vez preocupándose por alguien de esta manera.

-Me gustaría dar un paseó -se agarró del brazo de Ezri que sonrió ante su toque para casi de inmediato mirar con su cara aterradora a los demás que miraron el piso asustados.

-Señorita Samantha -Ezri se paró frente a la susodicha-. No de declaraciónes infundadas que podrían causar malos entendidos porque usted puede ser del gusto del principe heredero pero no es de mi gusto, además necesita un título para casarse conmigo y la señorita ni siquiera tiene un apellido noble -esas cosas no le importaban en realidad pero no le gustaba que alguien incomodara a Eran.

-Yo...yo... -Samantha se veía muy enojada porque se sentía humillada mientras miraba el piso.

-Asi que por favor no crea ni por un segundo que existió la más mínima posibilidad de convertirse en mi esposa, yo jamás e estado tan solo o desesperado para aceptar a una mujer tan poco virtuosa -no se refería a la virginidad que era muy importante sino a la virtud de ser una persona inteligente entre otras cosas pero todos los presentes entendieron que le dijo prostituta.

-¿Eso estuvo bien? -Eran quería hablar con el pero el grupo de soldados reales que lo seguían muy de cerca no lo permitían por lo que siguieron paseando por el pequeño jardín de la lujosa tienda.

-Si, solo dije la verdad -habia venido porque le preocupaba como la estaba pasando y también porque Eran había enviado a Ran a decirle dónde estarían.

-¡Querida hija! -su madrastra apareció.

-Te daré la casa secundaria y suficiente dinero para que vivas los próximos 3 años si te administras bien.

-¿Casa secundaria...

-Si, se que solo quieres lo mejor para tus hijas pero no será posible casarlas con nobles sin ellas tener un título, así que casarlas con un hombre adinerado es la otra opción -Eran quería cortar de raiz la mayor cantidad de problemas posibles.

-Esta bien -el ímpetu de la mujer pareció disminuir.

-Si, así que no tienes que fingir más, transferiré la propiedad y es tu decisión si venderla, mudarte al campo y vivir de eso el resto de tu vida o sigues aquí y miras como sobrevivir sola -entre menos problemas mejor y está mujer era un gran problema si no hacía algo.

-¡Madre! -una de las hermanastras de Eran habló.

-¡Cállate! Es una buena opción, ustedes no son inteligentes ni demasiado hermosas, así que ésto está bien.

-La única condición es que no te cruces en mi camino jamás, no te quiero ver ni a ti ji a tus hijas nunca mas.

-Esta bien -podia ser una mujer nefasta, pero solo estaba intentando sobrevivir y velar por el futuro de sus hijas.

-¿Estará bien si le da algo tan valioso? -Ezri lo miró y el conocido pero agradable escalofrío lo recorrió.

-Si, a pesar de que no soy de su agrado ella solo está sobreviviendo -entendía la situación porque toda su vida había estado sobreviviendo también.

-Es maravillosa -volvieron dentro-. Seguramente estás intranquila por todo esto y es una lastima que no podamos hablar a gusto pero la marquesa tiene que saber que sigo manteniendo la promesa que le hice sobre nuestro matrimonio -osea que no planeaba tocarla.

-Lo agradezco -la dejo en la puerta besando su mano de nuevo.

-Nos vemos -se despidió.

-¿Hay algún problema? -Saja preguntó.

-Ninguno, el solo quería verme.

-¿Por qué? -Samantha seguía en el lugar.

-Preguntar eso es grosero -alguien dijo.