En el corazón del bosque de Lunasombra, dos clanes de lobos han estado en guerra durante generaciones: los Luminara y los Sombraluna. La historia sigue a Lyra, una joven loba del clan Luminara, que es valiente pero ingenua, y a Kael, el heredero del clan Sombraluna, cuya vida ha sido marcada por la venganza.
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Capítulo 12: La Batalla en la Oscuridad
La tensión en el aire era palpable mientras Lyra y Kael esperaban el inevitable ataque de los lobos renegados. Ambos clanes, Luminara y Sombraluna, estaban en alerta máxima, listos para defender sus hogares y a su gente.
La luna llena brillaba intensamente en el cielo, arrojando una luz espectral sobre el bosque. El silencio fue roto por el aullido distante de los lobos renegados, una señal de que se aproximaban.
—Están aquí —murmuró Lyra, su cuerpo tenso y preparado para la lucha.
Kael asintió, su mirada fija en la oscuridad.
—Recuerda, Lyra, debemos proteger a nuestros clanes. Pero también debemos buscar una oportunidad para hablar con ellos, para detener esta locura.
Lyra apretó su mano en la de Kael, encontrando consuelo en su toque.
—Lo sé, Kael. Intentaremos hablar, pero debemos estar preparados para lo peor.
Los lobos renegados emergieron de las sombras, sus ojos brillando con una mezcla de rabia y desesperación. Liderados por un lobo grande y feroz llamado Fenris, avanzaron hacia las defensas de los clanes unidos.
—¡Luminara! ¡Sombraluna! —gritó Fenris, su voz resonando en el aire—. Venimos a reclamar lo que es nuestro por derecho. ¡No habrá paz mientras sigamos vivos!
Kael dio un paso adelante, levantando una mano en señal de tregua.
—Fenris, escúchanos. No necesitamos más derramamiento de sangre. Podemos encontrar una solución juntos.
Fenris soltó una carcajada amarga.
—¿Solución? La única solución es nuestra victoria. ¡Atacad!
La batalla comenzó con un rugido ensordecedor, los lobos chocando entre sí en una furiosa confrontación. Lyra y Kael luchaban codo a codo, defendiendo a sus compañeros y buscando cualquier oportunidad para detener la violencia.
Lyra esquivó un ataque y se lanzó hacia Fenris, su corazón latiendo con fuerza.
—¡Fenris, por favor! Escucha a la razón. Esta guerra no traerá nada bueno para ninguno de nosotros.
Fenris la miró con desprecio, sus ojos llenos de odio.
—¿Razón? La razón murió hace mucho tiempo, cuando tus ancestros traicionaron a los nuestros.
Antes de que Lyra pudiera responder, Fenris se lanzó hacia ella con un aullido de furia. Lyra se preparó para defenderse, sabiendo que no podía retroceder ahora.
Mientras tanto, Kael se enfrentaba a varios lobos renegados, bloqueando y contraatacando con precisión. En medio del caos, vio a Damon luchando contra un grupo de renegados que lo rodeaban.
Kael corrió hacia Damon, ayudándole a repeler a los atacantes.
—Damon, debemos trabajar juntos. Si no lo hacemos, todos moriremos aquí.
Damon lo miró brevemente, sus ojos llenos de conflicto, pero asintió.
—Tienes razón, Kael. No puedo dejar que nos destruyamos mutuamente.
La batalla continuó, feroz y despiadada. Pero poco a poco, la unión de Luminara y Sombraluna comenzó a inclinar la balanza a su favor. Los renegados, enfrentados a la fuerza combinada de ambos clanes, empezaron a retroceder.
En medio del enfrentamiento, Lyra y Kael lograron arrinconar a Fenris, rodeándolo con sus aliados.
—Fenris, se acabó —dijo Kael, su voz firme—. No tienes por qué seguir con esto. Podemos encontrar una manera de coexistir.
Fenris, herido y agotado, miró a Lyra y Kael con una mezcla de rabia y resignación.
—No lo entienden, ¿verdad? La paz que buscan es una ilusión. Siempre habrá odio y traición.
Lyra dio un paso adelante, sus ojos llenos de compasión.
—Tal vez, Fenris. Pero si no lo intentamos, nunca lo sabremos. Déjanos demostrar que es posible.
Por un momento, pareció que Fenris consideraba sus palabras. Pero antes de que pudiera responder, un lobo renegado herido se abalanzó sobre Lyra, derribándola al suelo.
Kael se lanzó hacia el atacante, pero Fenris se interpuso, bloqueando su camino.
—¡No más! —gritó Fenris, su voz llena de desesperación—. ¡Esto termina ahora!
Con un esfuerzo final, Fenris empujó al atacante lejos de Lyra y se dejó caer de rodillas, agotado.
—Quizás... quizás tengas razón —murmuró, antes de desmayarse.
La batalla finalmente terminó, con los clanes Luminara y Sombraluna victoriosos pero exhaustos. Los renegados, viendo a su líder caer, se dispersaron en la oscuridad.
Lyra y Kael se arrodillaron junto a Fenris, asegurándose de que estuviera estable.
—Lo conseguimos, Lyra —dijo Kael, su voz llena de alivio—. Pero esto es solo el comienzo.
Lyra asintió, tomando la mano de Kael.
—Sí, Kael. Ahora debemos trabajar para sanar las heridas y construir la paz que tanto anhelamos.
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