Si una vez dije que te amaba, hoy me arrepiento. Ese error es cosa de ayer.
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Capitulo 12
Luna llegó a su casa después de la cena con Daniel, sintiendo una felicidad que no había experimentado en mucho tiempo. La noche había sido perfecta, la conversación fluida, las risas compartidas, y la conexión palpable entre ambos. Mientras se preparaba para dormir, sus pensamientos giraban en torno a Daniel y lo que podría significar abrirse a esa nueva posibilidad.
Esa noche, Luna apenas pudo dormir. Su mente estaba llena de imágenes de Daniel., de sus sonrisas y de la calidez en sus ojos. Se levantó varias veces para mirar por la ventana, preguntándose si estaba tomando la decisión correcta. Finalmente, al amanecer, decidió dejarse llevar por lo que sentía y darse una oportunidad con él.
Al día siguiente, Luna llegó al Grupo EF más animada que de costumbre. Se encontró con Daniel en el pasillo y su sonrisa fue suficiente para confirmar su decisión.
- Buenos días, Daniel - dijo, acercándose a él.
- Buenos días, Luna. ¿Cómo estás hoy? - respondió él, notando el brillo en sus ojos.
- Estoy muy bien. Quisiera hablar contigo sobre lo de anoche.
Daniel sintió un nudo en el estómago. A pesar de que esto formaba parte del plan, sus sentimientos por Luna eran cada vez más reales, y la culpa comenzaba a invadirlo.
- ¿Sí? - pregunto, intentando mantener la compostura.
- Si - dijo, Luna, toma do sus manos - He decidido que quiero darle una oportunidad a lo que sentimos. Quiero ver a dónde nos lleva esto.
Daniel la miro, emocionado y aliviado a la vez.
- Luna, eso me hace muy feliz. Prometo que haré todo lo posible para que esto funcione.
Al pasar de los días, la relación entre Luna y Daniel se hizo más fuerte. Sus atenciones y cuidado lograron conquistar completamente a Luna, quien se entrego de lleno a este nuevo amor. Los momentos compartidos, tanto dentro como fuera del trabajo, estaban llenos de risas, complicidad y una conexión cada vez más profunda.
Mientras tanto, Michel observaba desde la distancia, satisfecha con el progreso del plan. Sabía que cuánto más se enamorara Luna de Daniel, más fácil sería que firmara los documentos para la sucesión. Sin embargo, no podía evitar sentir una punzada de celos cada vez que veía la verdadera conexión que surgía entre ellos.
Llegó el fin de semana y Daniel organizo una escapada a la casa de campo de la familia. Quería que Luna se relajara y disfrutará de su tiempo alejado del estrés del trabajo. Pasaron el día caminando por los jardines, hablando de sus sueños y esperanzas, y por la noche bajo un cielo estrellado, Daniel decidió que era el momento perfecto para dar el siguiente paso.
- Luna, hay algo muy importante que quiero preguntarte - dijo, tomando sus manos mientras caminaban por el jardín.
Luna lo miró, su corazón latiendo rápidamente.
- Dime, Daniel .
Él se arrodilló, sacando un pequeño estuche de su bolsillo.
- Luna, desde que entraste en mi vida, has traído una luz y una felicidad que nunca antes había conocido. Me haces querer ser una mejor persona y luchar por un futuro juntos. ¿Te casarías conmigo?
Luna, sorprendida y emocionada, sintió las lágrimas llenar sus ojos. No dudó ni un segundo.
- ¡Sí, Daniel! Sí, me casare contigo.
Daniel se levantó y la abrazo con fuerza, sintiendo una mezcla de felicidad y culpa. Mientras se besaban bajo las estrellas, Luna estaba convencida de que este era el comienzo de una vida juntos, mientras que Daniel sentía una opresión en el pecho por los remordimientos.
Michel recibió un mensaje de Daniel, para informarle de la propuesta, ella sonrió con satisfacción. Todo iba según lo planeado. Se casaría con Luna, la haría firmar la sucesión y luego se divorciaría. Para que después ellos puedan casarse y tener la vida que siempre ha querido.
Esa hembra no quiere, esa hembra te miente...