Tras morir en su mundo, Rosalía hija de un importante mafioso, toma el lugar de la villana de una historia que leyó
Ahora ella tiene que cambiar su destino, o morirá como la verdadera villana
Ella de paso tomara venganza, y también se quedará con el villano
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Paliza
La primera en hacer su movimiento fue Josefina, ya que esta es la sirvienta personal de Verónica, y estaba encargada de sus cuidados diarios. Su madre solo se ocupaba de limpiar su habitación, lavar su ropa, y hacer sus comidas.
Para llevar a cabo su plan, Josefina comenzó con lo básico, que era hacer que Verónica se bañe con agua fría, o muchas veces caliente de más.
Josefina se excusaba con que fue sin querer, y lloraba al hacerlo para que su actuación sea más creíble, cosa que le daba risa a Verónica, pues su actuación era muy pobre.
Ella sabe que la muchacha le quiere hacer daño, y por eso cada vez que ella está haciendo algo, la vigila bien, por si quiere intentar algo muy malo.
Durante una semana, aquella tonta solo intentaba esos trucos con el agua, pero un día, ella cuando le llevó a la habitación el desayuno, Verónica notó que el desayuno tenía un olor extraño.
Tras quedarse sola, ella examinó bien todo, y notó que el desayuno contenía un fuerte veneno, mismo que reconoció.
Pues resulta que ellas usaron una hierba venenosa llamada atardecer, el cual te va matando lento sin dar síntomas, lo que significa, que esa doncella la quiere matar lentamente, para así no levantar sospechas.
A partir de ese día comenzó a vigilar lo que hace esa doncella, y descubrió gracias a eso, que ella y sus padres la quieren fuera de la vida de los duques, cosa que no pasará.
Ya actualmente
Verónica se encontraba hablando con su doncella Josefina, quien le contaba algunas cosas sobre los círculos sociales.
—Como nunca has estado en el círculo social, debo de advertirte que no es nada fácil — presume la doncella mientras prepara el baño de la niña, y al finalizar, de manera discreta le agrego un polvo para que el agua le dé alergia, Verónica al ver su acto tan mediocre solo dió una sonrisa maliciosa.
—Veo, tal parece que tienes mucha experiencia en el tema, es una lástima que no naciste en una cuna noble, o serías la reina de los círculos sociales — dice la niña con inocencia.
La doncella al escuchar semejante cosa apretó los puños con ira, ya que ella le acaba de llamar plebeya.
—Bueno... Vamos a lavarte, tus clases ya están por dar inicio, hoy es tu primer día y debes de verte bella — dice ella con una sonrisa maliciosa y va hasta la niña y la toma por los brazos, cuando le quitó la pijama lo hizo fuerte, demostrando así su mala voluntad al hacer ese oficio, es claro que a partir de hoy, ella dará a conocer su verdadera cara, parece que ya estaba cansada de fingir ser buena.
Casi arrastra, ella llevó a la pequeña a la bañera, quien en silencio ya había realizado un hechizo de protección sobre sí misma
Tras ver la actitud de la muchacha, Verónica dice.
—José ¿estás enojada conmigo?— dice la niña con cara de agravio, la mujer al escuchar eso, se empezó a reír como loca.
—Pequeña mendiga ¿crees que mereces ser servida por alguien como yo? A diferencia de ti, yo si fui criada en una casa noble y soy una señorita decente, pero tú, no eres más que una recogida de la calle, cuando viene a ver no eres hija de los duques, sino una impostora, tu cabello de seguro a de ser teñido — dice ella enojada y toma una esponja de baño y comienza a frotar con violencia el cuerpo de Verónica, quien al ver la violencia con la que es tratada, ya no pudo mantener por un momento su cara de niña buena.
De manera rápida, sin que la doncella se lo espere, ella con fuerza arrojó la bañera.
Aquella chica, al tener contacto con el agua, sintió en carne propia los efectos del polvo que agregó al agua.
Ella al sentir el picor, comenzó a gritar fuerte, pero de una bofetada, Verónica la hizo hacer silencio.
—Óyeme bien mugrosa criada, si continúa queriendo hacerme daño, no te espera nada bueno, yo sé bien que pretendes, ya que esta no es la primera vez que haz hecho algo malo en mi contra, es solo que soy más astuta que tú, y voy un paso adelante, ahora haz silencio, o te mataré aquí mismo — dice ella y toma el cabello de ella y comienza a tirar de él con violencia, Josefina quiso gritar, pero el miedo a que le hagan algo más le impide hacerlo.
Ahí en el agua, Verónica le dio una paliza a dicha mujer, y de tanto golpe que le dio, la mujer se desmayó del dolor, y eso fue bueno, pues Verónica eliminó todo rastro de que le había hecho algo, y hasta secó su cuerpo, y ella estaba como nueva.
Con magia, ella la teletransporta hasta su habitación, y la dejó en la cama, pues tiene planes de seguir jugando con ella, luego de eso, volvió a su habitación, se bañó con agua en buen estado y ella misma se arregló, después de todo, ella sabe valerse por sí misma.
Cuando terminó de cambiarse, se fue al comedor, en dónde ya estaban todos esperando por ella.
Nada más llegar, ella se sienta al lado de su padre, y los encargados de servir en el comedor, sirven el desayuno, el cual es comido por todos con mucho agrado.
Luego, los duques se van a sus actividades del día, y los niños se van a estudiar, ya que ese día todos comenzaban con sus estudios.
Los maestros eran personas buenas, lo que significa que ellos no le harían nada a los niños, y aunque quisieran no pueden, ya que el duque les amenazó a todos con destruir hasta el nido de las gallinas de sus casas, de llegar a actuar como no deben.
Ese día fue muy provechoso, pues los niños estaban alfabetizados muy bien, y eran muy inteligentes.
Verónica era la más preparada, pues con solo 9 años, era todo una niña genio, a la cual no se le tenía ya nada que enseñar.
Eso alegró a esos maestros, pues ellos suponían, que Verónica al pasar su niñez en el orfanato, era un caso perdido, pero ella lo dejó sin habla.
Los resultados del progreso de Verónica fueron informados a sus padres, quienes estaban inflados como un globo, de lo orgullosos que están de su hija, y también lo estaban por aquellos niños.
Ellos ese día en la mansión hicieron una pequeña fiesta para celebrar, a la cual acudió todo el que habitaba allí, menos Josefina, pues la mujer estaba agotada mentalmente, ya que al despertar después de pasar muchas horas de la paliza que le dio Verónica, pensó que lo vivido fue una mala pesadilla, puesto que, en su cuerpo no quedó evidencia de que había pasado aquello, y por semejante situación ella hasta se estaba cuestionando a sí misma.
Tenía miedo, y temía que aquel sueño sucediera y no quería salir de su habitación.
Para excusarse de no ir a la fiesta, ella dijo que se encontraba resfriada.
Cuando le contó a su madre sobre tal cosa, aquella mujer le aconsejó a su hija, dormir un poco más, pues aquello para aquella mujer, no es más que mal sueño, sin saber, que es una dura realidad.
Cuando la fiesta terminó, todos se fueron a dormir, ya que el día de mañana promete ser interesante.