En Mí Habitación

Hola, le dije.

- Hola, no pensaba verte aquí. Me contestó Liam.

- No te gustó la sorpresa.

- No, no es eso, claro que me gusto, perdón es que no estaba listo para esto así tan rápido.

- Tranquilo, es que desapareciste, dejaste describir.

- Tuve un pequeño inconveniente, disculpa.

- Tranquilo, lo importante es que estoy aquí contigo.

- Sí.

Luego de asimilar mejor que era real y estaba allí, me dió dos besos en la cara y me pidió disculpas por su reacción, también me pidió permiso para vestirse, alegando que estaba en paños menores, cosa que ya sabía bien, así que fingí no darme cuenta y salí de la habitación, demoro unos minutos pero salió a mi encuentro ya con mejor semblante.

Se colocó una playera blanca y un short sobre las rodillas, tomó unas muletas, dejando a la vista su incapacidad. Supuse que era su mejor forma de decirme su problema, al parecer creyó que así era mejor, o me quedaba o me marchaba. En cuanto la vi salir, lo abrace tanto que casi se me caen las muletas.

- Somos novios no, le dije luego de mi impulso.

Me miró y sonrió, su rostro se relajó, era como si se le hubiese quitado un peso de encima.

- Somos, dijo y beso mi mejilla.

Fuimos juntos hasta la sala, allí me pidió que le contara como habíamos venido, que ocurrió para que lo hiciera tan de repente, omití la parte de que su padre me trajo en contra de mi voluntad y le conté otra versión, que yo llamé a su teléfono, ya que no tenía respuesta y su padre lo contesto y al pedirle que me trajera accedió.

Creyó todo, aún sabiendo que lo había apagado, tal vez no lo recuerda bien por el estado depresivo que tenía. Su padre nos alcanzó galletas y jugo para merendar. No había dado ni el primer bocado que sentí un auto llegar, era mi madre, mi rostro se puso blanco como el papel al instante. El padre de Liam le habría la puerta y ella hizo su entrada, al divisarme me dedico una mirada asesina de esas que no perdonan.

- Bienvenida soy Bastian, el padre de Liam, le dijo.

- Soy Clara, la madre de Amaya.

Él le indico que pasara y ella obedeció, saludo a Liam, pero no fue tan discreta como yo, se le quedó mirando los pies, Liam se puso rojo al notarlo, yo le hice señas para que cambiara la vista, Bastian me trajo galletas a ella igual, luego de unos diez minutos se despidió de todos y me indicó que fuera al coche.

Nos despedimos de todos y así lo hice. Ellos nos acompañaron hasta la puerta, allí nos despedimos, le dije al oído a Liam que no volviera a desaparecer, jamás, acompañado de un beso en la mejilla. Su rostro reflejaba alegría al igual que el de su padre, me dio mil gracias por lo que había hecho.

Al entrar al auto me llevé él regañó de mi vida, solo lo asumí, le dio otra versión, me eche la culpa si no mi madre sería capaz de poner una demanda al padre de Liam y esa no era mi intención, igualmente salí castigada sin móvil por un mes, tampoco tenía permitido salir a ningún sitio y me pidió que si quería volver a ver al chico se lo pidiera a ella, cómo se me había ocurrido hacer semejante locura decía.

Recosté mi cabeza en el cristal de la puerta del auto y contemple el paisaje, mi madre dejo de discutir así que aproveché la calma, en casa seguro volvería a decirme algo más, mi mente viajo hasta Liam, deseaba poder verlo nuevamente, me gustaba mucho en verdad.