Las Crónicas De Salem

La presentación pública de Emma y Lucas había sido un éxito, pero sabían que su lucha estaba lejos de terminar. La verdad había salido a la luz, pero aún había muchas preguntas sin responder y secretos por desenterrar. Los días siguientes estuvieron llenos de entrevistas y reuniones, pero también de nuevas amenazas.

Una noche, mientras Emma revisaba documentos en su estudio, recibió una llamada inesperada.

—Emma, es Nathaniel Hathorne —dijo una voz nerviosa al otro lado de la línea—. Creo que estoy siendo vigilado. Hay alguien fuera de mi casa.

Emma se puso de pie de inmediato, su corazón latiendo con fuerza.

—¿Estás seguro, Nathaniel? ¿Has visto a alguien?

—Sí, estoy seguro. He visto a un hombre en varias ocasiones, siempre a distancia, pero esta noche está más cerca. Tengo miedo de lo que pueda hacer.

Emma sintió un nudo en el estómago.

—Voy para allá. Mantén todas las puertas cerradas y no abras a nadie.

Colgó el teléfono y llamó a Lucas.

—Lucas, tenemos un problema. Nathaniel cree que lo están vigilando. Voy a su casa ahora mismo. ¿Puedes encontrarte conmigo allí?

—Por supuesto —respondió Lucas, su voz llena de preocupación—. Salgo de inmediato. Nos vemos allí.

Emma tomó su abrigo y salió corriendo de la casa, su mente trabajando a toda velocidad. Sabía que sus descubrimientos habían molestado a muchas personas, pero no esperaba que las amenazas se volvieran tan serias.

Cuando llegó a la mansión Hathorne, encontró a Nathaniel esperándola en la puerta, su rostro pálido de miedo.

—Gracias por venir, Emma —dijo, su voz temblorosa—. No sé qué hacer. No quiero que me pase nada.

—Estás haciendo lo correcto al llamarnos —dijo Emma, tratando de mantener la calma—. Vamos a asegurarnos de que estés a salvo.

Lucas llegó poco después, y los tres se reunieron en el salón de la mansión. Nathaniel les mostró las áreas donde había visto al hombre, pero no había señales de él en ese momento.

—Puede que haya visto nuestras luces y se haya ido —dijo Lucas, mirando por la ventana—. Pero no podemos correr riesgos. Llamaré a la policía.

Mientras esperaban a la policía, Emma y Lucas intentaron calmar a Nathaniel, pero sabían que la situación era grave. Alguien estaba decidido a detenerlos, y estaban dispuestos a usar la intimidación para hacerlo.

La policía llegó poco después y registró la propiedad, pero no encontraron nada. Sin embargo, prometieron aumentar la vigilancia en el área y mantener a Nathaniel bajo protección.

—Gracias, oficiales —dijo Emma mientras los policías se marchaban—. Apreciamos su ayuda.

Cuando la situación se calmó un poco, Nathaniel se volvió hacia Emma y Lucas, su expresión llena de gratitud y preocupación.

—No sé qué haría sin ustedes. Pero esto demuestra que estamos en lo correcto. Alguien no quiere que la verdad salga a la luz.

Lucas asintió, su rostro serio.

—Y eso significa que estamos haciendo algo bien. Pero también significa que debemos ser más cuidadosos. No podemos permitir que nos detengan.

Emma sintió una mezcla de miedo y determinación.

—Tenemos que seguir adelante, pero también debemos asegurarnos de que estamos protegidos. No podemos permitir que el miedo nos paralice.

Durante las semanas siguientes, Emma y Lucas trabajaron incansablemente para proteger su investigación y a ellos mismos. Aumentaron la seguridad en sus hogares y tomaron precauciones adicionales para mantenerse seguros. Pero también continuaron con su trabajo, decididos a no dejarse intimidar.

Una noche, mientras estaban revisando documentos en el estudio de Emma, recibieron una visita inesperada.

—Emma, Lucas —dijo Nathaniel al entrar—. Creo que he encontrado algo que podría ser importante. Es una carta de mi antepasado, John Hathorne, dirigida a Samuel Parris. Habla sobre un "juramento de silencio" y menciona a otros líderes de la comunidad.

Emma tomó la carta y la leyó detenidamente, su mente trabajando rápidamente.

—Esto podría ser la prueba que necesitamos para demostrar que los líderes de Salem estaban coludidos. Si podemos vincular a más personas a esta conspiración, fortaleceremos nuestro caso.

Lucas asintió, mirando la carta con interés.

—Esto es crucial. Tenemos que seguir investigando y encontrar más pruebas. Pero también debemos ser cautelosos. La resistencia que estamos enfrentando demuestra que estamos en el camino correcto, pero también que estamos en peligro.

Emma miró a sus amigos, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza.

—Seguiremos adelante, juntos. No dejaremos que nos detengan. La verdad debe salir a la luz, y haremos todo lo posible para asegurarnos de que eso suceda.

Con renovada determinación, Emma, Lucas y Nathaniel continuaron su lucha, sabiendo que estaban enfrentando fuerzas poderosas y oscuras. Pero también sabían que estaban en el lado de la verdad y la justicia, y que juntos, podían superar cualquier obstáculo.

Mientras la sombra de la conspiración se cernía sobre ellos, la luz de su determinación brillaba con fuerza, iluminando el camino hacia un futuro donde la verdad prevalecería sobre las tinieblas del pasado.